sábado, 28 de febrero de 2015

La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey

Retomo el blog tras un largo periodo de ausencia. 

No es que haya dejado de leer (aunque es cierto que durante un periodo bastante largo no sólo no he sido capaz de encontrar tiempo para hacerlo como a mí me gusta sino que el número de lecturas se ha reducido drásticamente). Sólo espero poder mantener la tendencia de las dos últimas semanas donde parece que he podido encontrar un pequeño "hueco" para retomar esta pasión y, además, encontrar una remesa de libros que me llame la atención y me permita evadirme y poder desconectar de todo lo que trae el día a día .

"La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey" llegó a mis manos de forma  indirecta. Si soy sincero y apesar de que procuro variar bastante de género ésta no es una lectura tipo que suela buscar. En retrospectiva no puedo decir que tenga una sinopsis que hubiese despertado mi interés y su portada y colores tampoco resultan un gran reclamo (mas bien sosa).

Y debe ser algo que le ha pasado a alguna otra persona porque el otro día, al acercarme a una biblioteca del Distrito en el que trabajo me informaron de que acababa de ser expurgada porque hacía más de un año que nadie lo cogía. 

Así que... ¿cómo llega a mí? ¿O cómo llego yo a ella? Por una de mis tías en una consulta que le hice para dar con libros entretenidos, del corte de "El tiempo entre costuras" o de lecturas en femenino. No tanto por el género de su protagonista, también por la visión que aportan al mundo y la forma en que están escritos. Una lectura que pudiese cautivar a una amiga que siempre está a la búsqueda de libros que leer pero que tiene un gusto que se aleja bastante de mis apetitos habituales.

La obra escrita ex equo por Annie Barrows y Mary Ann Shaffer ha sido una agradable sorpresa. 

No es una obra maestra, y posiblemente no deje ninguna impronta imborrable en el lector pero sí que deja un buen sabor al terminarla y creo que aporta detalles sobre la ocupación alemana y los sin sabores de la guerra que, sin ser escabrosos, sí que muestran la dura realidad de periodos de nuestra historia de los que nunca queremos hablar ni leer, aportando puntos de vista distintos. En este caso el de los habitantes de la Isla de Guernsey y lo que supuso para ellos la ocupación durante 5 años por las tropas alemanas.

Escrita como si se tratase de una recopilación de la correspondencia entre una prometedora escritora de mediados de los años 40 en busca de material para un nuevo libro y distintos personajes (su editor y amigo Sidney, su mejor amiga y hermana del anterior, su prometido multimillonario y los distintos habitantes de la isla) su lectura resulta ligera, entretenida y cautivadora.

Es una lectura  que en estos momentos en que se habla de empoderamiento y relaciones de buen trato puede servir de punto de partida para un buen coloquio con gente de distintas edades ya que la separación temporal (casi 70 años) con el momento en que se sitúa la novela permite realizar un análisis tranquilo y sin agravios de las situaciones que vive su protagonista, reflexionar sobre su evolución a lo largo de la novela (de persona protegida y algo insustancial a una mejor con aplomo y consciencia de lo que la rodea, mucho más madura, capaz de asumir responsabilidades y retos,  gracias a lo que va aprendiendo y viviendo durante la narración) y sobre las relaciones afectivas, los vínculos y las dependencias.

En una época donde las relaciones de pareja y las denominadas "relaciones tóxicas" están tan de moda tal vez esta lectura permita analizar algunos de los elementos que no terminan de desaparecer de la sociedad y que va siendo hora de que lo hagan.

Esto, que a día de hoy y por motivos de trabajo, ha convertido esta novela en una herramienta de trabajo para llegar a públicos que no siempre son fáciles de asir, no es lo único que me gustaría destacar de la novela, así que creo que es importante destacar algún elemento adicional a valorar:  
El humor. El sano. No el zafio y fácil del caca, culo, pedo, pis al que a veces se recurre en busca de la carcajada sin complicaciones. El que genera complicidad y cariño hacia los personajes riéndote con ellos y alguna de las situaciones que plantean e incluso su ingenuidad temporal sin llegar nunca  a la ridiculización y el esperpento. Un humor inteligente y sensible, bien medido, que alivia la carga emocional que podrían tener algunos momentos narrativos. Un buen equilibrio que evita que la lectura se haga pesada o se pueda convertir en una carga dura y ardua.

La explicación de la ocupación en la isla. En mi caso ha supuesto la posibilidad de conocer una parte de la historia de la que nunca he llegado a tener conocimiento, como que parte (por pequeña que fuese) de la Gran Bretaña fue ocupada por los alemanes durante la II Guerra Mundial. 

Poder conocer el día a día de una tierra ocupada. Una visión de la guerra alejada de los bombardeos, los tiros, los tanques y los confrontaciones armadas de cualquier tipo, que habla de lo que vivieron los ocupados, de las miserias y problemas que tuvieron pero con un tono correcto que no busca conmocionar sino mostrar las avatares a las que se vieron sometidos los distintos personajes y cómo eso moldeo su carácter y la forma de afrontar y vivir las experiencias. Lo hace de forma sensible,  y respetuosa sin el objetivo de emocionar y conseguir el llanto del lector. Porque si algo impregna las páginas de esta novela es esperanza (y la posibilidad de cambio).

Jane Austin. Muy presente en la historia. Al menos para mí el espíritu de "Orgullo y prejuicio" sobrevuela siempre la trama a partir de la segunda parte de la novela, marcando el devenir de los acontecimientos.Para mí un gustazo.

Dos estilos. La de las dos escritoras. La de las dos partes de la novela. Se nota en un pequeño cambio en la forma de la trama y en cómo está escrito. Así que si a alguien le cuesta arrancar lo único que puedo decirle es que se lo tome con paciencia porque lo mejor está por llegar, con una segunda parte aún más dinámica y profunda y con más subtramas.

Mi valoración: Un 6. Una novela buena. Aunque no notable. Que entretiene y distrae. Agradable y fácil de leer. Con poca descripción y muy dinámica y personajes entrañables y divertidos. En ella deposito la posibilidad de dejar atrás, aunque sea temporalmente la adicción de alguien a Blue Jeans y su "Club de los incomprendidos"