domingo, 28 de octubre de 2012

Heart of Stone - The negotiator vol. 1

Lo primero que debería hacer quien lea este post es olvidarse de lo que ponga en esa casilla de la derecha Nada de lo que ponga en la casilla "Etiquetas" (mientras escribo esto "Género: Urban Fantasy", pero dentro de un rato puede poner también ·"Género: Contemporáneo" o "Género: Novela negra") define por completo el conjunto de la obra.

No soy amante de las etiquetas, fundamentalmente cuando su cantidad se ve reducido a unas pocas (y exiguas) palabras, pero como yo también las uso para realizar la primera criba entiendo que resultan una ayuda inestimable para filtrar el ingente volumen de libros que se publica actualmente.

Si me limitase a etiquetar esta novela como "urban fantasy" le estaría haciendo un flaco. Por mucho que en sus páginas aparezcan criaturas fantásticas como dragones, dijins, gárgolas o vampiros (no hay muchos más), realmente ninguno lo hace (salvo con la excepción de las gárgolas) con un aspecto que no sea el "meramente" humano.

Cada una de las "Old races" (las razas antiguas), describe un estereotipo, una conducta básica que, en este caso, parece instalada en su adn. Por ejemplo, las gárgolas son criaturas protectoras (guardianes en un sentido amplio de la palabra), mientras los dragones son seres ladinos que gustan de los engaños y los embustes, de las medias verdades y los juegos de palabras.

Cada una de las distintas razas se ha integrado en la sociedad de la manera más acorde con su "forma de ser", así, Janx (un dragón) es el lider de una organización criminal con infinidad de ramificaciones, mientras Alban, la gárgola, se erige en algo así como un vigilante nocturno en Central Park.

La novela habla de lo que es intrínseco a cada uno de nosotros por ser lo que somos y de como el discurrir de nuestras vidas, vivencias y relaciones nos moldea. Bueno, realmente habla de la perniciosa influencia que la interacción con los humanos ha tenido en las distintas razas. Y es que, con sus vidas breves, su futuro limitado, su carácter voluble y cambiante han contaminado a algunos de los representantes de las otras razas, llevando su naturaleza a extremos para algunos de ellos inimaginables. 
Hasta cierto punto, y por mucho que a alguno le cueste creerlo, "Heart of Stone" (y espero que el resto de la trilogía) hablan de la sociedad actual, del comportamiento del ser humano y de la manera en que nuestra proceder cambia cuanto nos rodea (y no siempre para bien). 

Habla de leyes (unas sociales, otras biológicas) y de como siempre existen excepciones,  como el cambio que el ser humano lleva intrínseco en sus genes y la forma en que ha alterado lo que había antes. Incluso criaturas estáticas como las gárgolas, cuya forma petrea determina una parte significativa de su carácter, se ven alterados por la interacción con nosotros. ¿cómo es posible que una gárgola pase de vigilante/guardián/protector a matón a sueldo de un grupo mafioso? por culpa de la presencia del ser humano, qué si no. Todo esto lo vemos como resultado de la interacción entre Margrit Knight (abogada que trabaja en asuntos sociales) y Alban Korund, la gárgola centenaria. 

Ella representa el cambio, la evolución y, sobre todo, la capacidad para adaptarse a las situaciones según van viniendo, sin dudas ni titubeos. Da igual si delante tiene a un multimillonario que intenta desahuciar a una pobre madre con su hija pequeña o si es un peligroso lider de un grupo mafioso, ella siempre da la cara. Y la sigue dando cuando descubre la auténtica naturaleza de quienes están frente a ella. 

Margrit es el máximo exponente de lo que es la humanidad, siempre luchando por reinterpretar y adaptar las leyes a las situaciones, entendiéndolas como algo fluído, no como algo rígido e inamovible, sin importar si son las normas aprobadas por su sociedad o las (en principio) inamovibles normas que rigen la forma de ser de las distintas razas con las que se cruza.

En frente (a su lado o cuidando su espalda) Alban Korund, el exiliado. La gárgola que ha vivido apartado de su gente y del resto del mundo (las cuatro razas antiguas, los vampiros y los seres humanos) durante los últimos siglos y ahora, acusado de asesinato, se ve obligado a salir de su autoimpuesto ostracismo para defender su inocencia y evitar que su existencia y la de los demás, sea descubierta. 

Solitario, taciturno pero, sobre todo, desconectado. Incapaz de terminar de aceptar que "las cosas cambian", que incluso seres centenarios lo pueden hacer, que la naturaleza de cada uno es un punto de partida pero que nuestra naturaleza no es más que eso, el punto de inicio que las distintas vivencias personales van configurando y modelando hasta determinar nuestro carácter. Un carácter cambiante, por mucho que existan una serie de rasgos en principio llamados a perdurar. Nada está escrito en piedra, ni siquiera en la de una gárgola.

No es fácil aproximarse a una novela que, en principio, está hecha para entretener, y que, sin embargo, acaba teniendo una importante carga de profundidad para quien la lee. No es fácil etiquetar una novela que reflexiona sobre temas como estos con personajes fantásticos como protagonistas y una investigación criminal de fondo, que no desborda acción por los cuatro costados pero que si lleva a experimentar ese "thrill" inglés, que aquí, asociado al vocablo "thriller", siempre parece derivar a un matiz mucho más sombrío. No es fácil definir algo cuando abarca tanto en tan pocas páginas y encima lo hace bien, ni explicar esa dualidad que te lleva a devorar las páginas pero que te va frenando conforme se acerca el final de la novela. "Heart of Stone" es una novela en la que cuesta un poco entrar pero de la que al final es casi imposible salir.

"Shibboleth", ese término que ya utilicé para "El fantasma de la ópera" y al que vuelvo a recurrir hoy, es la única forma en que soy capaz de sintetizar lo mucho que me ha gustado esta novela, cuanto he disfrutado con la interacción, los debates y la química entre Margrit y Alban, con sus discursiones, roces y correrías por las oscuras calles de su ciudad.  

Define mi deleite por haber dado con un personaje como Janx (capaz de robar el protagonismo a cuantos comparten escenario con él) o mi alegría, mi ilusión y mi miedo al descubrir que hay dos novelas más que continúan ésta (aunque bien podría haber concluido aquí). Alegría porque existe la posiblidad de seguir con todos ellos y ver como evolucionan. Ilusión ante lo que está por venir y por descubrir cómo terminará todo y miedo a perder la sensación con la que me ha dejado esta primera novela, a sentirme defraudado, a que lo que viene no esté a la altura. Afortunadamente (o por desgracia, ya se verá) creo que las dos primeras se impondrán al miedo y me arriesgaré con la segunda entrega.

Sólo siento que esta novela no se haya publicado en español (al menos yo no la encuentro por ninguna parte) porque estoy seguro de que a varias personas que conozco les habría encantado y eso que de las tres o cuatro que me vienen a la cabeza sólo una, mi padre, es asiduo a este género. Pero claro también "La canción de fuego y hielo" de George R. R. Martín tiene fantasía a raudales y hay que ver el éxito que está cosechando, ¿o no?

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