domingo, 27 de mayo de 2012

Misterioso

No sé en qué momento preciso "Misterioso" empezó a llamar mi atención, o mejor, lo sé pero todo parece remitirse a una cuestión de estética y estilo más que de temática y eso hace que explicarlo resulte mucho mas complicado.

En un principio la novela me recordaba a las primeras que conforman la serie escrita por Maj Sjöwall y Per Wahlöö, tanto por su seriedad como por su sobriedad y (porque no decirlo) por contar con un personaje (en este caso Paul Hjelm) que, como me sucede muchas veces con "el Martin Beck" del matrimonio sueco, no conseguía arrancar mis simpatías. Eso sí la opresión, claustrofobia y tedío causado por el inexorable y lento paso del tiempo, elemento constante y determinante en las novelas de los llamados "padres de la novela negra sueca actual", no es un elemento presente en la trama de "Misterioso", lo que evita el desgaste del lector y permite una lectura mucho más agil y sencilla.


Si durante un breve instante comparo a Dahl con James Patterson cualquiera que haya leído mi post sobre "Segunda oportunidad" aprovechará mi comentario para tildar a "Misterioso" (por asociación) de intrascendente...así que antes de realizar cualquier tipo de juicio de valor, ¡precaución, compañero lector!, conviene que haga una pequeña matización, mi lígera e ínfima  referencia a Patterson se refiere a su versión "El coleccionista de amantes", con todo lo que implica en cuanto a ritmo y presencia y no a la versión "Women's murder club" que, efectivamente, me parece más "palomiteras", de consumo rápido sin complicaciones de ningun tipo. 

"Misterioso" auna lo mejor de los dos mundos, describe su entorno social y va ganando cierto "peso" conforme avanza la trama pero evita la redundancia y la "pesadez" de quienes al referirse a algo parecen necesitar realizar auténticas tesis doctorales. Así se interna en distintos aspectos de la sociedad sueca y su problemática actual (no la Sucecia de Sjöwal & Co situada a mitad de los años 60) sin entrar en el detalle extenuante. Aquí se esbozan las situaciones, aprovechando los "lamentables" tiempos por los que atraviesan las distintas sociedades europeas. ¿Hay un mejor caldo de cultivo que ese para hablar de la crisis económica y los problemas que la actuación de los bancos y cajas han deparado para la economía europea?

Las hojas se suceden y las distintas vías de investigación abren frentes interesantes que contribuyen a mostrar una versión distinta de Suecia que todos teníamos antes. Aunque esa imagen ya está muy depauperada, resquebrajada ante la constante exhibición pública de sus defectos y carencias a que se ve sometida por los autores actuales.  A temas recurrentes como la pederastia o cierto tufillo racista se une ahora  la complejidad (y peligro)  que la ingerencia de las mafias de origen eslavo están suponiendo para los comerciantes suecos o la impunidad de la que (también allí) parecen disfrutar quienes atesoran gran cantidad de recursos económicos...si bien siempre es la crisis económica/bancaría/social la que marca el transcurso de la novela mientras recibimos un pequeño repaso a la historia del jazz, con la figura de Thelonius Monk y su composición "Misterioso" de música de fondo.

Ahí, a medio camino entre Sjöwall-Wahlöö y la prosa más técnica, ilustrada y recargada de Stieg Larsson, en esa zona intermedia que tan bien domina Henning Mankell, hay cabida hasta para un toque extraño y particular a medio camino entre lo surrealista y lo onírico que me hace recordar (y anhelar) a "la" Fred Vargas de "los tres historiadores". Justo tras ese momento sublime donde ni Hjelm ni nosotros sabemos si en un apartado hotel ha pasado lo que parece haber pasado (todo muy subido de tono, el que avisa no es traidor) o todos lo hemos soñado, se produce un punto de inflexión, un cambio paulatino en la novela, y pasamos del soliloquio a la  obra coral...y con ese cambio ganamos todos, incluido nuestro (hasta entonces) abotargado protagonista.

Cuando Kerstin Holm, Jorge Chavez, Norlander, Nyberg y Hultin (o sus cabezazos) y el resto de integrantes  entran en escena se produce un cambio paulatino que (ironías de la vida) nos va acercando a su protagonista. Contemplamos como un conjunto heterogéneo de personalidades pasa a ser algo más que una mera suma de individualiades dentro de ese entorno irreal que es "el Grupo A" que les sirve de refugio  para las distintas problemáticas de su día a día. Y si el precio a pagar son un par de pequeños episodios surrealistas (como los protagonizados por Nyberg y Norlander en solitario), ¡bienvenido sean!. 
Conforme se van perfilando los demás el propio Hjelm va cogiendo consistencia hasta alcanzar su epifanía personal en el último capítulo del libro. Un capítulo, eso sí, bastante triste y con gran carga emocional. Podría decirse que "Misterioso" es el proceso de narración del "proceso de curación" al que se ve sometido su protagonista. Un proceso tedioso y largo que le lleva a cambiar, mas fruto de los acontecimientos que se van desencadenando que de una decisión personal intencionada. 

Hace ya unos cuantos años (me niego a mirarlo en imdb para ser exacto en el dato, lo siento) Woody Allen estreno "Desmontando a Harry", si no recuerdo mal con Billy Cristal. Pues bien esta primera novela de la serie conocida como "Intercrime" podría haberse llamado también  "Reconstruyendo a Paul" pues, como si se tratase de Mr. Potato, durante la obra asistimos a su desmantelamiento y posterior reconstrucción. Si, como pasaba en varios episodios de "Un chapuzas en casa", en el proceso de ensamblaje ha sobrado alguna pieza o si por contra faltaba algo eso es algo que el lector deberá decidir cuando finalice la lectura de la novela.

A toro pasado "Misterioso" tiene algo (desde luego mucho más que lo que en un primer vistazo llegué a esperar)... una sensación global de comidad que acompaña su lectura y que la convierte en algo liviano y entretenido sin caer por ello en la narración esquematizada o en la novela básica que hemos leído cien mil veces y que sigue apareciendo en las librerías constantemente bajo distinto título pero con el mismo argumento.


A mí me deja satisfecho. No diría que contento (el final como he dicho tiene algo de despedida que pesa mucho en quiene escribe) pero si conforme. Las puertas se quedan abiertas (la de la serie, no las del caso que queda "atado y bien atado"), dejando un montón de nuevas posibilidades y preguntas sobre el futuro en el aire, lo que, teniendo en cuenta la curiosidad que siento en estos momentos,  me hace pensar que  "El que siembra sangre" (segunda novela de la serie) acabará en mi mesilla de noche más pronto que tarde. 

No me gustaría terminar sin reseñar dos pequeños detalles que, sin embargo, a mí me han gustado especialmente, por un lado la crítica dura y ácida (a pesar de su ligereza aparente) a la labor de todos esos cuerpos policiales "secretos" (en este caso la SAPO) que a veces olvidan la necesidad de respetar las normas del "estado de Derecho" en cualquier sociedad y, por otro (y relacionado) una reflexión en los primeros compases de la novela sobre la ingrata y poco tratada labor de "Asuntos internos", cuya  misión tiene un matiz aleccionadora que yo no les atribuía quizá acostumbrado a verles siempre como una jauría de perros hambrientos al acecho de una presa fácil.

domingo, 20 de mayo de 2012

"The lost files: Six legacy" & "The power of Six"

Justo antes de empezar a leer "El niño 44" me plantee comenzar con "The power of six" ("El poder de seis"), la segunda entrega de "The lorien legacies" o, como seguramente la acabará por conocer todo el mundo, la continuación de "Soy el número 4". En el último minuto me contuve jugando con la posibilidad de aprovechar una festividad venidera para disfrutar de mayor tranquilidad en su lectura. 

Para matar el gusanillo, también para ver por donde podían ir los tiros, opté por leer ese "pequeño relato" llamado "The lost files: Six legacy" y que sólo he encontrado en formato ebook.
Un relato breve pero interesante que deja claro que John Smith (o Cuatro) no es el único protagonista de la serie y, más importante todavía, que (afortunadamente) Pittacus Lore (o quien/es se esconden detrás de ese pseudónimo) no tiene la menor intención de limitarse a cambiar nombres mientras repite la misma fórmula una y otra vez.
"The lost files: Six legacy" nos acerca a la figura de Six y de una forma breve pero intensa. Un personaje que en la segunda novela cobra un peso específico muy alto. Rapidamente descubrimos los distintos "legados" que tiene y nos acercamos a entender mejor un carácter marcado y decidido que deja muy poco lugar a  la duda. También nos permite llegar a conocer/querer a Katarina, la cepân  de Six y el vínculo (casi) filial que ambas parecen disfrutar, algo parecido al que ya conocimos entre Henri y John Smith en la novela anterior. 

Quien llega a este relato ha leído antes "Soy el número cuatro" y Pittacus Lore lo aprovecha perfectamente para omitir toda clase de información reiterativa o circunstancial lo que le permite condensar en muy pocas páginas el camino recorrido por Six desde su llegada a la Tierra hasta el momento en que "encuentra" a Cuatro. La pérdida de Katarina, la inquietante facilidad de los Mogadorianos para seguir los pasos a los distintos loriens y su enorme crueldad son algunos de los puntos centrales de la historia.

En el archivo que he leído la "historia" de Six ocupa más o menos un tercio del espacio. El resto es el comienzo de "soy el número cuatro" y el avance de "The power of Six" que ya se pudo leer en la primera novela. Teniendo en cuenta esto, ¿es necesaria su lectura? Supongo que es una cuestión de gustos. Para mí la decisión se reduce a una mera decisión, ¿te vale con que un amigo nos cuente "las aventuras" que han vivido durante un viaje o prefieres vivirlas en persona? es cierto que en la segunda novela se sintetiza lo acontecido en este (¿primer?) apendice pero es, a grandes rasgos, un boceto que no transmite ni la mitad de lo que ahí ha pasado. Es posible seguir la novela sin él pero es mucho más complicado disfrutar/entender/querer a Six sin haber compartido con ella ciertos momentos de su infancia.


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Si "The lost files: Six legacy" deja claro que las historias no se repiten, "The power os Six" pone de manifiesto que todos somos distintos y que nuestras reacciones y comportamientos son únicos a pesar de tener orígenes comunes. 

Sólo así tiene sentido el comportamiento de Adelina, la cepân de Siete, que, a diferencia de Henri y Katarina, optó casi desde el principio por esconderse en un sitio y permanecer allí negando la realidad. Comodidad, miedo, pérdida o desesperación, da igual cuál fuese el motivo que le llevó a hacerlo, lo cierto es que Siete lleva muchos años viviendo dentro del mismo convento, saliendo sólo para ir a la escuela, sin apenas contacto con su cepân y sin recibir ningún entrenamiento o información que le pueda ayudar a sobrevivir.

Su aislamiento, sus dudas, su soledad son una parte importante de la novela. Desde la distancia sigue la persecución de John Smith que el gobierno americano está llevando a cabo como presunto terrorista. Internet es su único nexo de unión con lo que está sucediendo "ahí" fuera...y eso ya no basta. En apenas cinco meses cumplirá 18 años y deberá optar por tomar los hábitos o marcharse, y ella tiene muy clara su decisión pero...¿qué le espera ahí fuera?¿cómo podrá localizar a los demás?¿dónde ocultó Adelina su "cofre" (en inglés es "Chest" y no sé cómo lo habrán traducido en español)?

Por si fuera poco los acontecimientos empiezan a sucederse: un misterioso hombre con bigote parece observar sus movimientos cada vez que baja al pueblo, ¿será un Mogadoriano?; casi a la vez, Ella, una cría de 7 años, acaba de entrar en el convento tras convertirse en huérfana y unas huellas en la nieve le indican que alguien "ha visitado" la cueva donde se refugia para pintar sobre sus recuerdos de Lorien y las imágenes que aparecen en sus sueños...¿qué está pasando?¿cuánto tiempo queda antes de que pase algo?

Y mientras John, Sam y Six están obligados a mantenerse en movimiento a la espera de encontrar alguna pista que les indique el camino a seguir. El F.B.I y los Mogadorianos van tras sus pasos, en la televisión se ofrece una suculenta recompensa por su captura, las autoridades le tachan de terrorista, y secuestrador... el tiempo pasa y hay decisiones que tomar pero el amor por Sarah y el recuerdo de Henri limitan la capacidad de acción de nuestro joven protagonista. Más pronto que tarde deberá leer la carta que le dejó Henri y abrir el "Cofre" para ver si en alguno de los dos objetos encuentran algún dato que les ayude a decidir cuál es el siguiente paso.

Dos tramas que se van entrecruzando a lo largo de la narración llenas de acción, amor, dudas, sentimientos, miedo, Mogadorianos a raudales, alguna nuevo animal alienígena al que enfrentarse, respuestas que sólo generan más preguntas, sótanos ocultos y bases ocultas en montañas,  Bernie Kosar, la aparición de algún "Número" nuevo , traición, desengaño, entrenamientos y hormonas revueltas todo en uno...y por si todo esto no es bastante,  la ominosa presencia de Setrakus Ra, el lider Mogadoriano. ¿se puede pedir más?

Pues sí, no tener que esperar a Agosto para poder hacerse con el tercer libro de la serie, pero...toca esperar.

domingo, 13 de mayo de 2012

El niño 44

Hace unos años mi padre me contó la historia de un viaje que hizo a Valencia durante su juventud, fue durante  un periodo especialmente difícil de España pero para mi eso era un dato insignificante.

En aquel momento la "batallita" la tomé como como cualquier otra historia de adolescencia que comparten dos personas en un momento dado, una demostración más del desafío de una persona joven a la autoridad paterna, incapaz de atribuir cualquier otro significado a la preocupación de mi abuelo que la habitual de todo progenitor cuando su "prole" se propone a llevar a cabo cualquier actividad extraordinaria. Mi bagage personal hacía imposible llegar a valorar la situación en todo su crudeza porque hay situaciones, como el miedo fruto de las situaciones vividas, que uno no puede entender si no las ha pasado, ni existe libro de texto ni documental capaz de hacérnoslo llegar. Tal vez un día lleguemos a tener ese "cine" interactivo y sensorial que aparece en "Un mundo feliz" de Aldous Huxley y podamos llegar a "sentir" esas experiencias en toda su magnitud pero, hasta entonces, parecen fuera de nuestro alcance.

Ha sido la lectura de "El niño 44" la que ha traído ese recuerdo a mi memoria. Gracias a él (o por su culpa) me he dado cuenta de ese abismo inmenso que se produce entre las generaciones cuando una de ellas ha experimentado situaciones extremas. Con la gran mayoría de autores (como con las historias que me contaba mi padre... no es que le haya pasado nada, simplemente ahora hablamos de otras cosas: deporte, libros, etc...) se produce un "gap", un vacio en la narración: quien cuenta la historia omite los elementos externos porque como forman parte habitual de su día a día llega a darlos por sentado; quien "la recibe" sitúa la historia en el recuerdo más similar que tiene, rellenando esos huecos "como puede". Entre lo uno y lo otro esa información se pierde y la historia se desnaturaliza.

Con la obra de Tom Rob Smith no es factible que eso suceda porque toda ella está marcada por el momento temporal en que se ubica. La rusa stalinista (o post stalinista porque Stalin muere durante la narración) es algo "tan distinto" a lo que estamos acostumbrados a ver/leer que se convierte en el elemento básico y fundamental de la narración, por encima de la investigación de la muerte de unos niños.

Acostumbrados a sociedades democráticas donde el individuo (al menos en teoría) tiene un margen de crecimiento y desarrollo ilimitado e independiente, nos encontramos en una sociedad de "hormigas" donde cada individuo no es más que una ínfima parte del "sistema", donde la capacidad para pensar con independiencia y desarrollarse como persona queda supeditado al bien común. Una sociedad que se construye  a través del miedo. Un miedo completo, total y absoluto, que forma parte del día a día de todas las personas y que, en general, quien aquí escribe no ha llegado a experimentar de forma parecida. Mi miedo cotidiano parece trivial con respecto al de los protagonistas quizás porque el suyo es un miedo constante, una sombra que siempre se yergue sobre ellos acogotándoles, reconduciéndoles, condicionando su manera de actuar. No son situaciones puntuales, es un miedo absoluto, a todo...no basta con evitar hacer algo malo es que no se puede hacer nada que se salga de lo "normal" para no levantar sospechas y consiste, además, en evitar tener problemas con cualquier persona (incluso de la propia familia) pues cualquiera puede delatarnos y el sistema, sin cuestionarse la autenticidad de la afirmación, como medida preventiva (y definitiva,  condena sin más.

En ese entorno las peripecias de Leo Demidov, el ex agente del MGB, cobran un nuevo significado. Su búsqueda de un asesino que se aprovecha de la propia idiosincracia de un sistema incapaz de aceptar su mera existencia obliga a llevar la investigación en la más absoluta clandestinidad, eludiendo las miradas de quienes hasta entonces eran sus compañeros, mientras intenta asimilar su nueva situación personal y se ve obligado a plantearse las lealtades y afinidades de cuantos le rodean.

"El niño 44" es una novela particularmente dura que retrata una realidad tan ajena a la nuestra que casi parece inventada. Cuesta hacerse a la idea de que apenas 60 años atrás en un país europeo se pudiese estar viviendo una situación parecida a la que se narra. Sin embargo es así y la capacidad de trasladar todo ese clima, ese ambiente pernicioso, a nuestros hogares es posiblemente el mayor mérito del autor. 

A medio camino entre la novela negra y el retrato social la novela funciona bien porque la realidad que plasma no aparece adulterada ante nuestros ojos. Sus personajes son creíbles, sus dudas, sus dilemas, sus conflictos son auténticos y, lo que es más importante, se nos facilitan los mecanismos para llegar a entenderlos a pesar de no haber llegado a pasar por una situación similar. El miedo que sustenta toda la obra nos impregna y se instala en nuestro interior. Odiamos a Vasili, queremos a Raisa y nos solidarizamos con todos y cada uno de los habitantes de la nación rusa que pasan ante nuestros ojos.

El único PERO real que le puedo poner a la novela es quizás ese, que es "tan real" que duele. Hace que te cuestiones qué es lo que está pasando en otros lugares, que es lo que no te están mostrando (o peor, no estás queriendo ver) siempre protegido bajo ese rótulo en el que pone "Estado de Bienestar" y por todo esa ingente cantidad de justificaciones morales que elucubramos para justificar nuestro "aislamientos emocional" ante las desgracias ajenas. Quizás por eso me cueste tanto ponerme en marcha y buscar la segunda novela de esta trilogía. Estoy convencido de que lo que está por venir no va a ser bueno...nada bueno puede salir de "esa sociedad" y el cambio, según la historia, tardará todavía en llegar. Si lo dejo aquí tal vez sea capaz de engañarme y creer que Leo Demidov podrá seguir viviendo una vida agradable y placentera junto a sus hijas y yo no tendré que pasarlo mal por él y por los suyos... ni me tendré que plantear cuántas sociedades actuales tienen las mismas carencias que la sociedad rusa de los años 50. No deja de ser curioso (y muy triste) que lo que convierte esta novela en algo reseñable sea lo mismo que me lleva a levantar un muro que me aleja de ella.

domingo, 6 de mayo de 2012

Acosada

Hace unos años veía un concurso televisivo autonómico llamado "Cifras y letras". Una de las pruebas  consistía en que los concursantes debían formar la palabra más larga que se les ocurriese con un total de 9 letras que habían sido extraídas aleatoriamente. Con los años el programa evolucionó y añadió una prueba especial donde de nuevo con 9 letras (esta vez puestas por el programa) debían formar dos palabras relacionadas con un tema concreto que se les indicaba.

Si se me permite la comparación, Brian Freeman es a la inmesa mayoría de los escritores de novela negra lo que la prueba especial supuso para el concurso, es decir, un soplo de aire fresco, un reto, un estímulo. Si con los demás autores no hay mucho más que hacer que limitarse a seguir la unívoca narración que se presenta ante nosotros, Freeman nos concede la libertad para elucubrar e intentar adelantarnos a la propia investigación policial aprovechando ciertos datos de los que sólo nosotros disponemos. Los hechos están ahí (expuestos antes de la mitad de la novela) y nos retan a jugar, a unir los puntos, a construir la historia pero nada es tan fácil como parece y, cuando no quedan flecos sueltos, resulta que te faltan elementos para completar tu "mosaico". Entonces, siempre dominado por el orgullo, piensas que te van a dar gato por liebre, ahí sobra o falta algo...

Sólo cuando terminas la novela eres capaz de observar que donde tu buscabas "la respuesta" podía haber "varias respuestas"  y que "ahí" en esta novela "de medio pelo" había mucho más de lo que en un principio pensábas. Entonces, superada la crispación y colocadas las pieza en su sitio, puedes pararte a valorar como los actos de una sola persona fueron capaces de sacar a la luz tal cantidad de secretos que se escondían en el interior de los hogares de la, en principio, tranquila, aburrida y apagada ciudad.

"Acosada" es la narración de lo que acontece en un momento puntual en la ciudad de Duluth (Minnesota), con varias historias que tienen en el "sexo" (en un sentido especialmente amplio y, en ocasiones, distorsionado) su denominador común y personajes cuyos sueños, esperanzas y los secretos se van entrecruzando bajo la atenta mirada de un grupo de investigación policial que intenta acabar con toda la mierda que ha empezado a salir desde los rincones más inexperados.

Dos son las historias que  sirven para abrir el fuego: la fuga de un preso durante su trasladado aprovechando las nefastas condiciones climatológicas del momento y, poco después,  el asesinato del marido de Maggie (la (de nuevo) compañera de Jonathan Stride) en su propia casa. Pero hay más, mucho más, entre otras: un chantajista que parece tener información comprometedora sobre varias personas influyentes; el inconcluso triángulo formado por Stride, Serena y Maggie; una denuncia de violación realizada por una chica con una reputación más que discutible;  una exagente de policía condenada hace 6 años por el asesinato de su marido; un fiscal con aspiraciones de llegar a Washington;  el proceso de aclimatación de Serena a su nuevo hogar; una investigación de tráfico de influencias y, por supuesto, el sexo (en diversas vertientes: violaciones, club sexual, etc...), presencia constante en las novelas que conforman la serie.

En la forma en que se entrelazan y relacionan todos estos elementos  reside el quid de la cuestión y es precisamente donde surgirán los problemas para aquel lector que (como yo) intenté "adelantarse" a los acontecimientos. Eso que todos hemos dicho alguna vez jugando a "El Misterio" o "El cluedo" de "el mayordomo-en la cocina-con el candelabro" pierde aquí toda su vigencia. Nada es tan sencillo como parece pero, curiosamente, la respuesta es siempre más simple de lo podía imaginarse.

Cuando pienso en las novelas de Freeman no puedo dejar de pensar en una sesión múltiple de cine donde puedes disfrutar de tres películas basadas en unos mismos hechos por el precio de una sola: "la que nos  vamos  montando nosotros", "la que viven los protagonistas" y, por supuesto,  "Acosada", precisamente por lo que hemos pgado. Que no es más (y a alguien le parecerá poco) que la fusión de los elementos que el lector ha sido capaz de presenciar pero que los protagonistas no pueden más que deducir conforme se les van presentado las pruebas, los resultados de la propia investigación policial (que lector y personajes comparten siempre) y, por último, el conocimiento previo que los personajes tienen de la ciudad y del pasado de sus conciudadano, ese elmento adicional que les permite una mayor comprensión de los hechos. Y es que, si el sexo ocupa un papel significativo dentro de esta serie de novelas, el pasado (de unos, de otros o, como en la novela anterior, de toda una ciudad) siempre juega un papel muy importante dentro de la trama de estas novelas.
Brian Freeman siempre cumple, desde sus títulos simples pero sugerentes hasta los personajes, capaces de despertar nuestro afecto siempre cuidando la trama (llena de intriga, tensión, suspense) y procurando alguna que otra subida de adrenalina y, por si fuera poco, el precio acompaña. ¿Que por qué no tiene mas éxito este/a autor/serie? ¡A mí que no me registren porque no lo entiendo, la verdad!, pero ¡eh, si ese es el "precio" a pagar para que se mantenga el precio actual no seré yo el que se queje, que conste.