martes, 28 de marzo de 2017

La primavera del comisario Ricciardi - Ricciardi, vol. 2

Leer es una evasión que no siempre consigue dejar fuera lo que nos afecta, hasta el punto de que, por suerte o por desgracia, acaba siendo incorporado a la lectura. Sin quererlo, las reflexiones personales, los sentimientos, tu vida acaba formando parte de la narración porque acabar por establecer paralelismos que pueden (o no) ser reales pero con los que convives durante toda la lectura. Es extraño, por momentos muy agradable y, en ocasiones, una pesada carga.

La serie protagonizada por Luigi Alfredo Ricciardi tiene el poder de evocar, de acercarnos a personajes con sentimientos y emociones que nos llegan de forma directa, sin filtros, como lectores, haciéndo que les entendamos, comprendemos y, en ocasiones, hasta compartamos sus decisiones y motivaciones.

Es raro aprender cosas sobre uno mismo cuando estás leyendo un libro pero cuando eso pasa no se me ocurre otra forma de expresarlo que con una sola palabra,  magia. A mí me pasa con estos libros que quizás no sean lo más como "novela negra" porque no lo son al uso,  pero sí como viaje interior si tienes suerte y se produce la confluencia de ciertas situaciones y emociones confluyen en texto y persona..

La intimidad de Ricciardi, sus dudas, sus miedos, su infelicidad son contagiables y asimilables por cualquier lector. Es una persona solitaria que encuentra en contadas ocasiones su remanso de paz y, por tanto, lo atesora como si fuese oro, hasta que un día el miedo se apodera de él y acaba por nublar parte de su percepción, descontrolándole y mostrando una persona emocional, frágil, vulnerable... asible, con la que aún resulta más fácil empatizar.

Llega la Primavera al Nápoles del 31, la sangre se acelera, los sentimientos afloran y varios personajes actúan de forma inesperada para paliar/corregir su infelicidad y su vida, en una obra muchísimo más coral y plural que la precedente. 

En esta sigue primando Ricciardi y su investigación, pero pasan muchas otras cosas, en una narración en la que Enrica y Maione (sobre todo Maione) cobran un peso específico propio, con dudas matrimoniales, crisis personal y la necesidad, tras tres años, de cerrar la herida causada por la muerte de su hijo y empezar a pasar página, incluso con el riesgo de asumir la  pérdida de su mujer en el proceso.

A muchos niveles podría considerarse una obra costumbrista, que nos narra un momento en la vida de varios habitantes de la ciudad (distintos barrios, distintas condiciones, distintas clases, distintos momentos personales) todos con un nexo común (una echadora de cartas que además es prestamista) y la situación en la que se encuentran todos ellos por el vínculo que han establecido con (o gracias a) ella.

Es un entramado complejo, en el que cuesta meterse porque di Giovanni escribe la trama de menos a más, poniendo frente a nosotros varios personajes sin nombre, con situaciones intuidas pero no nombradas, que van ganando en nitidez y definición conforme avanza la narración y la trama. 

Poco a poco los retazos atisbados en diálogos de una o dos páginas se van convirtiendo en personajes de carne y hueso, con sentimientos, circunstancias personales que no dejan a nadie indiferente y decisiones y modos de actuar que resulta muy complicado que puedan ser posteriormente juzgados por el lector.

Es una obra con una investigación criminal, una investigación personal y un crimen cuya gestación y realización se muestra ante nuestros ojos pero que la sociedad en la que sucede no llega a conocer nunca. Cada una de esas historias se desarrolla en la novela, en donde el foco principal está en la investigación policial (que tampoco resulta sencilla), que quizás no es lo más llamativo de todo el conjunto pero que depara alguna sorpresa final que ayuda para mostrar la dura realidad en que se desenvuelven millones y millones de personas en el mundo.

Es una novela plagada de historias, de personajes y de momentos que poseen, todos ellos, la virtud de la atemporalidad. Todo y todos tendrían cabida en narraciones en distintos periodos y épocas y, muy probablemente, en distintas localizaciones geográficas.

Su carácter intimista es atípico en el género. 

Etiquetar como novela negra es... algo un tanto subjetivo, incluso para mí que soy devoto de esa mutación con vertiente social (denuncia social de realidades en distintos países) que representan autores como Carofiglio, Lorenzo Silva, Donna Leon, Camilleri, Markaris. 

Maurizio di Giovanni es un autor que escribe bien, ligero y próximo, aportando siempre un lado humano plural que define estratos y personas con características definidas y distintas, sin caer en estereotipos y mostrando con solvencia cómo cada persona tiene problemas y situaciones que le superan y desbordan, que la felicidad no siempre está en el dinero y que la soledad es un estado personal y no un problema que se solvente por el mero hecho de estar rodeado de gente.

Creo que su lectura (y su gusto) tiene mucho más de "cuestión de piel" que de criterios estéticos y formales. 

Sus tramas no son complejas, no hay giros imposibles, no hay acción, apenas hay movimiento, pero hay mucho trabajo interior, mucha motivación y estudio del ser humano y eso, para variar, a mí me gusta y me llena, quizás porque su narración me traslada, me hace sentir, entender, empatizar y consigue enternecerme y horrorizarme en igual medida, porque la vida es muchas cosas y todas y cada unas tienen su momento en la narración.

Valoración: Me ha gustado mucho.


domingo, 26 de marzo de 2017

El nacimiento de Cupido - Cupido, vol. 1



Con el paso de las semanas las lecturas se desdibujan y se quedan los retazos finales, las sensaciones que se asociarán finalmente a cada una de ellas.

Tras varias semanas  tumultuosas, varias lecturas entre medias y la sensación de que el tiempo va muy rápido (y muy lento a la vez), hablar de "El nacimiento de Cupido" exige un ejercicio de memoria para entrar en los detalles pequeños, aunque resulta sencillo hablar de las impresiones generales porque éstas sí, son muy marcadas.

Autor: Eugenio Fuentes.  

Descubrimiento tardío (la serie comenzó en 1994, y yo la descubro 24 años más tarde), Fuentes aparece como un autor con un estilo literario que me gusta, con prosa propia, identificable (algo que se que agradece cuando uno se pasa el día leyendo traducciones que tienden a caer irremediablemente en la uniformidad), que lo diferencian de muchos otros autores contemporáneos nacionales cuya lectura es, cuando menos, monocorde.

Por estilo podría hablar de autores como Lorenzo Silva o Toni Hill, dos de los autores con un estilo más marcado (y que más me gusta) aunque por tono general, menos introspectivo que las novelas de Silva y con un tono bastante menos oscuro que las de Hill, se asemeja a lo que he leído de Ángel Gil Chieza ("Pez en la hierba").

Protagonista: Ricardo Cupido

Novela de solista, frente a las de los anteriores autores citados, el peso recae única y exclusivamente en él, expresidiario que intenta encontrar una forma de ganarse la vida lejos de su hogar, buscando una segunda oportunidad que allí no iba a tener.

Cupido es un personaje interesante, coherente, que se mueve en la zona intermedia en que nos movemos la mayor parte de nosotros, ni es un ganador (ni por asomo) ni es el típico perdedor en situación límite (que es un perfil más propio de otro artista nacional, Alexis Ravelo).

En ese umbral se mueve próximo a uno de mis personajes favoritos, Ruben Bevilacqua (Lorenzo Silva) pero desprovisto del apoyo y auxilio (tanto para personaje como para escritor, que supone el contar con una secundaria (cada vez menos) como Alicia Chamorro), lo que le deja un poco huérfano.

El peso de la trama recae única y exclusivamente en él y al carecer esta de un ritmo vibrante y él de una pequeña dosis adicional de magnetismo (llamesé carisma o como se quiera) al final le falta "una poca de gracia" para completar una novela más redonda.

Novela: "El nacimiento de Cupido" 

Una novela introductoria. Amena, ligera, de lectura fácil, que carece de algo de ritmo y da sensación de cierta atonía durante algún compás de la novela. Falta algo de magia, al quedarse muy lejos del "thrill" inglés, ese termino que define "la emoción" en su máximo exponente. Lees pero falta una miaja de todo para completar un conjunto redondo.

Es entretenida, muestra las islas (pero de un modo bastante frío, poco llamativo, muy lejos de otras novelas que sí han conseguido ese efecto cautivador ante un paisaje, clima y forma de vida tan alejado del peninsular (interesados en conocer las islas de otro modo leer "La niebla y la doncella", que Silva, que, además, está a punto de llegar a la gran pantalla).

Para mi gusto al conjunto le falta empaque, personajes con más peso, mayor interiorización de lo que está pasando, quizás otros puntos de vista en la trama, una novela más coral, pero es cierto que eso es algo que se ve más en las novelas de los últimos 10 años. Quizás ese sea el único pero gordo a la novela, la sensación de que no es todo lo moderna o actual que podría, no tanto por la trama y la existencia o inexistencia de elementos tecnológicos que modificasen/acelerasen el resultado, como en cuanto a ritmo y concepción de lo que se pide hoy en día.

Valoración: Me ha gustado. Con todo lo expuesto antes y a pesar de eso.

viernes, 24 de marzo de 2017

Deal Breaker - Myron Bolitar, vol. 1


"Deal breaker" es, creo que citando correctamente a una de mis tías, una novela desengrasante, de las que intercalas entre otras de mayor calado y exigencia.

No es la primera novela que leo de la serie y la sensación es la misma en todas, funciona muy bien para cambiar el chip, distraerse y buscar otras cotas más duras, complicadas o exigentes.

En un momento en donde las lecturas curiosas, interesantes o directamente buenas, parecen surgir de debajo de las piedras, no es fácil definir una lectura como "desengrasante", pues parece que la relegas a un segundo o tercer plano dentro de tu estantería.

Para mí son necesarias, es más un problema de encontrar el momento y cuál de ellas, porque si aumentan las lecturas pendientes que te interesan, el margen para las de "relleno" disminuye, ya que el tiempo que se le puede dedicar a la lectura no varía.

Para mí Myron Bolitar y sus (des/a)venturas son una opción bastante decente para tener en la recamara siempre.

Su lectura es ágil (incluso en inglés), entretenida, curiosa y con un elenco de personajes lo suficiente dispares y distintos como para dejar una imagen en tu recuerdo (cosa que muchísimas otras no logran en ningún momento).

Son novelas (esta primera lo es) donde el humor tiene presencia, sobre todo a nivel dialectal y de proceso interno del protagonista. Son chascarrillos fáciles, respuestas de patio de colegio, acidez en la mordacidad, que se agradecen como lector en un universo literario donde la apatía, el estoicismo y cierta sensación de uniformidad, tienden a generar una sensación de "continuación" o patrón repetido que no es fácil quitarse de encima.

El resto de personajes (Esperanza o Win) aportan un buen contrapunto y dosis de otros elementos que convierten la novela en algo distinto, agradable de leer y curioso. 

Ninguno termina de tener el carisma necesario para dejar una huella permanente pero sí un rastro de miguitas lo suficientemente claro como para que siempre que piensas en un libro de este corte, tengas un primer impulso de buscar el siguiente de la serie.

Cuenta, además, entre sus grandes valores el centrarse en el mundo deportivo (el ámbito cambia bastante en función de la novela de la que se trate) americano, en donde se mueven y manejan increíbles cantidades de dinero que hacen que personajes de dudosa reputación, escasa moralidad y cuestionable forma de obrar ronden siempre alrededor de las "estrellas" y "deportistas", convertidos en minas de oro con patas.

La mafia, los chanchullos, las malas artes, el deporte y su relación con la educación, la prensa y el uso y juego de la información para conseguir salir airoso de situaciones complicadas, la presión de la negociación... todo eso está presente a lo largo de la novela, mostrando un universo bastante sucio y corrupto en el que para sobrevivir hay que desplazarse por una línea muy muy fina entre lo moral y lo que no lo es.

La presencia de Win, el economista privilegiado, psicópata y pragmático, ayuda a ampliar la sensación de encontrarnos en un mundo singular, donde es muy difícil moverse sin salir manchado. Práctico, directo, expeditivo, sirve de contrapunto moral, intelectual y social de un Bolitar más humano y próximo a nosotros como lector a pesar de compartir una parte de la experiencia pasada de su amigo.

Dos caras de una misma novela que conforme vayan pasando los libros se irán desdibujando, con un Bolitar al que cada vez le cuesta más mantenerse en sus trece.

Lo demás es diversión y entretenimiento sin exigencia, lectura rápida, ágil y expeditiva. Sin más. Ni menos.

En mi caso ha sido una relectura  La primera vez fue en español ("motivo de ruptura") y en esta ocasión , de cara a obligarme a seguir con la lectura en inglés, en original para poder seguir a mi ritmo con el resto de las entregas.

Me ha faltado, por tanto, el factor sorpresa, la innovación y ese efecto inicial que causa el "Oooohhh" y el "aaaaaah" que hacen que la lectura sea cautivadora y atrayente. Pero aún y con eso me ha gustado.

Valoración: me ha gustado. Pero eso sí, empiezo a necesitar urgentemente un peso pesado que rompa un poco la linealidad de las últimas semanas.

miércoles, 15 de marzo de 2017

La entrega


Me vuelvo a saltar el orden de lectura a la hora de comentar y pido disculpas.

Sé que tengo tendencia a hacerlo pero creo que escribir debe ser algo libre, por lo menos cuando intentas que sea algo que hagas por gusto y jugando, además, con que el estado anímico es algo decisivo a tener en cuenta, tanto cuando escribes como cuando lees.

Ésta ha sido una mala semana (posiblemente de las peores de los últimos años) y quería comentar la novela justo cuando creo que empiezo a poner algo en orden en mí, para evitar que la persona que escriba sobre ella no se encuentre en la misma fase y olvide lo condicionado que ha estado durante su lectura.

La primera afirmación que tengo que hacer, más teniendo en cuenta el preludio del post es evidente, creo haber leído "La entrega" a destiempo. Y como no podía ser menos, veo el envite y subo 3 más, le añado un agravante máximo, lo he hecho con desgana, a impulsos irregulares, en días aislados, en función de estados de ánimos, con cierto recelo y mucha distancia. 

No creo que fuese realidad lo que más necesitaba la semana pasada pero, como dice el viejo dicho "si no quieres arroz Catalina, toma, dos tazas",  es lo que tenía en manos y habiéndolo comenzado y aún sabiendo que iba contra lo que necesitaba, decidí terminarlo.

Para hablar de ella quiero centrarme en dos elementos nada más aunque darán para un poco (o eso espero).  
Lo primera es que es una novela de Dennis Lehane y eso, por definición, quiere decir que buena es muy buena. 

Por cómo está escrita, por lo que cuenta, por las cuestiones de las que trata, la forma en la que está construida, es, sin lugar a dudas, una buena novela. No creo que sea la mejor del autor pero sí una novela destacable dentro de la miríada de libros que hay publicados actualmente.

Es, además, breve. No llega a ser una de esas novellas, que han pasado por aquí en cierto número últimamente, pero sí que tiene una longitud extrañamente corta para la trama que tiene. Es en esa parquedad y su contraste con la elevada intensidad de la obra, donde el autor triunfa. Entras en la trama en las primeras 20 páginas, asumes que vas a ver algo con tintes muy crudos, te preparas y te sumerges sin remedio y eso que no se puede decir que tenga un ritmo trepidante, ni mucho menos.

El segundo hecho destacable, es lo que no me hacía falta estos días, lo real, pero es uno de los rasgos mas característicos de su creador, especialista en hablar de personas y de entornos. 

En una preocupación similar a la de otros autores (el mas reciente en pasar por aquí ha sido Alexis Ravelo), en las creaciones de Lehane priman las personas (no ya los personajes), gente que dista mucho de estar acomodada, normalmente salen de ambientes propios de clase media (media-baja) que en algún momento se ven obligados a enfrentarse a una situación complicada (normalmente sobrevenida y con tintes algo extremos) y se deben enfrentar solos a lo que se les viene encima. 

Es en esas condiciones donde cada uno de ellos saca su yo más escondido, su naturaleza más primitiva (sus miedos, sus deseos, sus pensamientos más ocultos) y adquieren su auténtica dimensión, sin aquellas restricciones con que la moralidad, legalidad o religión nos llegan a imponer.

No creo que sea un error hablar de la desocialización de los individuos y la admisión por parte de cada uno de su realidad y miedos, de la criatura que llevamos dentro, de todo aquello que por el entorno y la educación reprimimos y tenemos maniatado.

Por eso todas sus novelas son duras, de enorme crudeza, donde conceptos como legalidad quedan relegadas a un segundo plano por esa idea extraña que es la propia supervivencia y la percepción de un lector que, al final, es quien juzga y valora lo que ha sucedido y termina la novela enunciando/valorando lo que ha pasado, sorprendido porque en muchos casos acaba justificando, apoyando y casi aplaudiendo el final de una historia cuando, de no haberla "vivido desde dentro" criticaría y juzgaría ciertos comportamientos con un mayor rigor y mucha más censura/crítica.
Estamos hablando de novelas donde conceptos como bueno y malo son relativizados y el universo monocromo no es uniforme, plagado de tonos grises cada uno con su propio matiz.

Entre los puntos fuertes de la novela están su brevedad y la capacidad de su autor de perfilar personajes en apenas unas páginas, mostrando su interior, sus valores, sus prioridades.

De los distintos bloques que conforman la bibliografía  de Lehane, diría que "la entrega" está más próxima a la serie de "Kenzie y Gennaro" que a la serie de "Goughlin", al ser más directa y concisa, tratando sobre todo microcosmos con 4-5 personas, con mucho peso para la introspección, los miedos y las relaciones entre todos ellos y no tanto del entorno o la época.

No alcanza los momentos de "Abrázame oscuridad" o "Lo que es sagrado" y a su personaje principal le falta algo de magnetismo pero es que en este libro habla de muchas cosas y no principalmente de su hilo conductor, Bob, un hombre al que encontramos en un momento puntual que él apenas valora (la recogida de un perro y el posterior encuentro con una joven misteriosa) y al que el escritor (y el lector) abandona justo cuando terminan todos los sucesos desencadenados por ese hecho fortuito.

Valoración: me ha gustado.

P.D: Como he dicho no es una obra que haya alcanzado mi corazón pero en un momento en el que no estaba nada centrado ha conseguido que estuviese atento, pendiente y que fuese capaz de seguir la trama, asumiendo que lo que asomaba en alguna página tenía todos los visos de ser verdad pero que, como suele pasar con este autor, el giro en los acontecimientos no es tan relevante como la motivación.

miércoles, 8 de marzo de 2017

La estrategia del pequinés


"La estrategia del pequinés" es la segunda novela que leo de Alexis Ravelo después de "Las flores no sangran", con la que tiene puntos en común en cuanto a tipo de personajes y forma de la trama aunque el desarrollo es distinto y las similitudes a partir de ahí son escasas.

Ravelo habla de las islas, de cómo es la vida allí y de lo que pasa cuando personas normales se ven golpeadas por la vida y necesitan buscar alternativas para poder seguir adelante. 

Habla de decisiones tomadas, de errores cometidos, de llegar hasta el final para ser consecuentes, de luchar por lo que quieres y de asumir las consecuencias de tus errores. En resumen, habla de la vida. De la que tenemos todos, la que vivimos y que un día, con un golpe de mala suerte, se acaba. O no se acaba pero ya no nos vale porque lo que queremos se nos escapa (como cuando tu mujer necesita un tratamiento carísimo para poder seguir con vida y no tienes dinero para llevarlo a cabo) y lo que estamos dispuestos a hacer por salvar/conseguir nuestros sueños.

Habla de los malos y de los "no tan malos", habla de actuaciones que antes de leer el libro te parecen reprobables y que cuando conoces a los personajes llegas a entender. Habla de lo que posiblemente cualquiera de nosotros podría llegar a hacer si se viese en esa situación, porque todos, en mayor o menor medida, tenemos un precio en algún momento de nuestra vída.

Lo demás es lo que suele pasar en la mayor parte de los casos y que nunca descubrimos. La narración de una tragedia, la del perdedor que haga lo que haga no siempre consigue lo que quiere o cuando lo hace es con una victoria tan pírrica que es difícil permanecer indiferente ante lo que pasa. 

Los personajes de Alexis Ravelo ("Cora", "El Palmera", "El rubio") son personas cotidianos en nuestro día a día. El vecino, aquel amigo que un día lo perdió todo, nosotros si teníamos mal puestos los pies cuando llegó la crisis... son el mayor valor que tiene la novela, que tiene en la capacidad de su creador de dotar de vida y profunidad a gente normal (en muchos casos ni siquiera se pueden definir como perdedores) su máximo exponente.

Lo narrado en la novela es tan verídico que llega a ser real. El amor, la pena, el odio, la frustración, los celos, la avaricia, la corrupción, ... aparecen en la misma forma y modo en que lo podemos experimentar en nuestro día a día, de forma directa, sin idealismos, con la crudeza propia de la vida, con la patina de veracidad que da lo mundano.

En las historias de Alexis Ravelo no hay superdotados, no hay genios del mal (malos sí, de esos muchos), gente que hace lo que tiene que hacer por dónde se encuentran en la vida. Más próximo a Dennis Lehane que al Don Winslow de "El poder del perro". 

El viejo dicho dice "para que hacer caso a medio días, habiendo días enteros"... mi respuesta, porque mi vida es la de un medio día y es lo que entiendo. 

Lo rehuyo habitualmente, nadie quiere verse reflejado en un espejo o ver dónde puede llegar o qué puede hacer en una situación determinada, pero a veces es necesario ver a tus iguales para aceptar la realidad. 

Mi realidad no es la de Mario Conde o Rato, es la del choricillo de a pie que robó porque lo necesitaba para comer y asumió las consecuencias sin saber que aunque las normas son para todos, la aplicación no siempre es la que debe y por un hurto de 70 euros te pueden caer casi más tiempo que a un corrupto político que ha engañado a todo un país y se ha llevado lo que es de todos.

La narración acompaña. 

El lenguaje es directo, sin ambajes, sin embellecer. Las cosas son como son. 

Los diálogos dominan sobre la descripción y las reflexiones personales completan a los personajes para crear un conjunto armonioso con ritmo y velocidad, que pasa en apenas unas horas ante los ojos del lector, atrapado en una tragedia que no sabe cómo va a acabar pero que tiene toda la pinta de que no muy bien, porque en el fondo no es una novela, es la narración de algunas de las tragedias cotidianas que cuando vemos las noticias nunca se cuentan,  escondidas bajo esa etiqueta genérica que se conoce como "un ajuste de cuentas".

Valoración: Me ha gustado.



viernes, 3 de marzo de 2017

Soulless (Sin alma) - El protectorado de la sombrilla, vol. 1


Cuando publiqué el post sobre "Dead things" hice referencia a que existe una línea cada vez más difusa entre la Urban Fantasy y el Romance Paranormal, curiosamente "Soulless", la novela de Gail Carriger, que se sitúa, según todas las clasificaciones que he podido mirar entre el "Romance Paranormal" y el "Steampunk", a pesar de la presencia de hombres-lobo, vampiros, fantasmas y demás fanfarria ultraterrena.

En general Soulless es una miscelánea curiosa, un híbrido de muchas cosas que funcionan de forma homogénea pero que parece carecer de un punto en todos ellos para poder destacar en alguno. Tiene, eso sí, un punto humorístico, construido en personajes con carácter que poseen una mordacidad aterradora con la palabra, en donde los intercambios dialécticos agudos, llenos de dobles sentidos y una pizca de mala leche, resultan la mar de entretenidos y han convertido su lectura en algo distendido y muy asequible, capaz de llegar a públicos con gustos muy dispares.

A mí para hablar sólo o directamente de "steampunk" me falta ambientación. Puede que el cambio real se note en entregas posteriores pero  estamos ante un Londres (una Inglaterra y un mundo) no muy distinto al nuestro aunque con varios (los justos) elementos propios del género. 

Sorprende, quizás, que la modificación del entorno es mínima, sin llegar (ni de lejos) a la espectacularidad de la propuesta de muchas otras novelas del género que cuentan con una construcción mucho más compleja y elaborada en una escala, además, mucho más global mientras que aquí el acercamiento es mucho más mesurado, quizás por eso más destacado, pero próximo a la Inglaterra y ambientación de la serie de dibujos de Sherlock Hound (que se hicieron tan famosos a finales del siglo pasado), a nivel estético y visual.

El resto del conjunto sí que es muy victoriano y no está mal construido.

El trato entre los distintos estratos, los diálogos,  las relaciones familiares condicionadas por la propia sociedad, la rumorología, los tabúes sociales... son los propios (y vistos antes) en las novelas de época de Jane Austin o las novelas del Detective Pitt creadas mucho más recientemente por Anne Perry (a las que me recuerda en parte por la forma en que está construida la relación e interacción entre los distintos personajes).

Curiosamente, con todo y con eso, la percepción del conjunto es mucho más compleja de lo que inicialmente podría pensarse y da la sensación de estar leyendo algo distinto a cualquier otra aproximación inicial que pudiésemos haber intentando realizar, pues la introducción de hombres-lobo, vampiro y otros elementos paranormales (incluidos los "Soulless", que no son sobrenaturales sino preternaturales) sitúa la ambientación y el conjunto de la obra en un plano distinto, generando ese elemento cautivadorque busca su creadora, en donde como lector lo único que tienes que hacer es asumir/aportar sólo la parte de datos necesaria que completen la trama en función de las pautas que ella fija en las descripciones, aportando sólo lo justo para rellenar huecos y silencios, pero no marcando el ritmo de la lectura ni la tipología del entorno.

El Londres de Carriger es muchas cosas, pero no es nuestro Londres, sino el suyo y queda claro en las primeras páginas, aunque detalles importantes se vayan perfilando más adelante.

De "Romance Paranormal" tiene bastante y durante un tramo de la novela acapara demasiado los focos pero los diálogos tienen su gracia, los dos personajes protagonistas (Alexia Tarabotti y Lord Maccon) exudan carisma y su flirteo es interesante. Además, por suerte para mí,  no llega al punto subido de tono que convierte algunos de las novelas de este género es una variante de la novela rosa tradicional, lo que es muy de agradecer.

Si los dos personajes principales le dan empaque a la novela y sirven para construir algo distinto, el resto aportan realidad y homogeneidad a la trama. 

La historia, tal y como está contada, con mucho diálogo e interacción entre personajes requiere precisamente que estos sean creibles y verídicos, que aporten lo que hace falta para llenar los distintos huecos y vacíos en los que los dos protagonistas no están juntos y lo cierto es que lo consiguen. 

El proffessor Randolph Lyall (segundo y contrapunto de Lord Macoon), Lord Akeldama o Ivy Hisselpenny son algunos de los caracteres que conforman el conjunto de personajes singulares, aportan lo que hace falta, generan espectación y sirven para rellenar perfectamente los huecos y vacíos sin que parezca algo artificioso.

La trama no es vertiginosa y no se puede decir realmente que sea especialmente activa pero si tiene bastante ritmo y sabe ir configurándose jugando con las sombras, las intrigas y...

Entretenida, ligera, ágil y con un punto de humor/ironía que aporta un algo muy especial, junto a dos protagonistas carismáticos que se reparten de todo menos besos, convierten a "El protectorado de la sombrilla" en una serie de novelas a tener muy en cuenta para cambiar un poco el chip.

Eso sí, lejos de lo que la sinopsis, con tanta criatura sobrenatural, podría dar a entender. 

Valoración: Me ha gustado.



miércoles, 1 de marzo de 2017

El invierno del Comisario Ricciardi - Ricciardi, vol. 1



Es la segunda vez que leo esta novela en aproximadamente un año. 

Releer (y más con tan poco margen) no es una práctica habitual. Entonces, ¿por qué hacerlo?

La explicación más sencilla es que tenía pendiente comentar esta novela y no he querido dejar pasar más tiempo. Releer habría sido, simple y llanamente, para hacer justicia a la lectura y refrescar los puntos fundamentales.

La más compleja... porque me gustó mucho la primera lectura. Sigo sin tener claro por qué, pero me llegó entonces y lo ha hecho ahora, y eso que me costó entrar al principio. Era...demasiado fría. Entonces algo cambió. 

La cosa es que llamó mucho mi atención y necesitaba recuperar esa sensación y, sobre todo, poder ver/sentir/experimentar si "eso", sea lo que sea, seguía ahí.

Y sigue.

Recuerdo la primera sensación que tuve. Un poco de esta historia ya la he leído. Una muerte en un teatro, un comisario de policía italiano, su colaborador, un vicequestore y un ayudante de éste que parece una víctima y acaba con alguna mancha encima. "Muerte en la Fenice" de Donna Leon.

Recuerdo la sensación de flashback, el miedo a la repetición y la calma posterior.

Me gustaría dejar claro que Maurizio de  Giovanni no es Donna Leon. Se nota cuando pasa el primer tercio de novela, te sitúas y empiezas a entender al personaje. El lenguaje no es el mismo, la forma en que narra tampoco y, en el fondo, cómo afrontan la historia.

La prosa de los dos  escritores es ágil y dinámica. La lectura continua. Las descripciones las justas (quizás más recreativas en las de Donna Leon, que muestran una ciudad con más lujo de detalle y un mayor lujo en el aspecto gastronómico. Una sociedad más actual y mediterránea en un ambiente más distendido). Pero la de Giovanni es más sentida, más pausada. Llega.

La Italia de la que hablan uno y otra es distinta porque hay casi 70 años de diferencia. 

Ricciardi vive en Napoles en plena época de Mussolinni. La policía es temida (el es una rara avis en un entorno que ni acepta ni le gusta), en la sociedad no puede haber (y no hay) delitos ni crimenes porque el Régimen es tan estupendo que a nadie se le ocurre intentar transgredirlo (sólo los locos y enajenados se atreven a hacerlo) y la resolución de los casos debe ser rauda y precisa. Eficiente. Silenciando los asuntos cuanto antes, evitando que la más mínima duda sobre la ilusión que se está vendiendo pueda mancharla.

Brunetti en la Venecia más actual. Con sol, comida, ... en el texto se nota el Mediterráneo, el clima, la forma de entender la vida, la luminosidad, el amor, el...

Tanto él (Brunetti) como quienes le acompañan en las distintas historiasw (Vianello, Elettra, Paola) son reivindicativos, habitan en la sociedad actual y de una forma u otra defienden o tratan distintos aspectos de la vida cotidiana (racismo, prostitución, medio ambiente...) que están en boca de todos, que vemos en la prensa a diario y vemos como reaccionan y opinan sobre estos asuntos. Se habla y se cuestiona una sociedad corrupta y mancillada que se está autofagocitando, con tramas construidas a través del diálogo, del intercambio de pareceres, de las distintas formas de entender la sociedad.

Maurizio de Giovanni en cambio crea una novela menos coral, con el foco en un único personaje protagonista, por mucho que le acompañe el sargento Maionne. Novela más aislada, más atemporal, más gris. con un personaje más solitario, que habita en un entorno que muestra pero del que apenas habla. Porque su autor se centra en las personas y los sentimientos, lo que nos mueve y nos hace ser por encima de lo que se dice o se hace. Con el hambre y el amor, como pilares y ejes conductores y desencadenantes de cuánto puede suceder.

Donde Leon ofrece sol, turistas y Venecia, Giovanni es monocromía, tinieblas y soledad, en un ambiente apagado, de entre guerras, intimista y retraído, con un personaje que todo (o casi todo) lo procesa e interioriza, compartiendo con nosotros ese proceso.

Ricciardi ve muertos. No cualquiera, los que sufren un final doloroso. Ve su última huella, las últimas palabras, su último gesto.  Pero eso no es lo importante, porque ellos no hablan con él. Lo que importa es que experimenta su dolor y su desolación. Y lo porta constantemente.

De su mano conocemos la otra sociedad, la de decenas, centenas y millares de individuos que viven sus vidas menos pendientes de conceptos etéreos y poco trascendentales en su día a día (como puede ser la política) y más por situaciones cotidianas como los celos, el hambre, la necesidad, la avaricia, el amor (entendido de mil formas, incluso las que lo muestran en sus peores manifestaciones).

Es una novela de contención, de emociones marcadas, de gestos minimos y precisos (una mirada, un roce, un gesto...) que expresan mucho. Un texto donde apenas hay nada que sobre.

La novela perfecta para un personaje singular, con carácter y carisma, que no alardea de nada pero llega poco a poco a tocarte. Un ser singular que, de su mano, nos lleva por las calles de Nápoles, nos muestra muchas cosas pero que no opina de ninguna.

De su mano entendemos todo el drama que rodea el asesinado en la Ópera, lo que movió a cuantos se vieron implicados y lo que había detrás.

Ricciardi habla de justicia, de lo correcto, de lo legal, de lo socialmente admitido, con parquedad y precisión, sin desperdicio.

Y por absurdo que pueda parecer, por nimio que sea el detalle, nos hace partícipe de su mayor ilusión, de su sueño inalcancable, de su anhelo más secreto, un amor no intentado hacia una mujer desconocida, en una de las historias mas curiosas e intimistas que recuerdo haber leído en mucho tiempo.

Valoración: Me ha gustado mucho

Y de lo demás...

Apenas tiempo para nada. Poca cosa en una época donde escasean las oportunidades de relajarse y parar a disfrutar. Aún así la suerte de encontrar dos pequeños oasis. 

Ed Sheeran y su viaje nostálgico en "Castle on the hill" como hilo musical de estos días.

"Collateral beauty" ("Belleza oculta"), la película con Will Smith al frente y reparto de lujo (una Helen Mirren descomunal), tiene visos de convertirse en una de las mejores que he visto últimamente.

Brutal narración y reflexión sobre esas tres abstracciones (amor, tiempo y muerte) que construyen el universo de Howard (y de casi todos nosotros) con la oportunidad de hacerlo con calma y corazón.

De esas películas que llegan para quedarse en tu vida y que sabes que volverás a ver en algún momento, tumbado en un sofá, con una manta encima, mientras te dejas llevar.