domingo, 27 de enero de 2013

El comisario Bordelli

"El comisario Bordelli" es la narración de una investigación criminal que primero trata de determinar si la muerte de una anciana ha sido accidental o hay algo más detrás y que después intenta desentrañar la forma en que fue llevado a cabo tan siniestro (y es un eufemismo) plan.

Durante toda la narración se intercalan recuerdos e historias que su protagonista, el Comisario Bordelli del título, trae al presente para explicar algunas de sus vivencias personales de juventud y parte de sus experiencias militares durante la lucha para liberar Italia del dominio alemán.

Abulia, apatía, desinteres, gris, huera, son alguna de las palabras que me vienen a la cabeza cuando intento definir esta obra de Marco Vichi. Ninguna de ellas por separado sirve para dar una definición exacta de mi experiencia pero creo que todas juntas permitirán a quien lea esto formarse una idea bastante precisa. 

"Alma" y "Carisma" quizás no parezcan sustantivos que uno pueda atribuir a  un objeto inanimado pero su ausencia es patente en una obra que se hace larga a pesar de su brevedad y que hace de la indefinición su bandera.

Para ser "negra" (que es como la venden en todos los sitios) le falta, por encima de todo, interés. No hay nada que capte la atención del lector y le mantenga inmerso en sus páginas. Ni el crimen (la muerte, en principio accidental, de una anciana), ni el protagonista (más gris que los hombres que pueblan  "Momo", la novela de Michael Ende) ni el resto de elementos (escasos) que la configuran.

Para poder ser tildada de "Contemporánea" o "social" le falta realismo y profundidad, los relatos que salpican la lectura (a pesar de su elevado número y sin discutir su veracidad) crean una imagen limitada y fragmentada de la  Italia de mitad del siglo XX y del periodo de "reconquista" de finales de la Segunda Guerra Mundial y lejos de captar la atención del lector lo dejan frio, siempre con un "¿Y....? en el pensamiento. ¿a qué vienen parte de sus historias? ¿qué sentido tienen ahí?. Al final la sensación es que los recuerdos y las historias surgen más como "necesidades del autor" por ponerlas ahí que como consecuencias del guión.

Quizás podría haber tenido más sentido como colección de "relatos cortos" centrados en la Italia de post guerra y en las consecuencias que la misma tuvo en quienes la padecieron pero en general a todas las historias les falta empaque e interés, quedando como un mero anecdotario familiar, un homenaje íntimo de un hijo hacia su padre plasmando en papel las historias y relatos que este último le contó durante los años finales de su vida y dejando, a pesar de haber sido publicada en 2002, la sensación de obra añeja, desfasada, intrascendente y bastante inocente (por no decir simple). Una novela "de otra época", carente de brillo, que se me hizo larga y lenta.

Como no me gusta terminar con mal sabor los post me gustaría destacar una película que ya tiene algún tiempo y que ayer por fin pude ver, es "The lucky ones" ("Tipos con suerte", en español). Una especie de "road movie" honesta y sencilla, una dramedia que refleja la triste realidad de quienes vuelven a casa tras un largo periodo en el frente para encontrarse con que lo que dejaron atrás no se ha quedado esperándoles y que tras las experiencias por las que han pasado tienen más en común con compañeros que acaban de conocer que con las personas con las que han pasado la mayor parte de su vida. 

Rachel McAdams, Tim Robbins y Michael Peña conforman el trío protagonista que nos lleva por las carreteras estadounidenses en la búsqueda de "su sitio". Una forma notable de pasar una noche de sábado arrebujado en el sofá.

P.D: He decidido inaugurar el premio "Novela del mes", que iré incluyendo en la etiqueta de aquella novela que me parezca la mejor a lo largo de los 30 días de turno, aunque con el compromiso de dejarlo vacante si a lo largo del periodo en cuestión no ha habido nada reseñable o de otorgarlo ex equo a varias novelas si en alguna ocasión (espero que muchas) el nivel resulta especialmente elevado. La de este mes, evidentemente, es para "El verano de los juguetes muertos" de Toni Hill.


domingo, 20 de enero de 2013

El verano de los juguetes muertos

Sumergido en la vorágine del día a día (trabajo, casa, trabajo, casa, familia...) siempre mirando el reloj, la previsión meteorológica, el estado de las carreteras, las huelgas del transporte y la subida de la luz, dejarse llevar por lo habitual (o sea lo cómodo) sea en cine, televisión o literatura es fácil (y en mi caso frecuente), hasta que se llega a alcanzar ese punto en el que ya no eres consciente de que siempre lees "más de lo mismo", o lo que es peor, te das cuenta pero estás taaaaan cansado y taaaaan apático que decides seguir así "de momento".

Nota para Para los amantes de las listas de "superventas", "megahits" y "bestsellers": sí, sé que existen pero estoy en ese momento en que mi cinismo institucional no me deja agarrarme a algo  que elabora vete a saber quién y que no sé si son una ayuda y realmente refleja lo que la gente está consumiendo o si están puestas ahí como señuelos para dirigirnos hacia productos concretos. 

Lo dicho, que todo sigue igual hasta que un día das con algo distinto y  piensas "*****, si es que hay cosas ahí fuera que merecen la pena,  ¿cómo no me he enterado antes de la existencia de este autor?". mientras te das cuenta de que tienes dos motivos de alegría que hace unos instantes no estaban ahí: la que te equipara al pirata que ha encontrado un tesoro perdido y la del bribón que sabe que lo ha hecho sin esfuerzo alguno.

"El verano de los juguetes muertos" ha sido mi pequeño hallazgo del mes (y ese "mes" es un grito al cielo esperando que esta sea una de muchas sorpresas agradables que me depare 2013 a nivel literario) porque no sólo me ha gustado sino que durante unos días ha conseguido sacarme de mi ensimismamiento.

Su temática, alejada de los psicokillers, las grandes redes mafiosas, las agencias gubernamentales ansiosas de gobernar el mundo o los grandes planes pergeñados por mentes brillantes, está llena (mucho) de cotidianidad: bullying, el consumo de drogas entre los jóvenes, el alienamiento de las redes sociales, el desarraigo, los secretos familiares o las relaciones sexuales casuales. Todo presentado con normalidad, tal y como nos llega a nosotros en el día a día por la prensa, por el vecino o por la compañera del curro que nos pone en antecedentes de lo que "está pasando" con Pepita o Menganito.

Sus personajes también son "reales", podrían ser tu amigo Mario (sí, ese que está pasando por un mal momento) o tu tía Luísa (la divorciada) y como pasa con ellos, los vamos conociendo de una forma sesgada, es decir, natural. Porque nos hemos acostumbrado a leer novelas que no dejan juego al lector para nada. Nos describen todo de sus personajes, sabemos de ellos más que de nuestros hermanos y amigos, cuando la información que tenemos de la gente que nos rodea (por cercanos que sean) siempre es limitada y parcial. No es que no seamos capaces de conocer los secretos mas recónditos de quien vive con nosotros o de quien pasa a nuestro lado una parte significativa del día en el trabajo, es que sólo conocemos distintas facetas de esa persona, nunca la totalidad (que además, por mucho que la mayoría de escritores lo olvide, suele ser cambiante).

Toni Hill trae a nuestras vidas un trocito de realidad donde posiblemente la única ficción es la trama que une todos los acontecimientos y no los hechos que van salpicando el día a día de sus protagonistas. Hector Salgado, inspector de policía, divorciado, argentino y con un hijo, vuelve a Barcelona tras unas vacaciones forzadas...Leire Castro llegó al cuerpo después de la marcha de Salgado, joven, ambiciosa, preparada y "sin ataduras" (al menos de momento) se prepara para conocerle...Martina Andreu, madre de un par de gemelos, jefa y amiga de Salgado... Savall, el comisario, el jefe que está lidiando con "lo que hizo Salgado" cuando empieza la novela...Marc Castells, el chico muerto, ¿se cayó o le empujaron?¿en qué estaba metido?...

Con estos elementos se construye una novela sencilla, que no simple, que mueve tres tramas (¿o son 4?) con soltura y que van mostrando un poco de Barcelona, una miaja de Hector, una pizca de Leire y de todas las cosas con que tienen (y tenemos) que ir lidiando en el día a día, tanto laborales como personales.

No están solos,  también aparecen por allí Joana (la madre de Marc), Gina (la amiga), Aleix (el amigo), Enric (el padre), Regina (la madre de Gina) y hasta la señora Carmen (la vecina y propietaria de Hector), todos con su momento de protagonismo, personajes literarios que se comportan como personas de carne y huesos, unos más agradables y otros menos pero todos humanos y creíbles, conceptos que siempre se  esperan cuando uno se acerca a este tipo de literatura pero que a la hora de la verdad suelen brillar por su ausencia.

Toni Hill pone en nuestras vidas (iba a decir casas pero como yo leo en el Metro...) un trocito de Barcelona y nos deja compartir un momento de las vidas de un grupo de personas (en su mayor parte las miserias que les atormentan y determinan su carácter y modo de actuar). Todo bien construido y mejor llevado, con unos cimientos sólidos, un estilo sencillo y cómodo de leer y una/s trama/s que consiguen sorprender al final sin dejarnos con esa sensacion de tongo que tanto me molesta. 

Me ha gustado y me ha sorprendido a partes iguales aunque con cierta reserva a la espera de si esta novela ha sido flor de un día o si es el principio de algo realmente bueno. Espero que lo sea, de momento lo que sé es que el regusto final mejora conforme pasan los días, cuando uno retoma otras novelas y se da cuenta lo díficil que es dar con algo que entre tan bien y guste tanto a la vez. Quizás por eso llevo unos días que asocio esta novela con un adjetivo inglés "Smooth", que oigo frecuentemente como cuña radiofónica para promocionar un whisky.

P.D: Mientras escribía el post he pensado que por mucho que me parezca una buen novela no me dejaría 15-17 euros en comprarme la versión cara de la novela (lo cierto es que hay pocos libros que compraría por ese precio/en ese formato a día de hoy) pero para eso están la de bolsillo y la digital. Al respecto sólo una apreciación, en al menos una página he visto que hay pululando una versión de bolsillo en español (cuidado que aunque el autor lo sea hay alguna en inglés) un euro y medio más barata que la digital, por si alguien desea tenerlo en cuenta.

domingo, 13 de enero de 2013

Los crímenes de la viuda roja

En 2004 me hice con la colección completa de novelas negras que publicó El País bajo el título "Serie Negra". Fue el resultado de uno de esos razonamientos de botijo que me caracterizan y que expuesto en palabras sería algo así como: 50 libros a un euro cada uno (mas el periódico, evidentemente, pero eso era una constante de mis padres por aquel entonces así que no lo tenía que poner yo), son 50 euros. A nada que haya 5 o 6 novelas que me puedan interesar en la colección (y las hay), he rentabilizado toda la serie y si alguna de las 44 restantes resulta una sorpresa agradable eso que me llevo.

¿Cuál es el pero? pues que poco después (o poco antes, porque ahora mismo no recuerdo bien la secuencia temporal), bajo los auspicios del mismo razonamiento, repetí experiencia con la "Serie Aventuras" del mismo periódico. Total que como resultado de estas brillantes operaciones conseguí 10-12 de las novelas que por entonces quería y 88 posibles gangas. El problema es que el tiempo ha ido pasando y las gangas siguen siendo  posibles pues han sido muy pocas (por no decir casi ninguna) las novelas “no previstas” que he llegado a leer hasta la fecha.

Como mi acumulación (porque lo ecléctico del resultado me impide usar el término “colección”) de novelas ha seguido creciendo y mi biblioteca se encuentra superpoblada, me he visto en la obligación de ir buscando acomodo entre mis lecturas a algunas de las novelas de estas seríes para así poder ir dándoles salida, decidiendo  su continuidad o su retiro (y mejor aprovechamiento del espacio que ocupan hasta ese momento).

Hago esta aclaración para que nadie se sorprenda con alguna de las novelas que irán apareciendo esporádicamente por este blog, sean con la etiqueta “negra” o con alguna de otra. Espero, eso sí, que muchas de ellas resulten, como ha sido el caso con “Los crímenes de la viuda roja”, cuando menos, entretenidas.
Esta primer experimento se engloba en la "SERIE NEGRA" y como cabe deducir de lo escrito anteriormente no esperaba mucho de ella, máxime cuando los últimos antecedentes  que tenía en la misma colección (“¿Acaso no matan a los caballos?” o “El caso Galton”), no fueron de mi agrado.
A pesar de que la cogí con cierto resquemor mis miedos no se han visto confirmados y sin ser una obra memorable, la novela de Dickson sirve para pasar el rato sin problemas y para demostrar que (afortunadamente) mis razonamientos, como los relojes estropeados, de vez en cuando atinan.

La novela cuenta a su favor con una trama algo distinta. Una de esas en las que un asesinato/robo/misterio acontece en extrañas circunstancias, normalmente en espacios reducidos (y cerrados) y donde las pruebas físicas parecen contravenir toda posible explicación racional. Son novelas que despiertan mi curiosidad, quizás por su escasez, y me gustan más que  las del detective hermético y duro que deambula por las calles buscando a alguien. Es cierto que el lector no suele poder anticiparse a la investigación que se está llevando a cabo pero por lo general, su narración, llena de interrogatorios y razonamientos expresados en voz alta, suele ser bastante dinámica y se leen con bastante facilidad. Para aquel lector que la conozca “El misterio del cuarto amarillo”, de Gaston Leroux, es una buena referencia de lo que puede esperarse de esta novela, si bien la novela de la que aquí hablamos tiene algo menos de suspense y mucha más carga/intriga familiar.

Su personaje principal, Henry Merrivale (ex-espia británico), resulta menos carismático que "el" Rouletabille de Leroux, puede que porque no es gracioso y está un poco pagado de si mismo. La noticia positiva es que su creador parece consciente del problema y lo soluciona creando una investigación más plural introduciendo entre otros la figura del inspector Masters,  con quien Merrivale tiene algo más que un sano pique, lo que contribuye a darle algo de prestancia a la obra.

Una habitación cerrada durante décadas porque quien se queda solo en ella durante dos horas es encontrado muerto, un patrimonio familiar que tiene muchos más pretendientes de los que uno podría imaginar, un elenco que no tiene nada que envidiarle al famosisimo "Cluedo", un misterio del pasado y un final un tanto exótico (y algo cogido por los pelos)  configuran una trama entretenida que sólo al final comienza a hacerse un poco larga (aunque no llega a ser pesada).

A 2013, al menos a nivel literario, le pido mucho más pero no ha sido el comienzo horrible que temí cuando cogí esta obra de la estantería.

P.D: A ti, lector cachondo, que te preguntas con sorna y mucha guasa si por un casual no seguí el mismo razonamiento con la serie "Clasicos Españoles", la respuesta es sí, pero esos no creo que aparezcan todavía por aquí, no temas.
En mi descargo diré que de la serie "Histórica", que fue la última, sólo compré los que a priori llamaron mi atención. ¡Y luego luego dicenque no aprendo de mis errores! (lo único que pasa es que tardo un poco más que el resto, ¡qué se le va a hacer!)

martes, 1 de enero de 2013

Premios "Hoguera de las Maldades" - Año II (2012)


Ha terminado 2012, un año confuso a nivel personal que me deja más o menos donde estaba cuando comenzó pero con un par de topetazos más que reconozco que han hecho mella, la verdad. El 12 será un año que no creo que vaya a recordar con mucho cariño pero claro, con las sombras que aparecen en el horizonte de 2013 y todos esos indicios que lo anuncian como un año muy malo, casi, casi que me había quedado como estaba.

En lo literario (o en lo bloggero) el 12 ha sido un buen año. Al menos ha sido mejor que el 11, con más visitas y también con más libros leídos que el año anterior. Sobre la calidad del servicio sólo quienes se sientan delante del ordenador y lo leen pueden opinar, en mi descargo sólo puedo decir  que se hace lo que se puede y que siempre se intenta mejorar. Una de esas cosas “que se “intentarán” mejorar es la apariencia del blog, aunque mejorar parece un poco benigno…¡¡lo cambio!!, a quién pretendo engañar, uno de mis propósitos para este año será darle formato que ahora casi no tiene.

Este post no será como el del año pasado, que pretendió ser un alarde de ingenio y humor porque no sé en qué momento del año lo he ido perdiendo pero sí intentará ser un acto honesto y justo, un reconocimiento para aquellos autores que han aportado su granito de arena para que 2012 no fuese tan mal año y, en menor medida, un toque de atención para los que no han estado a la altura.

Es cierto que este año mis lecturas han resultado un tanto eclécticas, cuando me puse con el blog pensaba que la mayor parte de las obras que trataría serían de novela negra pero tras un primer año más condicionado por ese planteamiento, este segundo opté por ser sincero conmigo mismo y disfrutar también con la lectura. Por eso hay más cambios de registro y, en ocasiones, quizás mi estado anímico influye y cambia un poco la tónica general del blog (si con ello he molestado a alguien mil disculpas).

Un año con usencias notables, al menos para mí lo son. Autores como Dennis Lehanne, Harry Connolly o Jo Nesbo, personajes como Temerario, o Vlad Taltos, y novelas que tenía previsto leer a lo largo del año (“En la cocina” o “siempre el mismo día”) y que al final no han encontrado su hueco, unas veces por mi voluntad y otras por un intento un tanto pueril de buscar el momento propicio para disfrutarlas. Una de mis ideas para el año que comienza es elaborar un listado de al menos 10 novelas que ya tenga en mi poder y que aspiro a leer (al menos el mayor número posible) a lo largo del año. (lo que no quiere decir que vayan a ser mis primeras lecturas, ni mucho menos).Quien esté interesado en ver parte de lo que viene sólo tiene que echar un vistazo a la izquierda del post.

Dicho esto, si todos estamos de acuerdo, y una vez que me he puesto mi mejor chándal de estar por casa en un día un tanto frío, aquí va el resumen literario de mi 2012 en palabras:

“Deja vú” esa expresión que Matrix puso de actualidad hace unos cuantos años y que resume esa sensación de “esto ya lo he leído, ¿no?” que he tenido en más de un momento durante la lectura de "Deuda de sangre", de Michael Connelly, por mucho que un cambio de protagonista y “un giro cardiaco” intentasen dar un toque distinto.  

“Olvido” Aunque me duele profundamente reconocerlo, releyendo la lista de novelas comentadas este año me he encontrado con “La palabra se hizo carne”, de Donna Leon, y me he dado cuenta de que si no miraba la sinopsis ni me acordaba de qué trataba. Triste y preocupante para una autora que siempre me ha gustado mucho y que ahora mismo parece pasar por mis manos como si se tratase de cualquier cosilla.  Que fuese de las primeras del año no me sirve de excusa, que ella lleve casi veinte novelas a su espalda tampoco la justifica.

“Decepción”, la que me ha producido “Con anuncio” de Rosa Ribas. Todas mis esperanzas depositadas en ella tras “Entre dos aguas” se han ido por el retrete. Una pena, la verdad, aunque hace dos días que me martilléan con un tal Toni Hill, ¿será la gran esperanza blanca para el 2013?

“Lo bueno, si breve…” Este ha sido un año de relatos cortos, unos por elección, como ·”El déspota adolescente” de Lorenzo Silva y otros porque el orden de la serie así parecía exigirlo. Podría haber incluido aquí “Por la boca muere el pez” de Camilleri, pero es que  aunque se lee en apenas una hora tiene precio de novelón de 700 páginas yy esa relación cantidad-precio no puedo premiarla, lo siento. Por eso,  por su calidad, su honradez y por su lado humano…y porque soy incapaz de poner un pero a una sola de sus historias, la colección de relatos cortos más interesante del año es “Un caso del Comisario Jaritos y otros relatos clandestinos” de Petros Markaris.

“Ni frío ni calor” No ha sido la decepción del año porque no esperaba nada de ella y es cierto que a diferencia de otras de esta me acuerdo, pero, sinceramente,  "La promesa del ángel caído" de Friedrich Ani, ni me va ni me viene… aunque en la red hay infinidad de sitios en donde hablan maravillas de él como autor.

“Animal”  En una época de crisis como ésta las mascotas no se estilan y este año han sido muy pocos los bichos que han pasado por aquí. Estaba pensando en darle el premio a Dodo, la mascota de Thursday Next, aunque me costase el rechazo de los opositores a la experimentación genética, pero es que Slag, el gato de “Retribution Falls”, el mismo que campa a sus anchas por los camarotes del Katty Jay, me arrancó un par de sonrisas durante la lectura y esta es una buena forma de agradecérselo.

“Amor”. Sin haber leído una novela propiamente romántica este año han sido varios los momentos en que los asuntos del corazón han pasado por aquí. En ocasiones acabaron en drama (como Erik y Christine en “El fantasma de la ópera”), otras se quedaron en el aire (como la de Alban y Margrit, en “Heart of Stone”) y otras fueron multimedia (como la protagonizada por Richard Castle – Kate Beckett en la televisiva “Castle” y Jameson Rook - Nikki Heat en la literaria “Calor desnudo”)  pero sólo una fructificó totalmente, fue  la historia de Tom Harvey y Lucie en Iboy. Y por si alguien tiene dudas las dos últimas páginas de la novela deberían bastar para resolverlas. Eso sí, mi consejo a aquellos avispados que siempre miran los finales antes de tiempo, esta vez conteneros y vivid el proceso de Tom como es debido.

"Alto voltaje" para ese momento quien sabe si “algo más que..." que comparten Kincaid y la teniente Karrin Murphy en “Blood rites”. Una vez más en este tema mi reconocimiento se va a Jim Butcher. ¿estará pensando en derrocar a Corin Tellado? Y no, no se me olvida algún momento de “Salvajes” y por supuesto que no dudo que si los personajes de Butcher se hubiesen enfrentado a la versión cinematográfica de la novela  de Don Winslow, con Blake Lively de por medio, otro gallo habría cantado…, pero no ha sido así y, con el debido respeto, “O” and company actúan bajo el efecto de sustancias estupefacientes y en la intimidad de un señor apartamento, mientras que los personajes de Butcher lo hacen en medio de una misión suicida, rodeados de niños, mientras intentan desactivar una trampa explosiva que puede barrer una manzana entera de la calle y ante la sorprendida mirada de Harry… ¿se puede pedir más?

¿Secundario?, ¿qué es eso para "Janx", el dragón que controla toda la mafia de la ciudad en “Heart of Stone” de C.E. Murphy?. Uno de esos tipos peligrosos y tremendamente astutos que hacen que los protas (en concreto el pobre Alban) parezcan un poco insulsos. Con Margrit no lo tiene tan fácil y deja un par de negociaciones para el recuerdo. 

Malo, malo, malo (eres) Tenía toda la pinta de ser Hacheron Hades, de “The jane eyre affair” pero en los últimos meses la votación ha tomado un giro radical hacia personajes mucho más reales, menos comiqueros. Primero con la irrupción de “Lado”, el lugarteniente del Cartel de Baja en “Salvajes” y luego con el Dr. Charles Haven, de “El ojo del dragón” como claro favorito. Fue así  hasta que en el último suspiro apareció el bueno, perdón, el malo de Howard Ellman, de “iBoy”, un personaje tan real o más que el de los otros pero mucho menos marginal/extraordinario. “Hell-man” o “The devil” aglutina todo lo que los chavales de “The crow” y demás bandas que aparecen en la novela representan en mayor o menos medida: insatisfacción por todo, ansia de poder y ausencia total de miramientos o valores morales. El fruto de nuestra  sociedad civilizada. Preocupante, ¿no?.

Despedida… un año más, y creo que van dos, he sido incapaz de poner punto y final a la serie de Wallander leyendo “El hombre inquieto”, así que mi sentido homenaje tendrá que esperar. Sin él pensé en dárselo a Chon de “Salvajes”, pero la publicación de “Los reyes de lo cool” abre las posibilidades de reecuentro y aunque sólo sea por eso… así que se lo voy a dar a Thobela Mpayipheli, el personaje creado por Deon Meyer para liderar dos de sus novelas y que tras “El pico del diablo” no está claro si volverá a hacer acto de aparición. ¡¡adios, gran guerrero xhosa!!

“Mi querida España… esa España mía… esa España nuestraaaaa”. En un año en que, que yo recuerde ahora mismo, ha habido tres novelas ambientadas en ella y una colección de relatos cortos, creo que lo más justo es señalar a “El tiempo entre costuras” como “la novela patria”. Aparte quedan mis apetencias personales y mi pasión por Bevilacqua, por supuesto.

“Sorpresa”  La arriba citada “El tiempo entre costuras”, quizás porque no esperaba nada cuando la leí y  me sorprendió agradablemente, pero la revelación de la temporada ha sido “iBoy”, para mí sin discursión y con años luz de separación.

“Esperanza”, la que deposito en el creador de “iBoy”, Kevin Brooks, que tiene publicadas varias novelas sueltas. Si puedo le daré una nueva oportunidad este año, esperemos que no defraude. ¿¿he mencionado ya a Toni Hill?? Pues viene, viene…

En cuanto a las posibles “mejores” novelas…

“Fantasía” o “ciencia-ficción”: “Retribution falls”, de la que restan todavía dos entregas pero que puede ser tratada como novela autoconclusiva. Buenos personajes, trama bien hilada y mucha diversión.

“Urban Fantasy”: Para mí tiene un sabor especial…destacaría “Blood rites” de Butcher, pero no me gustaría dejarme en el tintero ninguna de las dos novelas de Ilona Andres (“Magic Bites” y “Magic Burns”) ni, por supuesto, “Heart of Stone”, cuya secuela “House of cards” espero que también caiga este año.

“Negra”. Un tipo de novela que me gusta mucho pero que este año no ha dejado muchos buenos exponentes, con dos honrosas excepciones: “El pico del diablo” de Deon Meyer y “El ojo del dragón” de Andy Oaks. Siento especial predilección por la primera pero creo que la segunda, ambientada en Asia, también debería ser de lectura obligatoria a pesar de su dureza/crudeza.

“Favorita” estando en la lista me resulta imposible no nombrar a “El fantasma de la ópera”, para mí un clásico, con mayúsculas, con el mérito de no perder un ápice de vigencia por mucho que pasen los años. 

“La caja tonta”, o ese aparato al que dedicamos más horas de las que deberíamos. No he visto la continuación de mis recomendaciones del año pasado (“Luther” y “Sherlock”) pero aprovecho para añadir dos más (también con toque negro) aun cuando no haya terminado todavía ninguna de las dos: “Perception” y “Elementary”.

Un placer culpable: la serie televisiva “Arrow” y al que no lo entienda no se lo puedo explicar

La gran pantalla, o la gran víctima de la subida del IVA, del 3d y de los precios desproporcionados…Imposible, aunque sea un blockbuster, no destacar “The dark knight rises”, un buen cierre para una gran trilogía. Y en la parte independiente (¿indie?) y de mercado secundario, tres películas en principio minoritarias: “Upside down”, “Rust and bones” y “La pesca del salmón en Yemen”, mi favorita, aunque con una matización, si “Rust and bones” hubiese contado con 20 minutos más al final para que éste no fuese tan rápido y quedase mejor explicado posiblemente habría sido mi película del año.

Música, o la compañera de quien vive solo. La uso cuando escribo el blog, cuando hago ejercicio, cuando cocino y limpio y, por supuesto, mientras hago origami. Sin ellas las duchas no serían lo mismo. Imposible poner un listado de todas las canciones pero sí creo que éstas resumen mi año:
-          “Iris” de Goo Goo Dolls
-          “Sweet Nothing” de Calvin Harris Ft Florence Welch
-          “7 seconds” de Youssou N’Dour
-           “Breath of life” de Florence Welch
-          “A thousand years” de Cristina Perry
-          “Ass back home” de Gim Clas Heores ft Neon Hittch
-          “In the mourning” de Paramore
-          “Locked out of heaven” de Bruno Mars
-          “I won’t give up” de Jason M`raz
-          “Six degrees of separation” de The Script.
-          “your song” de Ellie Goulding.
-          "Tanto" y  "Loco de atar" de Pablo Alborán.

Y si falta un tema de X-monos, querido Giorgiatos, es porque publicitas mucho el producto cuando hay concierto pero no mandas las canciones, jejeje.

Por último, como siempre, mi agradecimiento más sincero a quienes transitan por aquí habitualmente (sea desde el principio o porque se hayan unido con posterioridad), a quienes vinieron y prefirieron no quedarse y, por supuesto, a quienes me sufren en carne y hueso con mis alegrías y mis miserias cotidianas y, a pesar de todo, siempre están ahí pase lo que pase. Espero que el año que viene (tras 365 días que se pueden hacer muy largos) pueda seguir contando con todos vosotros, que este año ya se ha caído demasiada gente.

Mis mejores deseos para tí, que estás leyendo esto, para este año que comienza. Espero que lo mejor que te haya pasado en 2012 sea lo peor que te aguarde en el 13… ¡¡y que nos pillen confesados!!.

P.D: se pueden hacer comentarios en el blog. Sentíos libres de hacerlos, recomendando libros, criticando mis comentarios o señalando las cosas que os gustan o lo que os gusta menos de lo que leéis. Siempre serán bienvenidos y seguro que ayudarán a mejorar. A quienes me conocéis os sigue bastando con descolgar el teléfono y decir ¡¡pero qué haces cenutrio!!, sabéis que suelo darme por aludido, jeje.