domingo, 19 de mayo de 2013

Ola de calor - Nikky Heat vol. 1

La serie de Nikky Heat es un producto televisivo, la plasmación material de las novelas que Richard Castle, (protagonista de la serie) comienza a escribir tras conocer a la detective Kate Beckett durante el transcurso de una investigación.

La versión literaria está llamada a ser una adaptación de lo que sucede en los episodios televisivos aunque  versionados desde el punto de vista de su creador. Algunos momentos de las novelas pueden (deben) recordar momentos de la serie aunque no todo cuanto acontece allí aparece en el libro y cuando lo hace no siempre es una reproducción fiel de lo que "realmente" ha sucedido. Esa es una de las claves de estas novelas. La "vida" del Castle televisivo (con sus correrías policiales, su quiero pero no puedo amoroso, etc...) son la fuente de la que se alimenta la serie literaria pero deja que la imaginación de éste corrija lo que no le gusta o lo adapte a sus "necesidades argumentales". Un juego de espejos curioso que para el seguidor de la serie puede llegar a tener su punto, aunque en esta primera entrega, todo sea dicho, ese punto sea algo más difícil de encontrar que en entregas posteriores.

El problema de "Ola de calor" es que es demasiada "primera novela" incluso para ser "la" primera novela de la serie. Téngase en cuenta que estamos hablando de un escritor afamado, autor de numerosos best sellers policiacos y, sin embargo, nos encontramos con esta novela  light, algo descafeinada y enormemente inocente. 

Da la sensación de que quien está detrás de este proyecto no fue capaz de decidirse entre escribir para quienes no son seguidores de la serie de televisión o hacerlo para quien sí sabe de qué va la historia. Al final se queda entre dos aguas y le pasa factura.

Para el que no sepa de qué "va el percal" el problema es que al libro le faltan descripciones con el consiguiente desfase entre lo que el escritor quería decir y lo que el lector a entendido al leer. Las explicaciones de ciertos comportamientos son un tanto pueriles y tienen más pinta de acotaciones de guión que luego el actor debe seguir a la hora de interpretar que la aclaración o descripción de un comportamiento y, por si no fuese suficiente, encima a  los personajes les falta profundidad. 

El seguidor habitual sufre los problemas anteriores pero, hasta cierto punto, los suple con los conocimientos adicionales que posee. Los vacíos descriptivos de los protagonistas los suple con extrapolaciones televisivas, mejorando la lectura y dotándola de una entidad que por sí sola no posee, pero se ve frenado cuando se encuentra con explicaciones inocentes que para él son innecesarias y por una ausencia preocupante del humor ácido o cargado de ironía que por momentos sí tienen los personajes de "carne y hueso". 

Un rayo de esperanza...o mejor dos

No todo es malo. Su semejanza a un guión televisivo ayuda, permitiendo una lectura muy ágil y su trama es entretenida y está bien hilvanada. A mí, particularmente, ese aire a lo "entre todos la mataron y ella sola se murió" me gusta y consigue darle una vidilla a la novela que no pensé que llegase a tener.

Además, como por error leí antes "Calor desnudo" (la segunda entrega de esta novela) que "Ola de calor", puedo garantizar que la cosa mejora en entregas posteriores. No llega a "novelón" pero sí que gana ritmo y bastante más interés, imagino que porque tras la "novela debut" se puede hablar por fin de equiparación en el público y, por tanto,  el "escritor" que está detrás del ficticio Richard Castle se ha podido limitar a escribir sin tener que decidir a quién se estaba dirigiendo.

E...E...E...Eso es todo, amigos

Nada me gustaría más que rellenar hojas y hojas (o líneas y líneas) con información jugosa y comentarios bien traídos pero ni la lectura ni quien escribe parece dar para mucho más hoy. Afortunadamente la lista de novelas para las semanas venideras promete (tanto para los lectores como para mí) y es probable que den mucho más juego.

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