jueves, 17 de noviembre de 2016

Star nomad - Fallen empire, vol. 1


Cuando uno busca la definición de space opera en la wikipedia se encuentra con esto: "subgénero de la ciencia ficción donde se relatan histotiras acerca de aventuras tratadas de forma futurista, tecnológica y, en ocasiones, romántica, y que en la mayor parte de los casos tienen lugar en el espacio". 

Es una definición curiosa, que no se termina de ajustar a lo que yo asociaba con ese término pero me viene muy bien para establecer el paralelismo que tenía en mente desde ayer cuando acabé la novela y es que, desde que comencé con su lectura, no he podido quitarme de la cabeza la imagen del Ketty Jay, de Chris Wooding, con el que guarda muchas similitudes con la única gran diferencia (luego veremos más o matices dentro de lo general) de que una discurre en el espacio exterior como telón de fondo y la otra siempre lo hace dentro de un entorno planetario definido, sin que haya viajes interestelares de ningún tipo.

La base en ambos casos es común, capitán/piloto/comandante más o menos desdichado, con limitación de tripulación, que incorpora algún miembro nuevo al comienzo de la aventura viendose sumergido, sin comerlo ni beberlo (o haciéndolo sin medir las consecuencias) en una situación insospechada y altamente peligrosa.

El secretismo/misterio que envuelve a alguna de las nuevas incorporaciones, el pasado de algún miembro de la tripulación, algún hecho adicional que surge por sorpresa y pequeñas dosis de humor (en una serie más que nada situacionales y en la otra por incontinencia verbal de su protagonista) son los distintos aliños con el que cada uno de estos autores (Buroker y Wooding) rellenan los huecos de la aventura/intriga principal.

El entorno al final importa poco salvo para demostrar la imaginería de su creador y adornar, en algún momento, las posibles persecuciones en las que se ven inmersos. Aquí la balanza está inclinada hacia la serie del Ketty Jay, influido seguramente por mi gusto por la estética retrofuturista sobre cualquier posible imagen futurista space-opera que muchas veces acusa una estética fría, cruda y manida de estaciones espaciales donde los paneles metálicos, el ambiente claustrofóbico y los barracones se comen cualquier posible intento creativo.

En ese sentido el de Wooding es un universo/planeta/mundo mucho más complejo, variado e interesante, capaz de atraer y sorprender en la dosis justa al lector. 

Hablo, eso sí, condicionado por el hecho que que he leído más de una entrega de su serie y, por tanto, la construcción es más sencilla al disponer de un espacio mayor para crear.

Si pasa con los escenarios y el atrezzo también sucede con los personajes, siendo la creación de Buroker más lineal, tirando a plana y predecible, con un cyborg y un monje en su exigua plantilla y un entorno geopolítico inestable pero tampoco distinto a cosas que ya se han visto antes (no sólo en el mundo literario, también en el televisivo o cinematográfico).

Los habitantes del Ketty Jay son más carismáticos y están mejor construidos, capaces de sorprender y de repartir la carga de la novela entre diversas espaldas. En su caso lo marca la propia narración, que en "Retribution falls" o "The black lung captain" suele cambiar de perspectiva/protagonista con bastante facilidad, creando una imagen mucho más coral, plural, compleja e interesante al diversificar,  definiendo mejor distintas personalidad, caractéres, problemáticas, situaciones, luchas y disputas de formas muy distintas y enriqueciendo la narración con distintos pasados y relaciones personales que favorecen la creación de ambientes y tensiones distintos. Y como lector se agradece, porque rápidamente la lectura se convierte en entretenimiento cautivador, capaz de conseguir que te abstraigas del entorno, de tu vida y de la longitud de lo que lees.

En comparación con todo lo anterior "Star nomad" queda como algo más esquemático y típico, demasiado circunscrista a los tópicos del género y dependiendo en exceso del carisma de Alissa y del cyborg Leónidas, de la química/compatibilidad/respecto mutuo que pueda resultar de su interrelación,escenas de acción resueltas de forma rápida sin que lleguen a satisfacer las ansias de movimiento y con la adrenalina siempre en niveles bastante bajos  y con poco o nada especialmente novedoso que llevarse a la boca.

Distinta pero en el mismo entorno, hasta punto definición, de space opera, estaría la serie de los "Fantasmas de Gaunt" de Dan Abnett, que ofrece más y mejor, o al menos, más variado, dentro de la linealidad que puede suponer el saber que hay una misión y que hay que cumplirla. Ayuda que encontramos narración con distintos cambios de perspectiva/personaje,  todos ellos, además, provistos de carisma y personalidad únicas y, eso sí, un elevado volumen de acción y muertes que pueblan los distintos libros, donde la única seguridad de la que dispone el lector es que es casi imposible que al final lleguen los mismos que comenzaron la historia. 

En esa incertidumbre reside uno de los secretos de su éxito y una de las carencias de las que esta primera entrega de la serie "Fallen empire" adolece, al no conseguir transmitir al lector esa simpatía y acercamiento hacia los protagonistas que, ante la sensación de que algo puede pasar, haga que sientas inquietud por el futuro de alguno de los protagonistas o preocupación por su devenir futuro.
Con todo lo que he puesto es evidente que no me cuento entre los fans devotos de la novela pero sí me gustaría decir que siendo justos y sin entrar a que existen alternativas que me convencen mucho más, está bastante bien y ha cumplido perfectamente con su objetivo, que no era otro en estos días que distraer y ayudar a desconectar. 

El ritmo es lo suficientemente vivo como para leerla de un tirón sin problemas y la narración te atrapa lo suficiente para que no remolonees a la hora de intentar cogerlo, el inglés, además, no es especialmente complejo y el mundo que ha creado Buroker no exige un ejercicio muy exigente de imaginación si te has movido anteriormente por novelas similares.

Alissa y Leónidas gustan, tienen química y forman un buen equipo, quizás demasiado, hasta el punto de que el resto de personajes quedan bastante desdibujados y el foco del lector siempre se centra en ellos, en una narración individual marcada por las inquietudes y perspectivas de la capitán.

La trama se inicia bien, tiene un bajón hasta que se lleva a cabo la primera etapa del viaje y a partir de ese momento recobra parte del pulso, manteniéndose en niveles aceptables aúnque no llega a explotar todo su potencial.

Valoración: está bien. Sin más pero también sin menos. Por si alguien tiene dudas leeré la segunda entrega de la serie, aunque tendrá que esperar un tiempo porque antes tengo demasiadas cosas pendientes que me llaman más la atención.


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