viernes, 2 de septiembre de 2011

¿quién teme al lobo?

A quien se acerque por primera vez a una novela escrita por Karin Fossum le conviene tener en cuenta una serie de cosas:

Fossum es la menos nórdica de todos los autores que he leído hasta ahora. Al menos de todos los autores de novela negra. Su estilo es más directo y mucho menos descriptivo que el de los demás, buscando un acercamiento mucho más subjetivo. Sus novelas hablan sobretodo de personas, no de entornos o de situaciones sociales.

Su obra, al centrarse tanto en las personas, goza de una atemporalidad y universalidad que hoy en día no hay muchas novelas del género que las tengas. Sus tramas no se ven condicionadas por la ubicación de la acción, ni por la climatología ni por las circunstancias socio-políticas de un momento, ajenas a un marco físico y temporal concreto.

Con la salvedad de "No mires atrás" (siempre hay una excepción que confirma la regla), sus libros no siguen las pautas de la novela negra, ni la clásica ni la actual. Encuadradas dentro del género negro,por su temática, no suelen tener un desarrollo al uso, quedando la investigación relegada a un segundo plano, más como refuerzo de la idea central desarrollada en la novela, que como hilo conductor.

La serie está protagonizada por Konrad Sejer, pero, en el mejor de los casos, éste no es más que uno de los personajes que intervienen en una trama, normalmente centrada en terceras personas cuya vida ha sufrido un giro inesperado a raíz de un "golpe" de suerte.

La suerte o su ausencia, forman parte inextricable de la trama. Los acontecimientos no tienen su origen en una preparación previa minuciosa, son el resultado de una reacción ante un hecho totalmente imprevisible que marca un momento puntual de la vida de algunos personajes. Y hablo de "suerte" y no de "destino" pues siempre queda claro que lo que sucede es fruto de "una decisión voluntaria" y no "algo inevitable".

Siempre aparece un sentimiento como el elemento que acompaña a los personajes durante toda la historia., un eje central, un elemento común. Por ejemplo, en "El ojo de Eva" ese sentimiento es "la venganza".

Finalmente, los títulos de las novelas tienen mucho que ver con el devenir de la historia y siempre guardan un pequeño secreto, una pequeña trampa, un pequeño mensaje. En el caso de la citada "El ojo de Eva", estamos ante un juego de palabras con el característicio "ojo por ojo" y, por otro lado, como "el ojo" de Eva Magnus, o lo que ella cree ver, es el desencadenante de la historia.

¿Quién teme al lobo? es posiblemente la obra de Karin Fossum que más me ha gustado hasta la fecha. La más atemporal y desde luego, la más universal pues, al estar centrada en un valle prácticamente podría haber sucedido en cualquier lugar de la geografía mundial. Lejos quedan Mälmo, Estocolmo, Oslo y las demás ciudades que estamos acostumbrados a conocer a través de los demás autores de la región. 

La historia, que sucede hoy, pero que podría haber sucedido hace 20 años o hace 10, habla de dos elementos fundamentales: la suerte y la culpa.
La suerte, elemento recurrente en la obra de la autora noruega, aparece como el elemento determinante de la trama. Se manifiesta en la forma de un hecho sorprendente que rompe con las previsiones del protagonista de la acción y desencadena unos acontecimientos que, inicialmente, no estaban previstos. Lo que nunca queda claro es si su presencia  o su ausencia es algo bueno o malo.  Que te cojan cuando estás llevando a cabo un hurto es "mala suerte", como lo es cruzarse con un policía justo cuando uno va a cometer un atraco a un banco pero ser testigo de un asesinato o coger como rehén a un sospechoso de asesinato, es algo bueno o malo. Y lo más importante, ¿para quién?

Por otro lado la culpa. Sentimiento que define a cada uno de los cuatro protagonistas de la historia. A uno por su ausencia y a los demás por distintas formas de manifestarse, unsentimiento que condiciona su vida, impidiéndoles vivir sin complejos. Desde Errki, un esquizofrénico, cuya patología se origina en la muerte de su madre y el sentimiento de culpa que experimenta desde entonces por esa y otras muertes, al inspector Sejer, que se aleja de cualquier posible relación sentimental por considerarlas una falta de respeto  (una traición) hacia su difunta esposa.

¿Quién teme al lobo? habla de lo malas que pueden llegar a ser las habladurías y de como la gente se deja llevar por el miedo a lo que no pueden comprender. Habla de la soledad y el miedo que puede llegar a experimentar las personas cuando deben convivir con sus miedos sin recibir la ayuda de un especialista. Habla de como a veces es peor para uno no ser cogido cuando comete un acto delictivo porque siempre hay alguien dispuesto a hacernos pagar por lo que sabe... pero también habla de la necesidad de compañía y de comprensión del ser humano. De lo dura que puede llegar a ser en ocasiones la soledad y de lo liberador que puede llegar a ser para una persona encontrar en otra comprensión y respeto.

Posiblemente esta sea la novela de Karin Fossum en que más cueste entrar, algo habitual en la obra de la escritora noruega, que siempre sitúa la novela en los momentos que van a desencadenar la acción, obligando al lector a hacer un esfuerzo inicial que luego, eso sí, se ve ampliamente recompensado. En esta novela el comienzo es aún más duro porque nada más empezar se centra en el personaje de Errki, un esquizofrénico que convive dentro de su propia cabeza con otros dos personajes, por lo que el lector, al que la situación le pilla de sorpresa, se siente ligeramente desubicado. Una vez pasado ese primer momento la historia se desarrolla de manera agil y sencilla, aunque conviene advertir de que, como en casi todas sus obras, al final  de su lectura queda un ligero regusto ligeramente amargo, un poso de tristeza que permanece algún tiempo después de su lectura. Si bien en esta ocasión se ve "endulzado" con el brillo de esperanza que deja la aparición de Sara, la doctora que trataba a Errki, en la vida de Konrad Sejer, a quien, por primera vez, se muestra cercano, frágil y vulnerable, hasta cierto punto entrañable.

Lástima que la cuarta novela de la serie no se haya publicado. Parece que los amantes de la serie hemos tenido la "mala" suerte de nacer en un país donde las obras se traducen sin orden ni concierto (estoy seguro de que habrá alguna razón de peso) y los amantes de Sejer deberemos decidir si esperamos a que las editoriales la publiquen en poco tiempo o nos lanzamos a ciegas a leer, así, de sopetón,  la octaba novela de la serie "Una mujer en el camino



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