jueves, 19 de abril de 2018

Un cadáver muy frío - Las cosas y casos de la señora Starling, vol. 1


Novela de entretenimiento,  ofrece un escape ligero a quien busca alternar historias cómodas entre novelas exigentes.

Ligera, amable, agradable, con un toque de humor que se agradece, la primera novela de la serie protagonizada por Anne Starling es un pequeño placer culpable del que se disfruta en un par de ratos libres, no hace falta nada más.

Es relativamente breve sin llegar a ser una historia corta, lejos de los puzzles kafkianos que habitan en las estanterías de muchos hogares en esos días.

De lectura rápida, se supone una lectura "de época" al menos se ambienta en la mitad del siglo XX pero no supone un ejercicio imaginativo para el lector, que podría llegar a situar a la Señora Starling y al sufrido inspector Crawford en prácticamente cualquier otro momento temporal en el que la mujer tuviese a nivel social un rol estereotipado clásico.

Lejos de la ambientación más exigente de Anne Perry, la novela de Ana Bolox es mucho más agradable de trato, consiguiendo reproducir la mejor de las químicas de las buddy movie  de los 80-90 con la relación amor-odio entre dos protagonistas de sexo opuesto condenados a chincharse y ofenderse mientras giran el uno alrededor del otro.

Uno de los grandes méritos de su creadora, si no el "gran" mérito, es conseguir que los dos protagonistas resulten creíbles y verídicos, reales en los tiempos actuales en un ambiente más clásico y sexista.

Como lectura cuida las formas, se aproxima mucho a la "cozy mistery" más habitual aunque hay un par de amagos algo más violentos de lo que suele verse en esas historias pero en general se trata de una lectura cuidada y amigable, asequible para cualquier sensibilidad, próxima a series televisivas como "Luz de luna" o la más reciente "Castle".

Se agradece el cambio de protagonista y que ésta, una Anne soberbia, sepa mostrar la dura realidad de la época (de demasiadas épocas quizás) sin convertir su discurso en una proclama sobre la igualdad. Esa parte la deja para aquel lector que quiera verlo, para el que no, será simplemente un buen pasatiempo.

Rápida en el desayuno, curiosa en el trato, una historia de personajes más que una novela de ambientación, apenas hay descripción salvo para mostrar lo que sería el decorado de fondo y la época, pero dejando mucho margen al lector para construirlo "a su manera".

La novela no tiene quizás el diálogo vivo y la crítica social de las historias de Malvaldi, no exige capacidad para leer entre líneas como Camilleri y, desde luego, no arranca ninguna risa estruendosa, pero sí un par de sonrisas canallas y un sentimiento de agradecimiento hacia dos personajes que gustan sin que te des cuenta de que te están llegando.

Queda la duda de hasta que punto perderá la gracia cuando se lean cuatro o cinco entregas de la serie. ¿Irá la situación in crescendo como sería de esperar o se convertirá en una repetición de fórmula que poco a poco irá perdiendo fuerza ante la pérdida de novedad y la falta de actualización?

Supongo que para descubrirlo habrá que darle un par más de oportunidades, por lo menos la primera se la ha ganado.

Valoración: Me ha gustado.

jueves, 5 de abril de 2018

Steelheart - The Reckoners, vol. 1



El dicho es "dime de que presumes y te diré de qué adoleces". No presumo de no tener tiempo pero si afirmo que no paro mucho últimamente y evidentemente, al final carezco de tiempo.

Los días se hacen demasiado cortos, apenas tengo un respiro y, como el deber va antes que el placer, al final sale perdiendo alguno de los hobbies. 

Este comienzo de año leo menos de lo que leí el año pasado, más que nada porque no puedo dedicar el mismo tiempo. También cuesta encontrar un hueco para el blog, siempre pienso "a última hora de la mañana" pero para cuando miro el reloj la última hora de la mañana ha quedado bastante atrás y estoy sito en mitad de la tarde, donde los compromisos siguen acuciando.

No lloro, sólo explico el porqué del silencio de las últimas semanas.

Antes del parón leí varias novelas, la primera de las que tenía pendiente de comentar fue "Steelheart", la primera entrega de una nueva serie del hiperactivo y megaproductivo Brandon Sanderson que, además, está incluida dentro de su "Cosmere".

Soy un lector que disfruta mucho con Sánderson. Me parece un escritor con una capacidad asombrosa para absorber al lector pero soy consciente de que no todas sus historias son novelones. 

Curiosamente me parece superior cuando escribe en menos de 300 páginas, es más, para mí sus dos relatos más conseguidos son eso, "relatos" con menos de 100 páginas ("Legión" y "El alma del emperador"). "Elantris" no le va a la zaga, pero es una novela más exigente en tiempo y atención, menos concreta.

"Nacidos de la Bruma" ya bajaba un peldaño. Está muy bien pero es mucho más densa, hasta llegar a generar un moment "uff, esto se está alargando" que le penaliza al final y le quita parte del encanto...

Y luego llega "Steelheart" (que conste que hablo de mi orden de lectura de las obras voluminosas, no de su publicación), que tiene cosas muy buenas (es cautivadora como pocas de sus historias, se lee tremendamente bien, incluso tiene un punto adictivo muy de agradecer, pero cuando la terminas te deja un poco con la sensación de "esto me suena. No a Sánderson sino a comic ochentero".

A fin de cuentas Steelheart es casi una distopia de la sociedad moderna y no un ejercicio de ciencia-ficción "Legión" o de pura fantasía ("Elantris", "Nacidos de la Bruma" y "El alma del emperador").

En ese sentido la ambientación es más limitada y las novedades escasas. El problema es que, en esa situación, con el argumento tal y como lo desarrolla y los personajes que utiliza para poblar la historia (fundamentalmente todos los Reckoners) uno no deja de acordarse (que para eso es mayor) de la Patrulla X de finales de los 80, mediados de los 90. La original, la configuración clásica que luego pasaron a ser los X-men (con Cíclope, Jean Gray, la Bestia, el Hombre de Hielo y Ángel), tutorizados por Charles Xavier.

Una vez que se mete esa imagen en la cabeza acabas generando una querencia insana por transformar parte de lo que lees en el simil comiquero y los paralelismos se multiplican. Incluso se puede llegar a encontrar en los subterráneos por los que se mueven los personajes ecos de los Morlocks de la Marvel.

No sé si Steelheart (el malo de la novela) es Apocalipsis, Mr. Siniestro, Magneto o un maxmix de los tres con algún añadido pero la sensación que se me metió entre ceja y ceja a mitad de la historia no me abandonó ni siquiera al final, donde hasta vi/encontré ecos de Fenix Oscura.

Como lectura me ha parecido vibrante, cómoda y ágil, más próxima por momentos a un Young Adult de últimos años que de una fantasía 100% adulta pero muy entretenida en global, pero durante muchas páginas me ha parecido poco novedosa e ingeniosa y eso le ha pasado factura en la valoración final.

Creo que sin referentes previos al mundo del comic que te asalten y te "adelanten" algún hecho distintivo la novela crecerá mucho a los ojos del lector igual que tengo la sensación de que es una novela que, para un adolescente, es muchísimo mejor introducción al mundo de la Fantasía más actual que "Nacidos de la bruma" que es más ardua, exigente y cargante.

Evidentemente leeré la serie, junto con el resto de novelas de Sanderson y su "Cosmere" pero no es, a día de hoy, uno de mis títulos favoritos ni de mis primeras preferencias, por mucho que con todos los peros siga estando muy por encima de muchas otras medianías.

Valoración: Me ha gustado. Sin más.

P.D: leo poco, el cine lo visito menos aún y sólo la música aguanta ahí inmutable para amenizar los días pero, por si se me olvida cuando comente "El juego de las tres cartas" y porque han pasado un par de semanas desde el fallecimiento de alguien muy querido, quiero despedirme con la dedicatoria que utiliza Massimo Malvaldi al comienzo de su novela, porque pocas veces dos líneas han dicho tanto con tan poco y han resumido mejor el vacío que una ausencia puede llegar a dejar. No cambio el destinatario pero espero que estés donde estés sepas que va para ti:

"A Vittorio,
que al ir a la luz
nos has dejado un poco más en la oscuridad"