domingo, 8 de abril de 2012

Shadow Ops: Control Point

Una realidad alternativa. Una Tierra "paralela" en la que ciertas personas (sin que nadie sepa el motivo) desarrollan la facultad de utilizar (canalizar) una energía (llamada "magia") para manipular diversas sustancias: fuego, tierra o la propia carne, entre otras.

Una sociedad asustada que recurre a sus políticos que rápidamente elaborar una legislación restrictiva que sirva para regular y controlar estas manifestaciones, estableciendo que quienes "manifiesten" estas facultades y se entreguen voluntariamente,serán llevados a distintas reservas para ser adiestrados en el uso de sus facultades, mientras que, aquellos que se resistan se convertirán en prófugos y proscritos, con un único castigo, la muerte.

Un individuo, Oscar Britton, forma parte de un cuerpo especial preparado para dar caza a estos últimos, pero que pasa el día en que deja de ser un "latente" (término que define a todos los humanos que todavía no han manifestado factultades especiales) y se manifiesta en una de las "artes" que  la sociedad a proscrito desde el principio, un portamancer, capaz de crear "puertas" a otros lugares (del planeta o...).

Britton, un individuo cargante y dubitativo, cuyas reflexiones internas son uno de los pocos peros de la novela (por su excesivo número no por su ausencia de necesidad), descubre todo lo que se oculta detrás de la "política oficial" del gobierno americano (y de otros gobiernos): la creación de una fuerza militar extraoficial para la conquista de otra realidad.

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En este punto Myke Cole podría haber convertido su obra en la narración de las gestas de un grupo de individuos singulares unidos por un interés común. Algo parecido a lo que hizo Dan Abnett con los "fantasmas de Gaunt". Un conjunto de novelas (¿13?) donde narraba las misiones (a veces venturosas, a veces trágicas) de un grupo de militares dentro del universo del Warhammer 40.000. Los aventuras se sucedían, los protagonistas evolucionaban, cambiaban (a veces a mejor, a veces a peor) y, con frecuencia, morían, siendo reemplazados por nuevos reclutas o personajes hasta entonces secundarios. Todo para contar una parte de una guerra que tenía/tuvo/tendrá una gran trascendencia para el devenir de los acontecimientos del singular universo del Warhammer 40.000.

"Shadow Ops: control point", a pesar de todos los entrenamientos, misiones y combates que conforman la novela, se aproxima mucho más a la confrontación comiquera entre el "sueño de Xavier" y la visión "¿darwiniana?" de Magneto expuesta en las páginas de la Patrulla-X (o de los "Hombres-X"... o del Universo X), convirtiendo la narración en la confrontación (interna) del protagonista (porque aquí es único, por mucho que se englobe dentro de una unidad) entre la necesidad de pertenecer a algo mucho mayor o el derecho a tomar decisiones sin imposiciones externar. ¿son aquellos que han manifestado estas facultades "algo" nuevo o una mera desviación del "homo sapiens"?¿son el siguiente paso evolutivo?¿cómo reaccionará la sociedad ante ellos?¿Por qué el miedo nos lleva siempre a intentar acabar siempre con aquello que nos atemoriza?

El derecho a la libertad frente a la necesidad de control y supervisión de una sociedad condicionada por su miedo hacia lo desconocido. La facultad de cada uno de elegir su destino confrontada con el "hambre de conquista" de los distintos gobiernos. La instrumentalización de los individuos justificada por un "bien general" frente al derecho de cada persona a elegir su destino (y sus "propias batallas"). 

Quienes disfrutaron (hace tanto que desconecté que no sé si se puede seguir hablando en presente en este punto) de las confrontaciones ideológicas entre el Profesor X y su amigo/némesis Magneto, quienes vivieron la insurrección de Genosha y los distintos intentos de exterminio por parte de la clase dirigente americana de los mutantes, encontrarán en las páginas de este libro un buen sustituto, un nuevo sustento para su "hambre"

También disfrutarán quienes busquen entretenimiento y acción. Los que disfrutan con las películas bélicas (quizás la referencia que aparece en la portada a "Black Hawk Derribado"sea ligéramente equívoca por mucho que haya ciertas (bastantes similitudes con parte del planteamiento)), con los entrenamientos despiadados llevados a cabo por un instructor tirano al frente o con las luchas y batallas plagadas de pirotécnia se lo pasarán en grande con una novela documentada y cuidada en todo lo que se refiere a la vida castrense.

Las reflexiones y las luchas internas del protagonista en su intento por encontrar su "lugar" dentro de la nueva realidad a la que debe hacer frente se ven ampliamente compensadas por la infinidad de posibilidades que deja abierta la novela para otras obras posteriores, con todo un nuevo mundo lleno de posibilidades apenas explotadas en esta primera entrega. Personajes interesantes y complejos (como la Psychomancer Teresa), entrañables (como el goblin Marty) o inquietantes y peligrosos (la Nigromancer  Scylla, que hace honor a su nombre de origen mitológico) merecen un mayor desarrollo. Como también sería recomendable un mayor desarrollo de los distintos poderes y facultades. Porque es precisamente la ausencia de límites definidos uno de los puntos flacos (y posible reproches)  que se pueden hacer al dejar muchísimas posibilidades abiertas y sin explotar. Que el mundo (y sus protagonistas) se estén amoldando a una realidad completamente nueva para ellos sirve como justificación para esta primera entrega pero para futuros encuentros es presumible que los  lectores más avezados en estas lides esperen más, mucho más.

No me gustaría terminar sin reseñar el particular sentido del humor que hay que tener para colocar como núcleo de la resistencia social ante la política gubernamental a los "nativos americanos", aprovechando, además, su vertiente más mística. Todo un punto, sí señor.

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