domingo, 2 de diciembre de 2012

Venus privada

Antecedentes de hecho: Una semana desastrosa, de esas que parece que nunca acaban y que cuando lo hacen, como no podía ser menos, finalizan con una última cornada, con la puntilla. 

Nada me gustaría más ahora mismo (o desde hace 48horas) que poder convertirme en avestruz y meter la cabeza en un hoyo muyyyyy grande, ya la habriá sacado más adelante cuando alguna ardilla traviesa me avisase de que había llegado el deshielo. 

Familia y corazón, posiblemente las dos únicas "cosas" con capacidad para tumbarme han tenido que juntarse, mal negocio. Como una ha sido autoinfligida y viene siendo un desangramiento a muy largo plazo lo único que puedo decir es ''ungggg, eso ha dolido" y esperar tener una nueva oportunidad (y esta vez ser la persona que creo que soy o puedo/quiero llegar a ser y no estrpparla por XXXXXXava vez ). El otro asunto venía viéndose venir y creo que era necesario e inevitable así que ¡¡qué se le va a hacer!!, obligado a elegir entre dos males uno se queda con el menos malo, o al menos el que prové mejor suerte para aquellos a los que quiere.

Para terminar con los antecedentes una aclaración: A quien lea esto y sepa quien soy... estoy bien, "don't worry be happy" y todo eso. Veronica, Jacinta o Giorgiatos, estéis donde estéis, tranquilos nada se ha roto que no se pueda arreglar y en un par de días estaré por ahí dando la lata como siempre. A mis padres, cuando lean esto (que espero que sea dentro de unos días, jeje) conocéis todos los datos y madre, no es que esté despistado, ¡¡es que voy contando baldosas!! (realmente pasos pero bueno eso es lo de menos).

Hechos: "Venus privada" ha tenido la desgracia de llegar en la que posiblemente haya sido la peor semana de este año. Voy a procurar ser tan justo como sea posible pero con los antecedentes arriba expuestos y mi estado de ánimo actual reconozco que va a ser una labor harto complicada.

Conviene señalar para mi descargo que hay dos elementos de la novela que no la ayudan en absoluto y que habrían seguido siendo un problema aún en la mejor de mis semanas: por un lado su protagonista y,  por otro, la forma en que está escrita.  Como su forma es la parte más sencilla de analizar y, desde luego, la que puedo llevar acabo más rápidamente voy a empezar por ella. 

Casi toda la novela es una narración seca, bastante espesa y, por momentos, plana, en la que brillan por su ausencia los diálogos. Estos, además, en las escasas ocasiones en las que hacen aparición, son breves y bastante apagados (y una miaja pedantes/cargantes). Prácticamente no hay descripciones, ni de costumbres, ni de "tipologías ciudadanas", ni de los personajes. ¿Qué llevan?¿por dónde van?¿cómo reacciona la gente?¿qué mueve su sociedad? Aquí no hay nada de eso salvo, eso sí,  el nombre de varias calle. Si a alguien le vale con eso por mí perfecto, yo necesito/quiero más.

Sí que hay introspección y (¿psico?)análisis, desde el punto de vista del protagonista y, a veces, en la propia visión/lectura que algunos personajes hacen de si mismos. Pero cuando aparece es esquemática, sintética y enormemente fría. Quienes llevan el peso de la novela, fundamentalmente Lamberti (aunque puntualmente algún otro), son especialmente desapasionados, analistas frustrados de una sociedad que no llegan a entender y (creo que) en la que realmente no quieren vivir. Con mucho cuidado podría decirse que todos ellos son personajes marginales. 

El problema es que ese "marginal" parece evocar cosas como "apartados", "excluidos", "ilegal" o "minusvalorados". No es el caso, pues son ellos mismos quienes se autoimponen un aislamiento moral y cultural. Viven, piensan y actúan al margen de la inmensa mayoría de las personas, algo con lo que, como norma, estoy de acuerdo pero  que en ellos queda (se manifiesta) de una forma un tanto aberrante.

La novela, quizá por eso, o por los constantes (y desconcertantes) cambios de narración dentro de la "tercera persona" (donde unas veces es "como si" un tercero independiente estuviese narrando la escena y otras veces "parece que" es el propio cerebro del protagonista quien describe lo que sucede) no terminan de casar bien. Cuando se introducen, además, terceras opiniones/puntos de vista, como en el tramo final de la novela, la cosa se vuelve un poco/bastante rara.

Sobre su protagonista, el ex-doctor Duca Lamberti, aquí convertido (tras un "breve" paso por la carcel por un asesinato con el atenuante de "eutanasia") en asesor/ayuda para alcohólicos y posterior investigador/justiciero privado/social, creo que la mejor forma en que puedo definirlo es "mi némesis", pues en él temo ver ese reflejo oscuro que nunca quieres encontrar cuando te miras en el espejo, ese "Hyde" que todos podemos llevar dentro pero que procuramos no sacar.

Lamberti se rige por un código moral propio y actuar siguiendo sus dictados sin importar los daños y consecuencias que pueda causar. Practica una eutanasia que le lleva a la carcel, dejando un padre desolado y una hermana desamparada, sin tan siquiera pestañear, porque es lo que hay que hacer. Vaya por delante que lo que aquí valoro es la ausencia de cargo de conciencia por las consecuencias de sus actos a nivel familiar y no el hecho de practicar una eutanasia. 

Me asusta el fanatismo ciego que representa, esa creencia ciega en los valores y la moral propios que lleva a la gente a olvidarse de las consecuencias que para otras personas pueden tener sus actuaciones. Es ese egoismo moral, que mas pronto que tarde alcanza el mundo físico, el que me aterra y atenaza, el que combato cada vez que mis intenciones pueden desencadenar daños para terceros. En las ocasiones (demasiadas para mi gusto) en que me dejo llevar y todo eso aflora, surge dentro de mí un conflicto moral que me lleva a un autoflagelamiento interior que será muy necesario pero que penaliza hasta la parte más infinitesimal de mi ser. ¿cómo puede el protagonista de esta novela carecer de tales miramientos?¿qué le lleva a tratar a los demás como meras figuras de cera?¿por qué extraño resorte puede llegar a instrumentalizar a terceros con tal de conseguir sus fines?

"Venus privada" es una función en tres actos. La primera, que actúa como presentación, pone en la palestra a dos personajes bien distintos, un Duca Lamberti (arriba descrito) en busca de trabajo  y David, el hijo alcohólico de un millonario italiano que busca/pretende dar una última oportunidad a su vástago de redimirse ante sus ojos. 

La segunda parte de la novela abarca la explicación a los problemas con la bebida de David, un trágico suceso que le ha llevado a estar en la situación en que se encuentra. Es esa historia la que sitúa al propio Lamberti y al inspector Carrua tras la pista de una red de trata de blancas. 

La tercera parte es la conclusión y es donde mis problemas con el protagonista crecen de forma exponencial. Hasta entonces es alguien frío, enérgico, intransigente... pero (con ciertas reservas) podría estar en su papel, limitándose a ser "lo que tiene que ser", aquello por lo que el padre de David le paga. Pero, a partir de ese momento se torna en un hombre con una misión y parece que nada (ni siquiera la ley o el miedo por lo que le pueda pasar a otras personas) ni nadie (ni siquiera un antiguo amigo de su padre) parecen capaces de ponerle freno.

Conclusión/Sentencia: En mi peor semana y con un protagonista que podría ser (y no debe faltarle mucho llegar a serlo) mi antagonista, difícilmente puedo decir que se me haya hecho el culo gaseosa leyendo esta novela (y perdón por la expresión), ni que me haya encantado o me haya entretenido. Es más, por momentos, sobre todo en el tramo inicial, se me hizo algo/bastante larga pero aún entonces (todo sea dicho) no sentí la necesidad de dejar la novela apartada y comenzar con otra más de mi agrado. Esto, que para quien lo lea puede no tener ningún significado (¡no me extraña!), para mí lo tiene porque hace ya algún tiempo que decidí que si una novela no me entraba (por demérito de la obra o por demérito mío) ahí se quedaba hasta la próxima, si es que alguna vez llegaba a darse esa "próxima". La terminé y no puedo decir que "a la fuerza".

Nada más acabar con ella, hace un par de días, cruzó por mi cabeza (de forma fugaz pero llegué a atisbarlo) un pensamiento muy básico: ¿es esta la novela que nominaré como la que menos me ha gustado de este año? curiosamente el "sí" rotundo que sería de esperar si uno atiende a lo dicho anteriormente, no apareció entonces (ni tampoco ahora). No sé explicar por qué, pero sin empatía con el protagonista o los demás personajes, con un estilo que no me ha resultado ni fluido ni especialmente agradable de leer y en un momento personal que...esta novela "que me revuelve" y "me cabrea" mientras su lectura se me "atasca", no me ha parecido que estuviese mal.

Es más, siendo del mismo corte (incluso temporal, por mucho que haya casi 10 años entre las mismas) que "Los pecados de nuestros padres" de Lawrence Block, y siendo esta mucho más dinámica y entretenida y con un personaje como Matthew Scudder con un sentido/espíritu justiciero igual de crudo pero más "entendible" que el de Lamberti, tengo la sensación de que recomendaría antes la obra de Scerbanenco que la de Block, aunque como digo no sepa explicar el  por qué.

Tal vez cuando algún otro la lea sea capaz de dar un sentido a lo que a priori puede parecer una enorme contradicción. Yo, ahora mismo, lo único que pienso es en ponerme una buena peli que me entretenga un rato y en decidir de una vez donde voy a pasar mejor la tarde, tumbado en mi sofá viendo series o escondidito bajo la colcha de la cama, donde, con un poco de suerte, parece difícil que pueda cargala aún más y las desgracias posiblemente tendrán más difícil darme alcance .

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