martes, 25 de julio de 2017

Las ovejas de Glennkill


Tras un par de novelas que me dejaron sensación de leído-releído-y-visto-mil-veces hace un par de semanas opté por arriesgarme con un experimento, probar una novela de investigación llevada a cabo por ovejas.

El objetivo, dar con algo distinto que me permitiese salir un poco de la monotonía habitual o de las fórmulas más convencionales y, si era posible, reírme un rato, porque asumí (puede que erróneamente) que en las páginas de este libro encontraría más de un comentario gracioso que amenizase una tarde.

¿Lo conseguí? Sólo en parte. 

He podido leer algo distinto y curioso, lejos de lo que suele pasar por mis manos pero apenas he sonreído, quizás porque su autor nunca pretendió que ese fuese el objetivo de su novela.

Leonie Swann se aproxima en esta lectura a lo que hizo (o también intentó) Mark Haddon hace unos cuantos años con "El curioso incidente del  perro a medianoche", escribir una historia distinta que nos ponga en el "pellejo" de alguien que no percibe el mundo como nosotros.

Haddon utilizó un niño autista, Swann ovejas. Ninguno llevó a sus personajes a las zonas comunes y se agradece. 

En el caso de Maple, Mopple The Whale y compañía son ovejas, se comportan como tal y, lo más importante, aunque entienden nuestra lengua y lo que comunicamos, no son capaces de comprendernos y entender más allá de la literalidad de las cosas, porque su mundo no es el nuestro.

La novela, que tiene algún punto curioso (como la visión de las ovejas del alma), se dedica a contrastar dos situaciones y realidades distintas, la que nosotros como lectores comprendemos/deducimos por los fragmentos de conversación e incidentes que tienen los animales en sus encuentros con distintos humanos y la que ellas, con una visión del mundo totalmente distinta, perciben.

El contraste es curioso y peculiar, debería (como consiguío Haddon con su novela) mostrarnos las limitaciones y condicionantes que conforman nuestra cotidianidad y mostrarnos "desde fuera" con la mirada de quién nos mira sin juzgar y con otros valores presentes.

En todo eso la novela está muy bien, es lo suficientemente curiosa y aporta algo como lector, que cuando comienza la lectura sólo tiene una visión, "la de las ovejas", que son quienes conocen a los distintos "humanos" que aparecen en la historia y termina la trama con un conocimiento distinto al de ellas porque los acontecimientos narrados muestran cosas que los pequeños animales no son capaces de entener y valorar en su justa medida.

Pero para mí hay peros y condicionan mucho la reflexión final sobre la novela.

Empezando porque no me he reído como esperaba (pero eso es en parte culpa mía) y terminando por el tono general de la novela, que es bastante lúgubre y apagado. Así que no ha sido lo que buscaba precisamente cuando pensaba en "arriesgar", si bien he de reconocer que en todo momento han tenido que lidiar con la imagen/recuerdo de la oveja Shawn, con cuya película disfruté y cuya sombra se ha cernido siempre sobre la pobre Miss Maple y sus compañeras.

Y es que, en contraste con las protagonistas de Nick Park,  a las ovejas de esta historia, a todas ellas (quizás con la excepción de Mopple The Whale), les falta algo de chispa.

No ayuda la narración, que es demasiado pausada, y una trama que tiene más de narración contemporánea, sin más, que ese de "misterio" que usan muchas páginas para describirla. 

Es una novela de corte social que centra el foco de la historia en una comunidad, sus secretos y dinámicas internas y un difunto lleno de claroscuros, siempre visto/analizado desde la óptica de unas protagonistas que no comprenden los vericuetos del ser humano.

Sin ritmo que acompase la lectura, ésta se hace larga (con un par de pasajes que se eternizan un poco) y la lectura acaba siendo algo menos apetecible de lo que sería deseable (o de lo que buscaba) en un periodo estival que parece llamar más al disfrute banal y al despendole que a la introspección crítica sobre la naturaleza humana.

Valoración: está bien. Por desgracia ni me ha dado lo que buscaba cuando la escogi ni ha llegado a dar lo que creo que podría haber alcanzado teniendo en cuenta los mimbres iniciales.

Eso sí, me parece una experiencia distinta que se puede afrontar en esos momentos en que uno busca un cambio, eso sí, siempre que lo haga sin pretensiones.


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