domingo, 6 de mayo de 2012

Acosada

Hace unos años veía un concurso televisivo autonómico llamado "Cifras y letras". Una de las pruebas  consistía en que los concursantes debían formar la palabra más larga que se les ocurriese con un total de 9 letras que habían sido extraídas aleatoriamente. Con los años el programa evolucionó y añadió una prueba especial donde de nuevo con 9 letras (esta vez puestas por el programa) debían formar dos palabras relacionadas con un tema concreto que se les indicaba.

Si se me permite la comparación, Brian Freeman es a la inmesa mayoría de los escritores de novela negra lo que la prueba especial supuso para el concurso, es decir, un soplo de aire fresco, un reto, un estímulo. Si con los demás autores no hay mucho más que hacer que limitarse a seguir la unívoca narración que se presenta ante nosotros, Freeman nos concede la libertad para elucubrar e intentar adelantarnos a la propia investigación policial aprovechando ciertos datos de los que sólo nosotros disponemos. Los hechos están ahí (expuestos antes de la mitad de la novela) y nos retan a jugar, a unir los puntos, a construir la historia pero nada es tan fácil como parece y, cuando no quedan flecos sueltos, resulta que te faltan elementos para completar tu "mosaico". Entonces, siempre dominado por el orgullo, piensas que te van a dar gato por liebre, ahí sobra o falta algo...

Sólo cuando terminas la novela eres capaz de observar que donde tu buscabas "la respuesta" podía haber "varias respuestas"  y que "ahí" en esta novela "de medio pelo" había mucho más de lo que en un principio pensábas. Entonces, superada la crispación y colocadas las pieza en su sitio, puedes pararte a valorar como los actos de una sola persona fueron capaces de sacar a la luz tal cantidad de secretos que se escondían en el interior de los hogares de la, en principio, tranquila, aburrida y apagada ciudad.

"Acosada" es la narración de lo que acontece en un momento puntual en la ciudad de Duluth (Minnesota), con varias historias que tienen en el "sexo" (en un sentido especialmente amplio y, en ocasiones, distorsionado) su denominador común y personajes cuyos sueños, esperanzas y los secretos se van entrecruzando bajo la atenta mirada de un grupo de investigación policial que intenta acabar con toda la mierda que ha empezado a salir desde los rincones más inexperados.

Dos son las historias que  sirven para abrir el fuego: la fuga de un preso durante su trasladado aprovechando las nefastas condiciones climatológicas del momento y, poco después,  el asesinato del marido de Maggie (la (de nuevo) compañera de Jonathan Stride) en su propia casa. Pero hay más, mucho más, entre otras: un chantajista que parece tener información comprometedora sobre varias personas influyentes; el inconcluso triángulo formado por Stride, Serena y Maggie; una denuncia de violación realizada por una chica con una reputación más que discutible;  una exagente de policía condenada hace 6 años por el asesinato de su marido; un fiscal con aspiraciones de llegar a Washington;  el proceso de aclimatación de Serena a su nuevo hogar; una investigación de tráfico de influencias y, por supuesto, el sexo (en diversas vertientes: violaciones, club sexual, etc...), presencia constante en las novelas que conforman la serie.

En la forma en que se entrelazan y relacionan todos estos elementos  reside el quid de la cuestión y es precisamente donde surgirán los problemas para aquel lector que (como yo) intenté "adelantarse" a los acontecimientos. Eso que todos hemos dicho alguna vez jugando a "El Misterio" o "El cluedo" de "el mayordomo-en la cocina-con el candelabro" pierde aquí toda su vigencia. Nada es tan sencillo como parece pero, curiosamente, la respuesta es siempre más simple de lo podía imaginarse.

Cuando pienso en las novelas de Freeman no puedo dejar de pensar en una sesión múltiple de cine donde puedes disfrutar de tres películas basadas en unos mismos hechos por el precio de una sola: "la que nos  vamos  montando nosotros", "la que viven los protagonistas" y, por supuesto,  "Acosada", precisamente por lo que hemos pgado. Que no es más (y a alguien le parecerá poco) que la fusión de los elementos que el lector ha sido capaz de presenciar pero que los protagonistas no pueden más que deducir conforme se les van presentado las pruebas, los resultados de la propia investigación policial (que lector y personajes comparten siempre) y, por último, el conocimiento previo que los personajes tienen de la ciudad y del pasado de sus conciudadano, ese elmento adicional que les permite una mayor comprensión de los hechos. Y es que, si el sexo ocupa un papel significativo dentro de esta serie de novelas, el pasado (de unos, de otros o, como en la novela anterior, de toda una ciudad) siempre juega un papel muy importante dentro de la trama de estas novelas.
Brian Freeman siempre cumple, desde sus títulos simples pero sugerentes hasta los personajes, capaces de despertar nuestro afecto siempre cuidando la trama (llena de intriga, tensión, suspense) y procurando alguna que otra subida de adrenalina y, por si fuera poco, el precio acompaña. ¿Que por qué no tiene mas éxito este/a autor/serie? ¡A mí que no me registren porque no lo entiendo, la verdad!, pero ¡eh, si ese es el "precio" a pagar para que se mantenga el precio actual no seré yo el que se queje, que conste.

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