Hace
unos años (que nadie pregunte cuantos porque la noción del paso del tiempo es una de las
cosas que, por desgracia, he ido perdiendo sin darme cuenta) hubo un anuncio de una
conocida marca de refrescos en la que se exaltaba su capacidad para satisfacer
a todo tipo de personas con una simple frase: “Para los…”.
No tengo ningún interés en homenajear a la bebida (por mucho que me guste) pero sí pretendo crear un post
distinto, quizás más ligero y espero que mucho más alegre. He aquí mi particular anuncio sobre “La estatua de bronce” de Lindsey Davis:
Para los amantes de la Historia o, en
su defecto, de la novela histórica con tintes realistas: que encontrarán aquí una buena narración sobre el
comienzo del gobierno de Vespasiano como emperador romano tras el asesinato de
Tiberio.
Para quienes disfrutan de las
intrigas palaciegas, para los que siempre se preguntan cómo se hace “política” y para quienes piensan
que una de las mayores tragedias televisivas de las últimas dos décadas es que alguien pusiese punto final a “El ala oeste de
la Casa Blanca”.
Para quienes disfrutan leyendo un
libro junto a un plano de una región para seguir los pasos de su protagonista y de paso aprender algo de la orografía y costumbres de distintas regiones del mundo.
Para las seguidoras de las novelas de
Jane Austin, que disfrutan con los amores y las luchas entre distintos
estamentos sociales, con las mujeres inconformistas con su rol social y con los protagonistas varones abiertos al cambio, eso sí (por suerte) sin polisones, trajes con volantes y demás atavíos superfluos.
Para quienes estén dispuestos a
aceptar la realidad de la Roma clásica, cuna de la civilización pero lejos de
ser el modelo ejemplarizante que siempre se ha supuesto. Idealistas que no quieran ver caer sus mitos, abstenerse.
Para los que disfrutan de los “negritos”
de pastelería, esa especie de merengue cubierto
de una capa solidificada de chocolate amargo que por dentro sorprende
por su blandura y ligero toque dulzón, nunca empalagoso.
Para los apasionados de los
personajes cinematográficos interpretados por Humphrey Bogart (desde el Sam Spade de “El Halcón Maltés” al
Rick Blane de “Casablanca” sin olvidarse de "su" Linus Larrabee en “Sabrina”) o el Porter de Mel Gibson en “Payback”.
Para quienes han leído alguna de las
novelas centradas en el mundo romano escritas por Simon Scarrow y quieren saber algo más de lo que fue del, por
entonces, Senador Vespasiano o han
disfrutado con la serie de novelas protagonizadas por Sor Fidelma, el emblemático
personaje creado por Peter Tremayne, y quieren algo parecido...o mejor.
Para los que entienden que por muy
seria que pueda ser una obra siempre debería ser posible intercalar algún comentario o
momento gracioso que ayude a disipar la tensión sin sacar al lector de la
trama. ¡Ojo, con el buey Nerón y su gran pasión: los burros!
Para los que disfrutan con los romances agresivos, los mismos que Spencer Tracy y Katharine Hepburn pusieron de moda en el cine o los que alguna han querido encontrar a "su" Marion (Karen Allen) creyéndose Indiana Jones en “En busca del arca perdida”.
Para los que entienden que las series
deben ser vistas en el orden en el que autor las ha escrito y que eso de
“novelas de lectura independiente” es una mamarrachada que alguien inventó para
justificar que sus personajes nunca cambiaban.
Para los escépticos que crean que no
es posible aunar todo lo anterior en una sola novela.
Para los que confían en mis recomendaciones (aunque en ocasiones no den el resultado satisfactorio que se pretendía al hacerlas)
Y… para mí, aprovechando que la vida da segundas, terceras y en ocasiones hasta cuartas oportunidades (¡¡uno que se hace el duro!!), porque he dado largas a
esta serie durante 15 años en incontables veces y siempre ha vuelto para ofrecerme una nueva oportunidad para redimirme.
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