domingo, 26 de febrero de 2012

Snake agent

A veces algo irrumpe en tu vida (entrar queda demasiado suave) y lo pone todo patas arriba. Te desubica, te aleja de "tus lugares comunes", de tus rutinas, de "lo habitual" y lo normal. No sabes de dónde ha salido ni sabes a dónde te va a llevar pero ahí está. Pasa con las personas y pasa también con los libros. Tanto con unos como con otros sólo cabe hacer dos cosas: por un lado agradecer su irrupción pues, por mucho que generen el caos allí por donde pasan,  suelen resultar experiencias realmente especiales para quienes las padecer (o sufren... o disfrutan, en ese caso en silencio, claro, jeje). Por otro lo mejor que se puede hacer es no intentar encasillarlo ni etiquetarlo, limitarse a vivirlo y ver hacia donde te conduce... por desgracia, tratándose de libros esta segunda opción no sirve y no me queda más remedio que intentar exponer los por qués, por mucho que pueda resultar una tarea ardua y  complicada encontrar la forma más acertada ( o exacta) de hacerlo. 

"Snake agent", como sucedió en su día con "La mujer del viajero en el tiempo" y hace algo más de tiempo con "Elantris" (de Brandon Sanderson) entran de lleno en esa categoría de "algo-que-me-ha-gustado-enormemente-pero-resulta-muy-complicado-comentar", pero a la hora de explicar los motivos la cosa se complica. En primer lugar porque son tan distintas a todo lo que hayas leído antes que recurrir a la  comparación tiene que ser completamente descargado. En segundo lugar porque si te limitas a comentar el argumento lo único que consigues al final es reventarle la novela a alguien que tiene el mismo derecho que tú a disfrutarla.

En muchos foros se incluye esta obra dentro de  la "Urban Fantasy" (yo la he incluído dentro de esa misma categoría) pero creo que habría que matizar que por mucho que comparta género con autores como Jim Butcher, Ilona Andrews, Laurell K. Hamilton o Harry Connolly, poco tiene que ver con cualquiera de ellos. Aquí las "criaturas de las noche" (da igual si son vampiros, hombres-lobo, ghouls, duendes, hadas, etc...) brillan por su ausencia. El mundo creado por Liz Williams que, por algún retazo que me queda de la infancia, parece guardar relación con la mitología antigua china, mezcla también algo de "ciencia-ficción" en su trama, creando algo nuevo y, hasta la fecha, nunca visto ( o al menos nunca leído por mí).

El de "Snake agent" es un mundo en construcción que, al carecer de una introducción que ambiente la novela e irse añadiendo datos conforme se va avanzando en la trama, obliga al lector a "desandar" algún paso que había dado precipitadamente y a desentenderse de alguna presunción de elaboración propia con la que había adornado la novela, pero también un ejercicio de imaginación que nos lleva a territorios inhóspitos e insólitos, lo que hoy,  donde la repetición se ha convertido en una herramienta de uso reiterativo, es de agradecer.

El universo creado por Williams recuerda, aunque sea lejanamente, a los pasajes del submundo que se veían en la película "Golpe en la pequeña China" y a los mundos donde un "difunto" Goku entrenaba para convertirse en el gran guerrero que llegaría a ser después en "Bloa de Dragón", pero no guarda relación directa con ninguno de ellos. En este particular mundo el Cielo y el Infierno mantienen un extraño "pulso" que no se asemeja en nada a las lucha por la posesión de las almas que suelen impregnar las páginas otras novelas donde "el Bien" y "el Mal" hacen su aparición, quizá porque en este otro mundo no todo el que está en el Infierno obra mal ni todos los dioses obras bien, en un equilibrio necesario e inestable que no ofrece respiro al lector.

Posiblemente la dificultad para encasillar lo que está sucediendo en la novela sea una de las claves del éxito de la serie protagonizada por el  Detective Inspector Chen. Es en ese desconocimiento, en un lector que se encuentra siempre algo desubicado, donde se encuentra la clave del éxito de la novela, aunque también el mayor peligro pues en el camino serán muchos los que se apeen de la lectura. Posiblemente "Snake agent" sea una de esas novelas para incondicionales, esas que acaban siendo consumidas sólo por devotos que disfruten con su lectura y la encumbran a "obra de culto", saboreando las intrigas y las incertidumbres que van a apareciendo conforme evolucina la novela y obviando cierta ausencia de acción.

En un mundo politeísta donde dioses y demonios se interrelacionan con los humanos e incluso bendicen a algunos de ellos con "sus dones", ¿hay lugar para el libre albedrío? Y que decir de un infierno totalmente burocratizado en Ministerios...aunque posiblemente la mejor parte se la lleven los dos personajes protagonistas, distintos en su origen y antagónicos en sus intereses, el Senescal demoniaco Zhu Irzh y el Inspector Chen, encumbrados como antihéroes cautivadores y atrayentes en su intento por desentrañar (cada uno a su manera) la posible relación existente entre la misteriosa muerte de una joven y una red de trata de almas  que parece tener sus raíces en el inframundo.

Y de fondo el amor... El de un hombre que está dispuesto a dejar de lado su fe y desobedecer a la diosa que le concede sus dones en su intento por recuperar a su esposa demoniaca desaparecida. La escenificación más clara de la lucha interna del protagonista entre "lo que cree que debe hacer" y "lo que su diosa solicita de él".

Supongo que conforme avance la serie todo el complejo mundo creado por Liz Williams se irá perfilando más y más hasta quedar completamente definido pero lo que hasta la fecha he podido atisbar ha captado por completo mi atención. Tanto es así que no creo que tardase ni cinco minutos en cotillear en internet para ver si podía hacerme con el segundo volumen. De todas formas, como ya he avisado antes,  ésta es una  lectura complicada y compleja (que fuese en inglés no ayudó, la verdad) que sólo al final ofrece su recompensa al lector que haya perseverado.

No sé si realmente lo he sido pero tengo la sensación de que he sido más breve de lo habitual... algunos lo agradecerán, otros no... la verdad,  es que esta es la novela más arriesgada que ha pasado por mis manos hasta la fecha (junto a "Kafka desde la orilla", que, por cierto, sigo teniendo a medias en la mesilla esperando a que la situación mejore y pueda dedicarle tiempo el tiempo y atención que necesita).

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