domingo, 20 de enero de 2013

El verano de los juguetes muertos

Sumergido en la vorágine del día a día (trabajo, casa, trabajo, casa, familia...) siempre mirando el reloj, la previsión meteorológica, el estado de las carreteras, las huelgas del transporte y la subida de la luz, dejarse llevar por lo habitual (o sea lo cómodo) sea en cine, televisión o literatura es fácil (y en mi caso frecuente), hasta que se llega a alcanzar ese punto en el que ya no eres consciente de que siempre lees "más de lo mismo", o lo que es peor, te das cuenta pero estás taaaaan cansado y taaaaan apático que decides seguir así "de momento".

Nota para Para los amantes de las listas de "superventas", "megahits" y "bestsellers": sí, sé que existen pero estoy en ese momento en que mi cinismo institucional no me deja agarrarme a algo  que elabora vete a saber quién y que no sé si son una ayuda y realmente refleja lo que la gente está consumiendo o si están puestas ahí como señuelos para dirigirnos hacia productos concretos. 

Lo dicho, que todo sigue igual hasta que un día das con algo distinto y  piensas "*****, si es que hay cosas ahí fuera que merecen la pena,  ¿cómo no me he enterado antes de la existencia de este autor?". mientras te das cuenta de que tienes dos motivos de alegría que hace unos instantes no estaban ahí: la que te equipara al pirata que ha encontrado un tesoro perdido y la del bribón que sabe que lo ha hecho sin esfuerzo alguno.

"El verano de los juguetes muertos" ha sido mi pequeño hallazgo del mes (y ese "mes" es un grito al cielo esperando que esta sea una de muchas sorpresas agradables que me depare 2013 a nivel literario) porque no sólo me ha gustado sino que durante unos días ha conseguido sacarme de mi ensimismamiento.

Su temática, alejada de los psicokillers, las grandes redes mafiosas, las agencias gubernamentales ansiosas de gobernar el mundo o los grandes planes pergeñados por mentes brillantes, está llena (mucho) de cotidianidad: bullying, el consumo de drogas entre los jóvenes, el alienamiento de las redes sociales, el desarraigo, los secretos familiares o las relaciones sexuales casuales. Todo presentado con normalidad, tal y como nos llega a nosotros en el día a día por la prensa, por el vecino o por la compañera del curro que nos pone en antecedentes de lo que "está pasando" con Pepita o Menganito.

Sus personajes también son "reales", podrían ser tu amigo Mario (sí, ese que está pasando por un mal momento) o tu tía Luísa (la divorciada) y como pasa con ellos, los vamos conociendo de una forma sesgada, es decir, natural. Porque nos hemos acostumbrado a leer novelas que no dejan juego al lector para nada. Nos describen todo de sus personajes, sabemos de ellos más que de nuestros hermanos y amigos, cuando la información que tenemos de la gente que nos rodea (por cercanos que sean) siempre es limitada y parcial. No es que no seamos capaces de conocer los secretos mas recónditos de quien vive con nosotros o de quien pasa a nuestro lado una parte significativa del día en el trabajo, es que sólo conocemos distintas facetas de esa persona, nunca la totalidad (que además, por mucho que la mayoría de escritores lo olvide, suele ser cambiante).

Toni Hill trae a nuestras vidas un trocito de realidad donde posiblemente la única ficción es la trama que une todos los acontecimientos y no los hechos que van salpicando el día a día de sus protagonistas. Hector Salgado, inspector de policía, divorciado, argentino y con un hijo, vuelve a Barcelona tras unas vacaciones forzadas...Leire Castro llegó al cuerpo después de la marcha de Salgado, joven, ambiciosa, preparada y "sin ataduras" (al menos de momento) se prepara para conocerle...Martina Andreu, madre de un par de gemelos, jefa y amiga de Salgado... Savall, el comisario, el jefe que está lidiando con "lo que hizo Salgado" cuando empieza la novela...Marc Castells, el chico muerto, ¿se cayó o le empujaron?¿en qué estaba metido?...

Con estos elementos se construye una novela sencilla, que no simple, que mueve tres tramas (¿o son 4?) con soltura y que van mostrando un poco de Barcelona, una miaja de Hector, una pizca de Leire y de todas las cosas con que tienen (y tenemos) que ir lidiando en el día a día, tanto laborales como personales.

No están solos,  también aparecen por allí Joana (la madre de Marc), Gina (la amiga), Aleix (el amigo), Enric (el padre), Regina (la madre de Gina) y hasta la señora Carmen (la vecina y propietaria de Hector), todos con su momento de protagonismo, personajes literarios que se comportan como personas de carne y huesos, unos más agradables y otros menos pero todos humanos y creíbles, conceptos que siempre se  esperan cuando uno se acerca a este tipo de literatura pero que a la hora de la verdad suelen brillar por su ausencia.

Toni Hill pone en nuestras vidas (iba a decir casas pero como yo leo en el Metro...) un trocito de Barcelona y nos deja compartir un momento de las vidas de un grupo de personas (en su mayor parte las miserias que les atormentan y determinan su carácter y modo de actuar). Todo bien construido y mejor llevado, con unos cimientos sólidos, un estilo sencillo y cómodo de leer y una/s trama/s que consiguen sorprender al final sin dejarnos con esa sensacion de tongo que tanto me molesta. 

Me ha gustado y me ha sorprendido a partes iguales aunque con cierta reserva a la espera de si esta novela ha sido flor de un día o si es el principio de algo realmente bueno. Espero que lo sea, de momento lo que sé es que el regusto final mejora conforme pasan los días, cuando uno retoma otras novelas y se da cuenta lo díficil que es dar con algo que entre tan bien y guste tanto a la vez. Quizás por eso llevo unos días que asocio esta novela con un adjetivo inglés "Smooth", que oigo frecuentemente como cuña radiofónica para promocionar un whisky.

P.D: Mientras escribía el post he pensado que por mucho que me parezca una buen novela no me dejaría 15-17 euros en comprarme la versión cara de la novela (lo cierto es que hay pocos libros que compraría por ese precio/en ese formato a día de hoy) pero para eso están la de bolsillo y la digital. Al respecto sólo una apreciación, en al menos una página he visto que hay pululando una versión de bolsillo en español (cuidado que aunque el autor lo sea hay alguna en inglés) un euro y medio más barata que la digital, por si alguien desea tenerlo en cuenta.

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