domingo, 28 de octubre de 2012

Heart of Stone - The negotiator vol. 1

Lo primero que debería hacer quien lea este post es olvidarse de lo que ponga en esa casilla de la derecha Nada de lo que ponga en la casilla "Etiquetas" (mientras escribo esto "Género: Urban Fantasy", pero dentro de un rato puede poner también ·"Género: Contemporáneo" o "Género: Novela negra") define por completo el conjunto de la obra.

No soy amante de las etiquetas, fundamentalmente cuando su cantidad se ve reducido a unas pocas (y exiguas) palabras, pero como yo también las uso para realizar la primera criba entiendo que resultan una ayuda inestimable para filtrar el ingente volumen de libros que se publica actualmente.

Si me limitase a etiquetar esta novela como "urban fantasy" le estaría haciendo un flaco. Por mucho que en sus páginas aparezcan criaturas fantásticas como dragones, dijins, gárgolas o vampiros (no hay muchos más), realmente ninguno lo hace (salvo con la excepción de las gárgolas) con un aspecto que no sea el "meramente" humano.

Cada una de las "Old races" (las razas antiguas), describe un estereotipo, una conducta básica que, en este caso, parece instalada en su adn. Por ejemplo, las gárgolas son criaturas protectoras (guardianes en un sentido amplio de la palabra), mientras los dragones son seres ladinos que gustan de los engaños y los embustes, de las medias verdades y los juegos de palabras.

Cada una de las distintas razas se ha integrado en la sociedad de la manera más acorde con su "forma de ser", así, Janx (un dragón) es el lider de una organización criminal con infinidad de ramificaciones, mientras Alban, la gárgola, se erige en algo así como un vigilante nocturno en Central Park.

La novela habla de lo que es intrínseco a cada uno de nosotros por ser lo que somos y de como el discurrir de nuestras vidas, vivencias y relaciones nos moldea. Bueno, realmente habla de la perniciosa influencia que la interacción con los humanos ha tenido en las distintas razas. Y es que, con sus vidas breves, su futuro limitado, su carácter voluble y cambiante han contaminado a algunos de los representantes de las otras razas, llevando su naturaleza a extremos para algunos de ellos inimaginables. 
Hasta cierto punto, y por mucho que a alguno le cueste creerlo, "Heart of Stone" (y espero que el resto de la trilogía) hablan de la sociedad actual, del comportamiento del ser humano y de la manera en que nuestra proceder cambia cuanto nos rodea (y no siempre para bien). 

Habla de leyes (unas sociales, otras biológicas) y de como siempre existen excepciones,  como el cambio que el ser humano lleva intrínseco en sus genes y la forma en que ha alterado lo que había antes. Incluso criaturas estáticas como las gárgolas, cuya forma petrea determina una parte significativa de su carácter, se ven alterados por la interacción con nosotros. ¿cómo es posible que una gárgola pase de vigilante/guardián/protector a matón a sueldo de un grupo mafioso? por culpa de la presencia del ser humano, qué si no. Todo esto lo vemos como resultado de la interacción entre Margrit Knight (abogada que trabaja en asuntos sociales) y Alban Korund, la gárgola centenaria. 

Ella representa el cambio, la evolución y, sobre todo, la capacidad para adaptarse a las situaciones según van viniendo, sin dudas ni titubeos. Da igual si delante tiene a un multimillonario que intenta desahuciar a una pobre madre con su hija pequeña o si es un peligroso lider de un grupo mafioso, ella siempre da la cara. Y la sigue dando cuando descubre la auténtica naturaleza de quienes están frente a ella. 

Margrit es el máximo exponente de lo que es la humanidad, siempre luchando por reinterpretar y adaptar las leyes a las situaciones, entendiéndolas como algo fluído, no como algo rígido e inamovible, sin importar si son las normas aprobadas por su sociedad o las (en principio) inamovibles normas que rigen la forma de ser de las distintas razas con las que se cruza.

En frente (a su lado o cuidando su espalda) Alban Korund, el exiliado. La gárgola que ha vivido apartado de su gente y del resto del mundo (las cuatro razas antiguas, los vampiros y los seres humanos) durante los últimos siglos y ahora, acusado de asesinato, se ve obligado a salir de su autoimpuesto ostracismo para defender su inocencia y evitar que su existencia y la de los demás, sea descubierta. 

Solitario, taciturno pero, sobre todo, desconectado. Incapaz de terminar de aceptar que "las cosas cambian", que incluso seres centenarios lo pueden hacer, que la naturaleza de cada uno es un punto de partida pero que nuestra naturaleza no es más que eso, el punto de inicio que las distintas vivencias personales van configurando y modelando hasta determinar nuestro carácter. Un carácter cambiante, por mucho que existan una serie de rasgos en principio llamados a perdurar. Nada está escrito en piedra, ni siquiera en la de una gárgola.

No es fácil aproximarse a una novela que, en principio, está hecha para entretener, y que, sin embargo, acaba teniendo una importante carga de profundidad para quien la lee. No es fácil etiquetar una novela que reflexiona sobre temas como estos con personajes fantásticos como protagonistas y una investigación criminal de fondo, que no desborda acción por los cuatro costados pero que si lleva a experimentar ese "thrill" inglés, que aquí, asociado al vocablo "thriller", siempre parece derivar a un matiz mucho más sombrío. No es fácil definir algo cuando abarca tanto en tan pocas páginas y encima lo hace bien, ni explicar esa dualidad que te lleva a devorar las páginas pero que te va frenando conforme se acerca el final de la novela. "Heart of Stone" es una novela en la que cuesta un poco entrar pero de la que al final es casi imposible salir.

"Shibboleth", ese término que ya utilicé para "El fantasma de la ópera" y al que vuelvo a recurrir hoy, es la única forma en que soy capaz de sintetizar lo mucho que me ha gustado esta novela, cuanto he disfrutado con la interacción, los debates y la química entre Margrit y Alban, con sus discursiones, roces y correrías por las oscuras calles de su ciudad.  

Define mi deleite por haber dado con un personaje como Janx (capaz de robar el protagonismo a cuantos comparten escenario con él) o mi alegría, mi ilusión y mi miedo al descubrir que hay dos novelas más que continúan ésta (aunque bien podría haber concluido aquí). Alegría porque existe la posiblidad de seguir con todos ellos y ver como evolucionan. Ilusión ante lo que está por venir y por descubrir cómo terminará todo y miedo a perder la sensación con la que me ha dejado esta primera novela, a sentirme defraudado, a que lo que viene no esté a la altura. Afortunadamente (o por desgracia, ya se verá) creo que las dos primeras se impondrán al miedo y me arriesgaré con la segunda entrega.

Sólo siento que esta novela no se haya publicado en español (al menos yo no la encuentro por ninguna parte) porque estoy seguro de que a varias personas que conozco les habría encantado y eso que de las tres o cuatro que me vienen a la cabeza sólo una, mi padre, es asiduo a este género. Pero claro también "La canción de fuego y hielo" de George R. R. Martín tiene fantasía a raudales y hay que ver el éxito que está cosechando, ¿o no?

domingo, 21 de octubre de 2012

Salvajes


Hace algo más de dos años tuve la fortuna de dar con "El poder del perro", una lectura que me gusto mucho. Sobria, bien escrita, tremendamente bien documentada y muy formativa (algo que no siempre se puede decir de una novela), aunque quizá un poco larga y con un final demasiado dulce (y por dulce no quiero decir "pastelón" sino edulcorado, demasiado favorable a los intereses de quienes, en principio, son los protagonistas. 

Después llegó “El invierno de Frankie Machine”, una novela menor comparada con la anterior, menos pretenciosa, pero también más  amena, más entretenida, más dinámica... Esto no quiere decir que esa vertiente didáctica/ilustrativa que existía en "El poder..." desapareciese, simplemente cambiaba el objetivo. Si en esta última se hablaba de la lucha contra la droga en Estados Unidos durante las últimas décadas y la forma en que el entramado político dentro de sudamérica influía en la mayor o menor permisividad desu cultivo, "El invierno de..." se centraba en la relación amor/odio entre la mafia y el gobierno americano durante el mismo periodo de tiempo. Curiosamente, a pesar de que durante la mayor parte de la novela se producen continuos flashbacks en los que el protagonista busca indicios de quién puede estar intentando acabar con él, "el invierno de..." es una novela mas ágil, llena de ritmo, algo más "de mi gusto".

De no haber leído "El invierno de Frankie Machine" antes de leer "Salvajes" creo que me habría planteado seriamente si "El poder del perro" y "Salvajes" las había escrito realmente el mismo autor. Si las otras novelas apuestan por el detalle, la descripción y la narración pausada, “Salvajes” lo hace por un estilo directo, con frases inusitadamente cortas, mensajes breves pero directos y una ausencia sorprendente de descripción.

Su brevedad, su parquedad y su reducido tamaño pueden llevar a quien siga este blog a pensar, por ejemplo, en “Por la boca muere el pez” de Camilleri... Creo que no es una comparación aceptable. Las tramas de Camilleri son dinámicas y ágiles pero también relativamente sencillas, es el estilo narrativo la que le da un toque peculiar a toda su obra, mientras que en “Salvajes” la historia es bastante más larga, algo más compleja de lo que uno piensa cuando la está leyendo.

Suceden muchísimas cosas, todas ellas interrelacionadas, formando una imagen global mucho más intrincada, pero con un estilo tan ligero, con una apocopabilidad (palabra inventada que derivaría de "apocopar"), una capacidad para comprimir y reducir cuando sucede a su esencia más pura, asombrosa.  Nada que ver con lo visto hasta la fecha en Don Winslow.

Personas y lugares se resumen en apenas una línea, las descripciones son exiguas y la narración tiene más de noticia de la Agencia Efe que de publireportaje periodistico. Donde las anteriores hablan de "lo global" (los avances en la lucha contra la droga, los entramados políticos, la corrupción y las organizaciones mafiosas en general) ésta última habla de "lo particular", de algunos individuos que están en medio de toda esa vorágine. De conquistas y luchas intestinas por hacerse por el mercado, de miedo y de presión, de acción y reacción, de amor y odio... habla de personas y sus miserias.

Y eso que aquí no se habla de la vida de los yonquis, ni de las penurias de sus familiares, todos los que aparecen son personas "acomodadas" dentro de los vaivenes que sus puestos (en organigramas criminales) llevan intrínsecos. Aquí, como en las otras dos novelas de Don Winslow, no hay buenos, sólo malos a los que conocemos en un momento tan complicado que resulta difícil no sentir un mínimo aprecio por ellos.

Ni Ben, ni Chon ni Ophelia (u O) son hermanitas de la caridad, pero como no les hemos visto llegar a donde están, no tenemos nada que los coloque en la columna de "malos". El gran mérito de Don Winslow es ese, conseguir que esa extraña pareja (formada por el idealista Ben y el pragmático Chon), que se ha hecho con la producción de marihuana en el sur de California, resulten casi  entrañables, como si estuviésemos siguiendo las desventuras de un par de joven empresarios emprendedores que luchan por seguir en el mercado ante una OPA algo más hostil de lo habitual.

Dejando a un lado la sorpresa por encontrarme con algo tan distinto a lo que es habitual en él, ésta es, sin dudarlo, la novela de Don Winslow que mas me ha gustado hasta la fecha, aunque hace falta tener estómago pues hay violencia y sexo para aburrir y siempre en su versión mas pura, sin tapujos ni miramientos, algo que no siempre es agradable de ver/leer. 

 “Salvajes” es un drama muy muy crudo, que se desencadena cuando un par de traficantes de marihuana (de una variedad que ellos mismos han creado) se sitúan en el punto de mira de un cartel mexicano que intenta expandir su negocio en territorio norteamericano. Desde ese preciso momento Ben y Chon se verán atrapados en una espiral de violencia de la que no podrán escapar, y el espectador leerá el resto de la novela con espectación intentando descubrir si conseguirán descubrir (o no) una forma de salir de esa situación.

Tiene muchas de las cosas que me gustan pero, por encima de todo, esa sensación de "velocidad" que tienes cuando estás leyéndola. Rapidez que no brevedad, lo que también es de agradecer. Personajes creíbles y creo que "normales" (que quiere decir, que lo son dentro de sus respectivos roles sociales). Te pueden gustar más o menos, puedes entenderles, quererles u odiarles pero Ben, Chon y O dejan huella. De "Lado" casi prefiero no opinar, ya lo haré salvo giro inesperado, en la entrega de premios literarios de este año.

Hay publicada una precuela y Oliver Stone ha estrenado la version en pantalla grande de ésta ...¿qué más se puede pedir?? imagino que un buen chubasquero para todos los fluidos que van a salpicar las salas de cine y que, de vez en cuando, los escritores se permitan el lujo de ser realistas en sus finales, Winslow lo hace en esta novela y es de agradecer.

domingo, 14 de octubre de 2012

Calor desnudo - Nikky Heat vol. 2

Richard Castle es un reconocido y afamado escritor de novelas de misterio. Cuarentón, ha estado casado en tres ocasiones, aunque otros tantos divorcios le permiten seguir siendo uno de los 10 solteros de oro de norteamérica. 

Tiene una hija camino de la universidad (Alexis) y deja que su madre siga viviendo con él en un apartamento espectacular donde, de vez en cuando, organiza partidas de poker con otros escritores famosos, entre los que se encuentra, por ejemplo, Michael Connelly.
Saltó a la fama con la serie que protagonizó Derek Storm y que un buen día, cansado del personaje, dio por finalizada con una última y megavendida entrega de la serie. La sociedad se llevó las manos a la cabeza escandalizada ante tanta osadía, ¿quién mata a la gallina de los huevos de oro? 
La suerte, si es que se puede llamar así a lo que sucedió, le llegó cuando en plena promoción de la novela-despedida de Derek Storm apareció un cadáver emulando una de las muertes que había escrito. En uno de esos extraños giros con que la vida nos sorprende, Castle consiguió dar la vuelta a una situación bastante peliaguda y pasó de sospechoso a colaborador del Departamento de Policía de Nueva York donde, por si con esto no fuese suficiente, tuvo la fortuna de encontrar  la inspiración para una nueva serie de novelas policiales. La detective Kate Beckett,  con quien colabora en las investigaciones de homicios que se le asignan, aportando  su particular visión de las cosas, se convirtió así en su musa y compañera de correrías.

Hasta aquí todo normal, o al menos todo lo normal que se puede esperar cuando  uno se encuentra ante un personaje de ficción. Y por personaje de ficción no me refiero a un mero pseudónimo tras el que se oculta un escritor de carne y hueso (evidentemente alguien tiene que haber), como fue el caso de Fernan Caballero o (más recientemente) Pittacus Lore, sino a un personaje de ficción televisiva. Castle (que le da nombre ) y Beckett son los dos grandes protagonistas de una de las series de moda norteamericanas que, en estos momentos, se encuentra comenzando su quinta temporada.

Ahora, en uno de esos "más difícil todavía", las mismas novelas que el personaje ha ido desarrollando a lo largo de cada una de las temporadas ("Heat wave", "Naked heat", etc...) han ido viendo la luz en el universo literario "real". Pero, ¿qué se puede esperar de las novelas? ¿son acaso la plasmación literaria de alguno de los episodios de la serie? ¿o son, por contra, los guiones publicados de episodios inéditos? Pues, para mi sorpresa (y diría que agrado), ni lo uno ni lo otro. La serie de novelas protagonizadas por Nikki Heat es, ni más ni menos, que una serie policiaca que parte de las vivencias experimentadas por su creador (en su propia  ficción televisiva) para desarrollar tramas de investigación policial.

Sus personajes y sus tramas reflejan parte de lo que ha ido ocurriendo a lo largo de la temporada  pero no se limitan a ser un mero calco sino una readaptación personal de las experiencias. Como habría sucedido si su creador fuese una persona de carne y hueso, Richard Castle auna su experiencia y sus vivencias y las convierte en parte del núcleo de su ficción literaria. Lo que genera, eso sí, dos lecturas distintas en función de si quien lo lee es seguidor de la serie o no.

Quien no sea seguidor de la serie, y por “no ser seguidor” entiendo tanto al que no sabe que existe como al que se ha limitado a ver algún episodio de forma esporádica o a engancharse a los mismos de continuo pero siempre de forma inconexa, se encontrará con una especie de “buddy movie”, con esa variante (cada vez más frecuente) en que se cambia a un segundo detective por un asesor externo a un grupo de investigación criminal.
En este caso el colaborador es Jonathan Rook, afamado periodista de investigación, que en esta entrega  colabora con la detective de homicios Nikki Heat en la resolución del asesinato de Cassidy Towne, compañera de profesión y una de las figuras más detestadas por la farándula nacional pues ha hecho de airear sus secretos y mentiras su particular misión en la vida.
Rook, que estaba realizando un reportaje sobre la difunta, es quien la encuentra muerta, lo que se convierte en su oportunidad para volver a formar parte del grupo de investigación encabezado por Heat y completar así el cuarteto formado por ésta y el duo  formado por Raley y Ochoa.
Si no se ha seguido la serie “Calor desnudo” resultará una lectura ligera, sencilla y entretenida que ofrece  una (mas que) incipiente relación entre los protagonistas, construída a través de intercambios dialécticos ingeniosos (que deparan algún momento gracioso) y una narración donde la acción también tiene su pequeño lugar. Aunque, procurando ser sincero, no deja de ser una de tantas otras novelas que se pueden encontrar hoy en las librerías.

Si eres seguidor de la serie... entonces la lectura cobra una dimensión distinta y también un tanto extraña.

"Calor desnudo" se convierte para nosotros (me incluyo porque sigo la serie desde el principio y ocupa su particular lugar en mi colección) en una lectura singular. No es frecuente (de hecho creo que es la primera ocasión en que a mí me sucede) conocer al escritor y sus vivencias antes de leer la novela. Mas que conocer, las hemos vivido "de primera mano" a través del televisor por lo que, hasta cierto punto, somos capaces de seguir parte del proceso mental que sigue su creador a la hora de escribir.

No es sólo que conozcas una parte importante de su forma de pensar, también es que has "sufrido" las mismas experiencias que él por lo que relacionas bastantes de los acontecimientos sobre los que escribe y "solapas" lo visto y lo leído para formar una tercera imagen. Que el resultado de esta peculiar operación sea un acercamiento un poco mayor a la psique de un personaje de ficción es, sin lugar a dudas, una de las experiencias más surrealistas que he vivido, pero también una experiencia difícil de igualar.

Otro fenómeno curioso es el de los personajes. Resulta muy complicado dejar de atribuirles las características físicas de los actores que dan "cuerpo" a los personajes televisivos que sirven de inspiración a su creador. Así que mentalmente tienes, por ejemplo, a Nikki Heat, a quien atribuyes el cuerpo y las maneras de la detective Kate Beckett pero siempre sabiendo que ésta no es más que la plasmación de un personaje realizada por la actriz Stana Katic.

Así que la novela tiene un toque "alucinógeno" que no deriva tanto de lo que cuenta como de lo que trae al recuerdo, afortunadamente conforme va avanzando la novela los efectos se van disipando y uno deja de ser tan consciente de todo esto y esa realidad a tres capas va perdiendo la parte más terrenal (el de los actores y la serie de televisión) y se reduce al binomino realidad televisiva- ficcion literaria, ¡¡que ya es!!

Así que el seguidor de la serie, a la hora de sopesar si le compensa o no, tiene un aliciente más que el resto de los lectores si quiere darle una oportunidad, valga como referencia común que la trama es del estilo de las que se pueden ver todas las semanas en la televisión, con sospechosos múltiples, interrogatorios, múltiples vías de investigación, la interacción entre los protagonistas (y aquí incluyo al dúo dinámico policial formado por Raley y Ochoa) y acción.

Por lo demás "Calor desnudo" no es un novelón, tampoco creo que lo pretenda. Ni aporta gran cosa en cuanto a la trama, de hecho puede resultar un poco "light" para el seguidor más... más de novela negra pero en la época de las experiencias multimedia, con creadores que incluyen referencias en sus libros a vídeos colgados en internet, etc... ésta es posiblemente la obra que mejor ha sabido utilizar "todo lo ajeno" al mundo literario para crear algo totalmente distinto. Hasta las dedicatorias tienen su encanto.

Sólo una cosa más, que a nadie le pase como a mí por ir de listo y no informarme antes (ni mirar la sinopsis de la novela): "Calor desnudo" no es la primera entrega de la serie, es "Ola de calor", a la que espero dedicarle un pequeño rato en los meses venideros.

domingo, 7 de octubre de 2012

"Magic Bites" - Kate Daniel's serie. Vol 1

Como escupir hacia el cielo y que el lapo te caiga encima...

Nunca he estado más cerca de ver como el dicho se cumple. Mi escupitinajo (¡que fue chiquitillo, oiga!!) fue mi post de la semana pasada. Siete días después me dispongo a ensalzar precisamente lo mismo que la semana pasada critiqué, haciendo bueno eso de "donde dije digo digo Diego" y todos tan panchos, pero claro, ahí arriba, flotando y esperando su momento hay un lapo que me tiene en su punto de mira, así que mejor me ando con mucho cuidado, no vaya  a ser que...

¡¡¡Ehhhh, se empieza a mover!!!

 Sí, no hace falta que lo compruebe más veces, en la Etiqueta del post pone "Género: urban fantasy", pero es que hay una parte importante de la UF que tira de las bases del género negro y esta novela en concreto más que beber de sus fuentes se ducha en ellas. 

 "Magic bites" es la historia de la investigación (la de Kate Daniels, la protagonista) del asesinato de su guardian/tutor/amigo/último-vínculo-viviente-con-sus-padres. Su búsqueda de respuestas (y de venganza) nos lleva de una punta a la otra de Atlanta, a hablar con chivatos e informadores, a recurrir a extravagantes (y, eso sí, tremendamente interesantes) colaboradores y, como no podía ser menos, a lidiar con las dos bandas que detentan el poder en la ciudad, "The people" y "The pack". No puede ser más negra la cosa, ¿verdad?

Soy yo o parece que ese lapo está rompiendo las reglas de la gravedad y baja a una velocidad anormalmente acelerada...

Podría alegar en mi descargo que, por ejemplo, la protagonista es mujer, algo muy poco frecuente en el género, que tiene problemas de índole personal pero no vive atormentada por hechos pasados, que erradicar monstruos por contrato no entra en ese "otros" que la semana pasada asimilaba a ex-policías (detectives privados, abogados, reporteros, guardas forestales, etc...) y que vestir un top de cuero negro no es equiparable a ir con el consabido traje y la gabardina, pero no sé por qué me da que tampoco serviría de mucho...

Y tanto que no, míralo, sigue con su descenso derechito hacia a mí... 

Rapidito, rapidito que el peligro se acerca...


Lo que cambia la historia y la forma en que se vive es el toque "urban fantasy" . Sí, la acción transcurre en Atlanta, pero en una versión demacrada donde casi nada tecnológico funciona y lo que aún lo hace no se sabe por cuánto tiempo lo hará, ya que  "olas de magia" azotan las calles de la ciudad acabando con los últimos vestigios tecnológicos. ¿cómo comenzo todo?¿qué crea esas "olas"? Esperemos que la serie lo aclare en un futuro, aunque, de momento, no parece relevante, al menos para esta entrega.

Por tanto esta no es una realidad donde la vida transcurra tranquilamente porque la gente desconoce que en los rincones y esquinas de la ciudad hay criaturas "mágicas" al acecho, sino una realidad donde estas viven a la luz del día (bueno, las que pueden) y todo el mundo conoce su existencia, al menos así se deduce de la existencia de un cuerpo policial y uno militar especializado en lidiar con ese tipo de situaciones. También existe "la Orden" cuya función y competencias no están del todo delimitadas en el libro pero que parece un tercer poder con mucha más potencia de fuego (mágica).

El reparto de la ciudad no es entre familias italianas, ni entre distintas mafias extranjeras,  "The people" es el sistema piramidal en torno al que se agrupan los vampiros de la ciudad, mientras "The pack" es la comunidad de cambiaformas que disputa a los anteriores el control de las calles

Las luchas no se dirimen a tiros de metralleta ni con magnum calibre especial. Aquí priman los objetos contundentes que se llevaban en el medievo (mazas, espadas, puñales, cimitarras, etc... eso si no eres uno de cualquiera de las otras especies, entonces es una cuestión de garras, colmillos y dientes, o lo que se tercie), aunque no sólo se exportan armas de aquella época, por aquí también hay caballeros, guardianes y ejecutores.

Y la parte de la congoja y la tensión deriva más de lo-que-puede-pasar-en-ese-mundo-tan-extraño que de una narración sorprendente. Es la ventaja de que quienes asalten puedan trepar por los edificios, modificar su estructura osea o dirigir a distancia a otros vampiros (la creación de los "navigators" es todo un aporte para el género)

Soy yo o parece que está empezando a soplar un poco de aire...

El pegamento que une esos dos mundos a priori tan distintos, como son el de la novela negra y el de lo sobrenatural, es la labor de Ilona Andrews, que consigue un resultado creíble y muy entretenido, con la pausa justa para que el lector pueda coger aire de vez en cuando y resituarse, evitando así que toda la novela se convierta en un carrusel constante donde la acción se sucede sin ton ni son.

No he leído tanto de este género como para realizar una comparación satisfactoria por completo pero si puedo decir que a pesar de tener el mismo sexo y compartir el punto de vista femenino, Kate Daniels no me recuerda tanto a Anita Blake (de Laurell K Hamilton) o a Mercy Thompson (de Patricia Briggs) como al Harry de Jim Butcher. Sobre todo al de los comienzos, fundamentalmente al de "Luna nueva", no tanto porque allí haya un Werewolf como coprotagonista (que también) como porque, además, supuso un pequeño punto de inflexión hacia el estilo de las tramas, siendo desde entoncesmás oscuro, algo más góticas y sobre todo más crudas. Y de eso hay mucho también en la novela, quizá demasiado, aunque eso depende ya un poco del gusto de cada uno. Afortunadamente Ilona Andrews también parece compartir el gusto de Butcher por los diálogos ingeniosos/ácidos/humorísticos (aunque lo son algo menos), los roces amorosos y los personajes peculiares pero bien definidos, dejándo al lector con ganas de saber más, por ejemplo de Curran (el lider de "The pack"), de Gasthek (miembro de "The people") o (y por encima de todos)  Saiman. 

Ffffffffffffffffffffffffff...¡¡aggggggh, ya está aquí, lo tengo casi encima!!!

Quizá Kate Daniels es más frágil, más humana (al menos en apariencia, ¡ups!) y más "como de estar por casa" que cualquiera de los demás protagonistas del género que se me ocurren en este momento (con la excepción, quizás, deMercy Thompson) , posiblemente sea la que va mejor acompañada durante las novelas (quitando a Harry, porque el grupito formado por Murphy, Susan, Michael, etc... es casi insuperable), pero quizá...y es sólo un quizá, también le falte algo del carisma (más que del carácter) que si atesoran otros, como el Ray Lilly de Harry Connolly, también más duro y quizá todavía un poco más crudo que nuestra protagonista. A las luchas les falta un poco de... claridad, o de detalle, o de detenimiento, pero al menos hay bajas y la gente también sale mal parada, lo que también es de agradecer, porque si me topo con esos bodrios donde uno se pega con ciento y la madre y sale ileso, sin sudar y oliendo a rosas, creo que dejo el género por los restos.

Ploffffffff...¡¡¡uffff, por qué poco!!!...

Termino. No era la primera vez que leía esta novela pero sí quería releerla antes de ponerme con la segunda porque entre pitos y flautas habían pasado más de tres años y aunque recordaba bastante bienel hilo argumental había un montón de pequeños detalles que no recordaba y que sí pueden tener trascendencia en las próximas novelas. 

Me ha gustado mas y me ha parecido más entretenida que entonces aunque es muy probable que mi mejora en esto del inglés haya tenido algo que ver pero lo importante es que al final me ha quedado buen sabor de boca (y eso, teniendo en cuenta que recordaba quién era el responsable, qué había detrás y cómo terminaba todo, tiene muuucho mérito)