martes, 9 de agosto de 2016

Jazz para el asesino del hacha



A veces uno no elige los libros, son ellos los que te eligen a ti. 

"Jazz para el asesino del hacha" llegó a mí sin querer, cuando estaba buscando algo más que añadir a mis listas de libros pendientes. 

Lo hizo sin ruido, en una búsqueda errática aprovechando la multitud de propuestas que aparecen en internet cada vez que se acerca un periodo festivo, en este caso el verano.

Un verano marcado por el retorno de Jöel Dicker, por el fenómeno "La viuda" (que como "La chica del tren" el verano pasado, lo está devorando todo pero aún no me ha llegado su momento) y el nuevo libro de Lorenzo Silva, pero en donde no he vuelto a ver información sobre esta novela en ningún otro momento si no ha sido buscando directamente por el título de la novela y aún con esas no es sencillo.

Es una pena porque es una buena novela. Le falta quizás algo de pegada para ser algo más que eso y  quizás, sólo quizás, unos personajes que permitan al lector un acercamiento más empático, demasiado fríos, demasiado distantes y poco accesibles para mi gusto, pero por lo demás es una buena novela, y muy interesante.

Me gusta...

... que teniendo un fundamento histórico (unos homicidios acaecidos en 1919 en Nueva Orleans) no lo use como reclamo publicitario, ni alegue que va a explicar lo que sucedió entonces (cuando ha transcurrido un siglo) ni que haga del morbo su reclamo. 

    Es una novela sobria que, teniendo en cuenta lo que pasó entonces, construye una historia que puede ser (o no) la real pero que está muy bien urdida, muestra el entorno y las circunstancias que rodearon los sucesos y da una posible explicación (o más de una) a lo que aconteció.
 
... que la gran protagonista, por encima de cualquier personaje de la misma, es Nueva Orleans, con el encanto, la magia, el misterio, la variedad étnica, la diversidad de culturas y la música que uno siempre atribuye a una de las ciudades del mundo con más encanto.

... la ambientación. Ese tono gris que se mete en la lectura desde el comienzo y que hace que desde entonces y hasta el final todo esté impregnado de ese áura pesarosa y triste. Luego llega la lluvia y lo deja todo a punto.

   Quizás por eso no he sido capaz de imaginar la narración en color, y la he vivido desde el primer momento (en un fenómeno que no recuerdo que me haya sucedido antes) en un tono blanco y negro de película clásica.

... que hay tres personajes, con tres historias distintas y tres formas de investigar y de llegar a resultados (¿totalmente?) distintos y que sin embargo se sostienen las unas frente (junto a) las otras, creando un todo bastante interesante, un entramado complejo pero creíble, que sirve para hablar y explicar las entrañas de lo que sucedía en la ciudad en aquél momento. 

... que habla sin tapujos de muchos temas (la situación social en la ciudad, los problemas raciales, la presencia de la mafia, la corrupción en el estamento policial, los ghettos y el reparto de barrios, la pobreza, los problemas que ya entonces había con la ciudad cuando se daban según que condiciones climatológicas...) pero sin entrar en el morbo, sin convertir todo en una novela sensacionalista y con la ligereza que busca el lector que intenta aprender y saciar su curiosidad sobre un sitio o un momento, sin entrar en una retahila de circunstancias y complejidades que conviertan lo que en principio debe ser un entretenimiento en una disertación fría y adusta sobre el tema.


Le falla...

... que falta algo de sentimiento en general. 

    La descripción de la ciudad y del ambiente está muy bien construida. Todos los temas los toca lo justo y con interés. La propia historia es cautivadora de por sí pero la terminas con la sensación de haber leído una buena novela social pero no una obra con personajes. 

    Lo he puesto arriba, los tres protagonistas: Michael Talbott (policía), Ida Davis (secretaria de una agencia de detectives) y el expresidiario Luca de D´Andrea (quizás éste más cercano), no llegan a generar una respuesta emocional, sólo distancia. 

    Sin sentimiento no hay preocupación por lo que pueda pasar a los personajes, sólo lectura aséptica y así se pierde la tensión y, por definición, el clímax. Y no es que no lo haya, simplemente es que no lo experimentas como deberías, quedándose en su mínima expresión. 

Valoración: me gusta

Es una buena lectura, entretenida y sobre todo instructiva. 

Mejor libro que muchos otros que han pasado por aquí sin dejar huella pero alejado quizás de las que indudablemente están destinadas a permanecer en el recuerdo.

De todas formas en cuanto se publique la suguiente novela de Ray Celestin, creo que en español será algo así como "El blues del hombre muerto", la leeré, que en ésta ha sido Nueva Orleans pero en la próxima es Chicago en los años 20 y hay cosas que uno no se puede perder.

Otros:
No dejo de tatarear "La bicicleta" de Shakira y Carlos Vives y aún no me explico cómo me atreví a ver "Independence Day: contraataque", así que sugerencias, recomendaciones y gustos varios mejor dejarlos para otro día.


No hay comentarios: