domingo, 26 de mayo de 2013

El guardián invisible

La única palabra que me viene a la cabeza cuando pienso en la novela de Dolores Redondo es "dualidad", porque...

... aunque esperaba algo diferente a lo habitual, lo que me he encontrado ha sido tan distinto que me he quedado con cierta sensación de vacío al terminar la novela. Procuraré que esa "decepción autoinfligida" no tenga reflejo en mi valoración, penalizando a la obra por "ausencias" que no son culpa suya. 

... quería algo "de casa" para poder sentirme identificado y me he encontrado con una narración tan distante, y  tan distinta, que no he terminado de sentirme a gusto. Sí, es España. Sí, es real (al menos por lo que recuerdo y he vivido) pero la realidad que muestra está tan alejada de la que vivo cada día que al final me parece mucho más ficción de lo que es.

... buscaba algo finito y me encuentro con algo "que continuará" dejando, además,  alguna pregunta en el aire que dependiendo como se resuelva puede encumbrar la serie o suponer una caída a los infiernos.

... No ha sido una lectura de esas que caen por su propio peso. Conforme leía varias páginas y "entraba en calor", una vez que me metía en situación, sentía ganas de seguir avanzando pero tan pronto como paraba  me veía obligado a "tirar" de ella porque no sentía unas ganas locas por volver a sus brazos.

... los personajes son complejos y ricos en matices pero por un lado tienes la sensación de que quizás pasa demasiado en muy poco tiempo y, por otra, que hay algún personaje al que la autora se ha empeñado en "vestir" más de la cuenta con detalles que luego no tienen la más mínima relevancia .

... no es lo suficiente autoconclusiva como para poder valorar si realmente lo que parece sobrar realmente lo hace o si es algo que cobrará sentido después y esa es una sensación que no me gusta mucho.

... uno llega a sentir una gran simpatía por la "Amaia-niña" pero se queda frío con la versión adulta, demasiado condicionada por la idea inicial de "persona con asuntos pendientes".


... el pasaje en la fábrica entre la madre y la hija, que marca la vida de toda la familia, se repite demasiado, incluso hasta el punto de volverlo a narrarlo casi integramente en un segundo momento de la novela y, sin embargo, hay otros hechos, como por ejemplo la disgresión que lleva la narración a Nueva Orleans en una segunda ocasión que no son explicados/aclarados. ¿estamos ante una versión "made in spain" del Charlie Parker de Connolly o simplemente es un desparrame literario que no tendrá continuación?

Que puede esperar encontrar quien la lea...

Un cuerpo de novela negra, dura pero no grosera, con una trama principal que necesita de los dramas familiares de los Salazar y su escabroso pasado para cobrar entidad propia. Todo salpimentado con  elementos de la mitología y topografía de la zona.

Lo peor...

La sensación de incompleto que subyace al final de la novela. Demasiadas puertas abiertas ajenas a la trama principal que, eso sí, está bien llevada y mejor rematada.

Lo mejor...  

Los dos elementos ajenos a la novela negra: por un lado la ubicación de la historia, desde el paisaje hasta el "folklore" de la región (con echadoras de cartas y basajaun incluido) y por otra la capacidad de Dolores Redondo para plasmar que en varias de las confrontaciones entre las hermanas es capaz de explicar muy gráficamente un hecho que tenemos tendencia a olvidar, que existen tantas realidades como individuos las vivenpues cada uno "vive" las cosas condicionado por sus filias, fobias, miedos, ideas preconcebidas y experiencias pasadas.

domingo, 19 de mayo de 2013

Ola de calor - Nikky Heat vol. 1

La serie de Nikky Heat es un producto televisivo, la plasmación material de las novelas que Richard Castle, (protagonista de la serie) comienza a escribir tras conocer a la detective Kate Beckett durante el transcurso de una investigación.

La versión literaria está llamada a ser una adaptación de lo que sucede en los episodios televisivos aunque  versionados desde el punto de vista de su creador. Algunos momentos de las novelas pueden (deben) recordar momentos de la serie aunque no todo cuanto acontece allí aparece en el libro y cuando lo hace no siempre es una reproducción fiel de lo que "realmente" ha sucedido. Esa es una de las claves de estas novelas. La "vida" del Castle televisivo (con sus correrías policiales, su quiero pero no puedo amoroso, etc...) son la fuente de la que se alimenta la serie literaria pero deja que la imaginación de éste corrija lo que no le gusta o lo adapte a sus "necesidades argumentales". Un juego de espejos curioso que para el seguidor de la serie puede llegar a tener su punto, aunque en esta primera entrega, todo sea dicho, ese punto sea algo más difícil de encontrar que en entregas posteriores.

El problema de "Ola de calor" es que es demasiada "primera novela" incluso para ser "la" primera novela de la serie. Téngase en cuenta que estamos hablando de un escritor afamado, autor de numerosos best sellers policiacos y, sin embargo, nos encontramos con esta novela  light, algo descafeinada y enormemente inocente. 

Da la sensación de que quien está detrás de este proyecto no fue capaz de decidirse entre escribir para quienes no son seguidores de la serie de televisión o hacerlo para quien sí sabe de qué va la historia. Al final se queda entre dos aguas y le pasa factura.

Para el que no sepa de qué "va el percal" el problema es que al libro le faltan descripciones con el consiguiente desfase entre lo que el escritor quería decir y lo que el lector a entendido al leer. Las explicaciones de ciertos comportamientos son un tanto pueriles y tienen más pinta de acotaciones de guión que luego el actor debe seguir a la hora de interpretar que la aclaración o descripción de un comportamiento y, por si no fuese suficiente, encima a  los personajes les falta profundidad. 

El seguidor habitual sufre los problemas anteriores pero, hasta cierto punto, los suple con los conocimientos adicionales que posee. Los vacíos descriptivos de los protagonistas los suple con extrapolaciones televisivas, mejorando la lectura y dotándola de una entidad que por sí sola no posee, pero se ve frenado cuando se encuentra con explicaciones inocentes que para él son innecesarias y por una ausencia preocupante del humor ácido o cargado de ironía que por momentos sí tienen los personajes de "carne y hueso". 

Un rayo de esperanza...o mejor dos

No todo es malo. Su semejanza a un guión televisivo ayuda, permitiendo una lectura muy ágil y su trama es entretenida y está bien hilvanada. A mí, particularmente, ese aire a lo "entre todos la mataron y ella sola se murió" me gusta y consigue darle una vidilla a la novela que no pensé que llegase a tener.

Además, como por error leí antes "Calor desnudo" (la segunda entrega de esta novela) que "Ola de calor", puedo garantizar que la cosa mejora en entregas posteriores. No llega a "novelón" pero sí que gana ritmo y bastante más interés, imagino que porque tras la "novela debut" se puede hablar por fin de equiparación en el público y, por tanto,  el "escritor" que está detrás del ficticio Richard Castle se ha podido limitar a escribir sin tener que decidir a quién se estaba dirigiendo.

E...E...E...Eso es todo, amigos

Nada me gustaría más que rellenar hojas y hojas (o líneas y líneas) con información jugosa y comentarios bien traídos pero ni la lectura ni quien escribe parece dar para mucho más hoy. Afortunadamente la lista de novelas para las semanas venideras promete (tanto para los lectores como para mí) y es probable que den mucho más juego.

domingo, 12 de mayo de 2013

House of cards - The negotiator vol. 2

Tenía escrito un post. Puede que no "EL POST" pero un post a fin de cuentas, sin embargoo sonaba vacío y frío y no he podido dejarlo así. No sé si lo que viene a continuación será de tu agrado pero lo que voy a intentar es que sea del mío, así podré dormir tranquilo.

Me gusta "House of cards" porque me parece que a pesar de ser una novela de fantasía habla de la vida y, aunque sólo sea de vez en cuando, me sienta bien ver mis miserias, mis dudas y todos esos temas a los que les doy cien mil vueltas a lo largo del día plasmados en papel.

Habla de amor...por supuesto. Ya lo hacía en la primera entrega pero en esta segunda ahonda mucho más. Me gusta porque no lo hace sólo con idealismos baratos de novela rosa, también muestra la cara más oscura, la amarga: habla de celos, de miedos, de inseguridades y de vulnerabilidad pero, sobre todo, habla de la tendencia que tenemos todos a interpretar la realidad según nuestros gustos y apetencias, olvidando los hechos o corrigiendo (apartando) aquello que no nos interesa. Habla de cuentos de hadas y de "castillos en el aire", de esos futuros imaginarios que nos montamos cuando conocemos a quien esperamos que sea nuestra pareja y como anticipamos un sin fin de cosas que luego posiblemente no lleguen a suceder. Habla de poner los pies en el suelo, de aceptar las cosas como vienen y de afrontar los desengaños y los problemas, no de dejarlos a un lado o de intentar omitirlos. Y por eso, aunque sólo sea por eso, me gusta.

Habla del idealismo... de nuestros sueños de infancia. De nuestras ideas preconcebidas, de la intención (que creo que quien más y quien menos ha experimentado) de cambiar el mundo, de ayudar a hacerlo mejor, de "aportar nuestro granito de arena" y de como a veces para hacerlo uno recorre un camino distinto al que pensaba. 

También de como a veces la vida (las circunstancias o el fatum) son las que se imponen y te llevan por derroteros distintos a los que inicialmente pensabas. Incluso se refiere a la capacidad absurda y sorprendente que tenemos todos de revestir nuestras "bajadas de pantalones" y nuestros vaivenes ideológicos autoconvenciéndonos de que nada ha cambiado en nosotros durante el camino. 

Creo que en el fondo se puede decir que habla de eso que muchos llaman "la crisis de la mediana edad", esa que hace que una mañana, mientras te miras al espejo pienses ¿cómo carajo he llegado yo aquí?si yo iba a hacer... y luego.... y yo lo que quería era... También habla de adaptarse y de aceptarse, de ser capaz de tomarse un respiro para pensar y tirar para adelante  y, lo más imporrante, de darse cuenta de que uno se ha equivocado y ser capaz de reconocerlo (aunque no haya marcha atrás posible).

Habla de pertenencia. De la necesidad que tenemos de sentirnos parte de "algo", por mucho que ese algo no siempre nos guste y del miedo al qué diran y a sertirse rechazado. Del cambio y del pavor que despierta esa palabra en todos nosotros en algún momento de nuestras vidas... y de nuestra fragilidad, pues en muchos casos somos lo que la gente de nuestros alrededores nos permiten ser, son ellos quienes nos soportan y apoyan en los días malos y cuando las decisiones que tomamos nos alejan de ellos  nos cuestionamos y replanteamos nuestras acciones, porque la soledad es algo aterrador y la incomprensión de los demás un mazo que puede causar un daño irreparable.

Y habla de integración. De sociedades que se rigen por normas distintas a las nuestras, por gente con otras ideas y una visión distinta y de como la interacción puede conllevar dos cosas: cambio o distanciamiento. El segundo puede doler o no ser comprensible pero es más "honesto", cuando sucede uno sabe que esperar pero con el "cambio" la cosa es distinta porque uno está siempre dispuesto a alterar lo que conoce y no le gusta, intenta moverse para conseguir lo que el considera "la plenitud" pero no está dispuesto a aceptar que otro intente hacer eso mismo con él

Para mí todo eso es "House of cards" con dragones, djinns, gárgolas y vampiros pululando por nuestras calles, a pesar de todos los elementos fantásticos que se quieran poner como "peros", creo que es un buen retrato del ser humano, de nuestras limitaciones, nuestros sueños y nuestras esperanzas. Y creo que por eso me gusta.

Por eso y porque se lee muy bien, porque es enormemente entretenido y porque no tiene nada que ver con lo que he leído antes. Sí, hay amor entre dos "razas" distintas y eso hace pensar en "Crepúsculo" o en otras novelas similares pero en el fondo no tiene nada que ver porque la de Margrit y Alban es una relación "adulta" (con el sentido peyorativo que uno le quiera poner a la palabra), lo que mueve a los protagonsitas como a Edward y Bella en su serie es "El amor" pero lo que pasa por la cabeza de los protagonistas de "House of cards" es mucho más complejo, o al menos está mucho mejor definido.

Los personajes cambian y se adaptan, incluso las (en principio) inamovibles gárgolas, conforme cambian sus circunstancias. No es el cambio fluído como nos venden siempre, hay muchas aristas y en el camino sufren y se desgastan, tienen dudas y se ven obligados a aceptar. Por eso personajes como Janx, Alban o Daisani cobran enteros en esta segunda novela. Tanto como Margrit, que en esta entrega descubre que Newton no andaba tan equivocado cuando enunció su tercera ley: toda reacción provoca una reacción opuesta e idéntica.

Como obra está bien porque además su trama es compleja pero creíble (sí, ya lo sé, con criaturas como estas poco creíble será, pero si lees esto es porque estás dispuesto a "creer" aunque sea durante un rato, ¿no?), porque tiene un par de giros inesperados que están muy bien y porque no se limita a ser una continuación del "deshojar la margarita" entre los dos protagonitas. Aquí está el futuro de muchas razas en juego y eso es lo que importa.

Y tiene unas últimas 50-70 páginas que suben todavía más el listón y convierten esta novela en algo notable de verdad, esta vez con un par de momentos de (esa tan ansiada a veces) acción que quedan para el recuerdo.

Queda todo abierto para el cierre de la serie en "Hands of flame", pero la guerra ya ha comenzado y la cosa está que arde en todos los frentes.

Un pero...

Aquí no llega. Es algo increíble. Eso sí, al menos en inglés sale barato. 

domingo, 5 de mayo de 2013

Lucky Star, Ranger del Espacio

Durante un par de días de esta semana he sentido, vergüenza.

Lo curioso de esta ocasión es que la sentí mientras iba en el Metro. Esta vez no era por ir leyendo (que parece que últimamente es algo más frecuente) ni por hacerlo en "soporte papel" (que empieza a ser minoritario), sino por hacerlo con una novela que tenía puesto en su portada un "JUVENIL" con letras bien grandes sobre un fondo rojo y un dibujo de portada que hecho con rotulador no daba un aire muy adulto a la novela.

Lo fácil sería decir que el problema es de los demás pero uno (al menos "este uno"), aunque no lo admita fácilmente, vive condicionado por lo que puedan pensar los demás (sí, sé que es un craso error pero estoy aquí para comentar un libro, no para una sesión de autoayuda, así que...). 

Lo sé porque cuando cogí este libro lo hice con un único pensamiento en la cabeza ¿vas a comentarlo en el blog? Idea que alcanzó su clímax cuando dos horas y poco después terminé el libro y lo que pasó por mi cabeza ¿y si cojo un libro corto para ver si me la ventilo de aquí al sábado y así tengo otra cosa de la que hablar?

Podría decir que he leído esta novela porque estoy pensando en hacer limpieza para ganar algo de espacio y necesitaba saber si podía prescindir de éste pero sería mentir. Sí, tengo que hacer limpia, pero tengo una lista bastante larga de libros que saldrán. La verdad es que lo escogí porque al quitarlo para limpiar bien el polvo de debajo sonreí recordando una impresión (algo difusa, todo sea dicho) que tenía de las aventuras de su peculiar protagonista. 

La memoria es algo asombroso. No siempre recuerdo todos los libros que he leído, según pasa el tiempo sólo suelo recordar retazos generales y son pocos los que me llegan a impactar, pero si algo significativo ha sucedido durante la lectura de uno, sin importar su calidad, ése siempre va asociado al recuerdo y es casi imposible que me desaga de él. 

La serie de Lucky Star (cuando comienza la novela Darren Starr) se quedará  conmigo por los recuerdos que atesora y porque es una buena serie de novelas (más bien relatos cortos cada una de ellas) que se leen muy fácilmente. 

No ha envejecido mal a pesar de que Asimov la escribió cerca de 1950  porque ha tenido la suerte de que algunos planteamientos claramente superados por los descubrimientos científicos actuales le dan un aire naif que lo convierte algo entrañable, creando una especie de futuro-retro.

Si alguien decide leerlo (o releerlo, que me parece una opción más factible dada su antigüedad) se encontrará con una lectura agradable y entretenida que tiene más de novela negra que de ciencia-ficción aunque está ambientada en Marte. La imaginería de Asimov tiene su hueco durante la trama y parte del mundo que crea es curiosa (aún en 2013 innovadora) aunque representa un futuro bastante más lejano de lo que su autor posiblemente tuviese en mente cuando la escribió. 

Para ser una novela de intriga le falta algo de peso, pero tiene un ligero toque, salvando las distancias, a las novelas de Sherlock Holmes porque durante la investigacion (aquí unas misteriosas muertes tras el consumo de productos marcianos) lo único que podemos hacer es seguir los pasos de su protagonista pero nunca, salvo durante la conclusión, se llega a compartir sus pensamientos.

El lenguaje de la versión traducida es muy asequible, no hay problema en seguir los razonamientos deductivos y la jerga científica no impide entender lo que está sucediendo. Sencilla, aunque provista de algún giro curioso, quizás le falta algo de complejidad a sus personajes, único punto donde quizás sea posible tildarla como "juvenil".  

Si tuviese un hijo entre los 10 y los 15 años creo que sería una buena novela para iniciarle en la lectura (si es que no le gusta ya) o para que leyese algo en inglés (porque no creo utilice un lenguaje especialmente complicado). Imagino que los mas pequeños serán más impresionables, al menos yo lo fui en su momento, ¡¡pero claro entonces no existían películas como "John Carter of Mars"!!

Lo difícil si alguien está interesado será dar con él. He mirado en un par de librerías de las supuestamente "grandes" por internet y no aparece pero curiosamente en "iberlibro", la red de librerías de segunda mano,  hay alguno en español (en inglés muchos más). Pero bueno, para eso están las bibliotecas.

A mí me ha servido para recordar viejos tiempos y para descansar un poco tras "El síndrome E". Me apetecía algo un poco más ligero y las opciones que tenía (incluyendo "The perks of being a wallflower", que tengo a medias) no me apetencián especialmente en ese momento. Quizás para lo que lo quería ha sido demasiado breve pero durante 24 horas cumplió con su objetivo y me arrancó alguna (pequeña, todo sea dicho) sonrisa.

P.D: Mi versión es de Bruguera, tiene más años que la tana  y no sólo tiene el famoso "Juvenil" puesto por todas partes, también está ilustrada cada 10 páginas, más o menos, algo que como adulto me ha cortado un poco el rollo pero que como crío me supuso un respiro. 

Las versiones ilustradas, me refiero a las que incluyen algún dibujo de vez en cuando, no a versiones 100% gráficas, me ayudaron a iniciarme en la lectura, no sólo de novelas "infantiles" (como las de "El pequeño vampiro") sino a trabajar la atención como "aventuras de Hans Jurgen o a adentrarme en el mundo de la literatura más adulta. 

Mi primera versión de  "Estudio en Escarlata" es de la misma colección que Lucky Star (portada en rojo, dibujos a rotulador, ilustrada...) y uno de mis libros favoritos ("La Flecha negra" de Stevenson) también está ilustrado y aunque tengo una versión posterior en un formato más estandar, para mí las aventura de Dick y Joanna siempre serán las que representó L. Togliatto.