miércoles, 19 de julio de 2017

Las chicas del rosario - Jessica Balzano y Kevin Byrne, vol. 1


Comentar "Las chicas del rosario" resulta complicado cuando hace tan poco que pasó por aquí "El caso Birdman", novela con una construcción similar, con señuelos y fintas que quieren jugar con nosotros pero que ofrece poco más. No muy distinta en algunos aspectos a, por ejemplo, "El cirujano" de Tess Gerritsen.

Los tres son ejemplos de novelas de batalla. Se leen bien, bastante ágiles y hacen que pases un rato entretenido sin complicarte mucho la vida. 

Entre ellas pequeñas diferencias, la más significativa, lo desagradable que puede ser en un momento la narración por la tropelía de turno que tiene que cometer el asesino en las distintas víctimas. Valorando sólo eso la menos agradable de leer con diferencia es la novela de Mo Hayden, que es muy explícita y muy dura en alguno de sus pasajes. 

La historia de la novela de Montanari se mueve en el umbral de muchas de las novelas de finales de los 90, donde se remarca el carácter deleznable del comportamiento del "malo" de turno pero sin entrar en la explicitez de las historias que se cuentan en los últimos años, que, como las noticias, tienden a ser cada vez más sensacionalistas, buscando provocar impacto y repulsión en el espectador.

En ese contexto, "las chicas del rosario" ofrece una mayor sensibilidad dentro de que los hechos que narra no son agradables.

La aparición de un periodista sensacionalista en la novela trae al recuerdo, "El poeta", la novela de Michael Connelly con la que guarda una semejanza difusa, pero carece del empaque y la trascendencia de las historias de Connelly, que siempre escribe con una mirada más amplia, explicando el momento social en que discurre la historia, al menos en lo que se refiere a la situación de las fuerzas del orden .

La mirada de Montanari es mucho más limitada, habla de un par de policías (que podrías ser investigadores, periodistas o meros curiosos lanzados a desvelar un misterio) y añade alguno más en el grupo de investigación pero con roles eminentemente secundarios.

Es evidente que esta novela no está en el mismo rango que las grandes del género pero su creador la dota de un par de elementos que la individualizan lo suficiente como para situarle un paso por delante del resto de medianías, con una trama secundaria lo suficientemente llamativa como para captar nuestra atención y una buena pareja de protagonistas.

La historia paralela, un conato de venganza/represalia, sirve para rellenar los momentos de la investigación principal que no aportan nada, esos silencios que en otras novelas se hacen eternos y tienden a sacarnos un poco de la trama. Aquí eso no pasa, entretenido en ver qué será lo que sucederá al final y qué tipo de final le dará el autor a la historia.

Por otro lado, Balzano y Byrne son personajes solidos y, en algún momento, potentes (especialmente Byrne). Escrita hace tiempo prescinde de los escarceos amorosos o la la tensión sexual no resuelta que se apoderó del género a mediados de la década pasada (da igual el formato que se usase: televisión, libro o cine) y, como lector, se agradece el cambio.

La colaboración/relación entre ellos es de respeto, entre una novata en la Brigada de Homicidios y un veterano que pasó la línea de la legalidad hace algún tiempo de la mano de su compañero, en un intento de llevar descanso, paz y justicia a las víctimas que iban conociendo en sus investigaciones.

Lo demás son pequeñas intenciones e ideas que en esta historia se enuncian pero no tienen apenas desarrollo (como el singular don de Byrne) y habrá que ver si tienen desarrollo en las que continúan la trama o se quedan en un mero elemento circunstancial. Matizar, por si alguien ha leído en algún sitio sobre el citado "don", que la serie no tiene pinta en ser una alternativa viable a los amantes de Charlie Parker, el personaje de John Connolly.

Por gusto personal y estética mi sensación es que Montanari es el autor que he leído hasta el momento más próximo a ofrecer algo solido dentro del género del thriller con asesino en serie, después, eso sí,  de James Patterson, con quien comparte la proximidad al blockbuster palomitero en versión papel.

Valoración: me ha gustado, apoyada en dos personajes que dan cierto brillo a la trama, aunque no sea como para volverse locos.

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