martes, 4 de julio de 2017

No está solo


En las comparaciones se menciona a Lemaitre y Dicker por el éxito que han tenido y la forma en que irrumpieron en el mercado. Creo que es importante señalar que, ante todo, es una equiparación que tiene más que ver con el éxito comercial que con cuestiones literarias.

He leído "No está solo" y no he podido quitarme otros dúos literarios del género negro:
  • Franck Sharko y Lucie Hennebelle, personajes creados por Franck Thilliez
  • Lincoln Rhyme y Amelia Sachs, de Jeffery Deaver
  • Valentina Negro y Javier Sanjuán, de Vicente Garrido y Nieves Abarca
  • Unai López de Ayala y Alba, de Eva García Saez de Urturi
Lo fácil,  quedarme en la idea de que estamos ante novelas (o series de novelas) construidas alrededor de dúo de protagonistas, uno con un componente más físico, otro más "intelectual", cuya interacción/confluencia acaba por generar un entendimiento único que les sitúa en "otro plano", pero dejar las cosas ahí sería reducir la esencia de todas ellas (y la novela de la que hablo) a un plano bastante simple (más propio de una buddy movie) cuando, con la salvedad de Jeffrery Deaver, hay más similitudes aunque no sean evidentes y puedan creer sensaciones contradictorias.

 La comparación con Deaver es quizás la más sencilla. Superficial quizás, más allá de la idea básica de un asesino en serie perseguido por investigadores. Su aportación fue la creación de un binomio atípico, con  dos personajes "dañados" (fórmula que también se ve en Dazieri) que se instrumentalizan para suplir las carencias del otro y conseguir llegar, de esa forma, a buen puerto. 
 
Las tres series europeas comparten un elemento común en sus tramas, la violencia. Hilo conductor de todas y cada una de sus historias, variando en el origen de la misma.

Franck Thilliez suele hablar de ese tema, en sus distintas manifestaciones, en todas sus novelas y en alguna de ellas, como "El síndrome E", con un trasfondo y en términos similares. Sus historias hablar de personas, sentimientos y violencia, navengando entre la novela de corte social y la de batalla con asesino en serie. Genera debate, plantea dudas y habla, por encima de todo, del ser humano y lo que lo define.

El duo formado por Garrido y Abarca habla de muchas cosas, con distintas problemáticas, pero, como Thilliez, construye las historias entorno a la violencia, la que muestran sus asesinos y la que se plasma en el comportamiento de muchos otros de sus personajes.

 Hay, al menos en la primera entrega de su serie, "Crímenes exquisitos", un elemento común con "El silencio de la ciudad blanca" de Saez de Urturi, la idea de la violencia como algo que se transmite y pasa de generación en generación, un mal endémico difícil de extinguir porque se perpetúa con una facilidad asombrosa entre quienes la han padecido y no han conocido otra cosa en su vida. Víctima y agresor se muestras

En el episodio noveno de Daredevil, durante una conversación entre un párraco y el protagonista, es el eclesiástico quién le hace ver a Matt Murdock que por desgracia, cuando uno se convierte en ejecutor (por buena que sea su causa), acaba por generar y aumentar el daño causado en el tejido social que se transmite como una honda expansiva incontrolable e irrefrenable que cambia y muta lo que toca, llenando las vidas de cuantos rodean a víctima y agresor de dolor, daño y pesar.

Garrido, Abarca y Saez de Urturi plasman en susnovelas algo parecido, mostrando lo que, por desgracia, es el día a día de nuestra sociedad donde la víctima se convierte en agresor pues la violencia es el único lenguaje que consiguen utilizar para expresarse y liberar lo que llevan dentro. 

Dalzieri consigue aunar algo de todos ellos para crear una historia que permite reflexionar sobre distintas formas de violencia, conductas adquiridas y condicionadas, lo que nos hace ser quienes somos pero sin parecer un copy paste, construyendo un todo bastante homogéneo y trepidante, con un ritmo frenético y un estilo narrativo sencillo que no omite temas como el silencio institucional, la mala praxis en las distintas instancias y estamentos de la sociedad, mostrando como todo tiene una lectura distinta dependiendo de en qué lugar nos situemos a la hora de mirarlo pero dándole al lector, generando un interés constante por saber qué va a pasar y terminando en un climax final que deja todo a punto para la segunda entrega.

Valoración: Me ha gustado. Eso sí, me ha faltado algo de Colomba, demasiado a la sombra de Dante y de todo el peso y atención que acarrea durante la novela. En ese sentido probablemente sea el duo más descompensado de todos aquellos que han sido tratados en este post.

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