sábado, 31 de octubre de 2015

La sombra del templario - Saga de Guillem de Montclar, Vol. 1


Hace apenas unos días tuve la suerte de perderme la intervención televisada de una política con quién tuve que trabajar los últimos años. Me cuentan que fue como siempre cuando no quería escuchar a nadie, un blabla de los suyos, un mensaje manido, lleno de tópicos y zonas comunes, con apenas mensaje, con la diferencia de que en esta ocasión, sin papeles por delante, la rabia y frustración que siempre la acompañan hicieron acto de presencia.

Puede que para el espectador casual (afortunadamente hay pocos para esas intervenciones) ese tipo de cosas pasen desapercibidas, para mí lo que importaba era el espíritu, la motivación y la forma, lo que había detrás de sus palabras, lo que mostraba con su tono y gesticulación, la agresividad de su interlocución.

No voy a entrar en mis sensaciones ni en mis reacciones cuando me contaron lo que dijo y lo que visualicé cuando me fueron contando la forma y las palabras utilizadas, eso aquí pinta poco. Pero me quedo con el blabla.

"La sombra del templario" tiene mucho de blabla. De acumulación de temáticas ya narradas y de recolección de historias ya vistas, de acumulación de clichés, por más que la sinopsis de la novela venda una burra totalmente distinta, algo muy de moda en el mundo literario y en el cinematográfico (¿cuantos trailers hay que crean unas espectativas totalmente a lo que luego te encuentras cuando ves la película?)

¡¡Si al menos la novela tuviese espíritu!! ¡¡si dejase algo que llevarse a al boca!!

Pensaba comparar el estilo narrativo y el tipo de obra con las de Peter Tremaine, por la ligereza de la prosa, por la escasez descriptiva y la velocidad con la que se pasan las páginas, por dejarse llevar por el mismo ritmo y ser capaz de aunar en la narración de las novelas distintos géneros (negro, aventuras, histórico) pero con el transcurrir de los días cada vez tengo más claro que no sería justo.

La saga de Sor Fidelma, escrita por Tremaine, es entretenida. Está bien ambientada y, sobre todo, tiene personajes bien construidos. Puede que no hayan evolucionado conforme transcurrían las novelas al ritmo que me hubiera gustado (o me hubiese parecido más coherente) como lector, pero los personajes son tridimensionales, dejan algo de huella porque les llegas a conocer y, en parte, intimas con ellos. Incluso hay algo de tensión sexual (hasta donde he leído no resuelta), que quizás debería haber estallado en algún momento, pero que está ahí, como algo palpable y, aunque carece de eso que normalmente podríamos llamar tensión, si tiene algún momento en el que lees con ansia porque quieres saber como se desarrollan los acontecimientos. Es más, como novelas sueltas, las de Tremaine funcionan perfectamente, es cuando se siguen como serie cuando uno va dándose cuenta de ciertas carencias que siempre están ahí para ser una buena obra.

El libro de Masot es mucho más plano que cualquiera de las obras de Fidelma. Ninguno de los personajes adquiere dimensión propia. Salvo sentimientos de venganza y algo de miedo, ninguno manifiesta alguna otra emoción. No hay apenas interrelación, no hay bagage ni historias previas, no hay oportunidad de conocerlos bien ni de empatizar.  Son papel sin personalidad.

La trama se queda muy corta. Lo que se lee en la sinopsis es casi lo único que uno se lleva a la boca. 

Sin acción, sin tensión, sin generar interés por el misterio y con la sensación de estar viendo un cuadro inacabado, donde ciertos rasgos algo más perfilados se unen entre sí por trazos muy difusos, como si el pintor no tuviese los conocimientos ni los medios para poder dar el acabado necesario.

Quizás faltan los flashbacks que en ciertos momentos la propia novela exige. Quizás, como leí esta mañana, haber partido la narración en dos momentos, la investigación de Bernard Guills por un lado, la de Guillem de Montclar por otro, o, simplemente,  el haber narrado en algún momento parte del proceso de iniciación de Guillem con Bernard para luego dar el salto a la historia que narra " la sombra del templario"... no sé, algo distinto...algo más... mucho más, para que el lector se quede con la sensación de haber tenido entre sus manos algo que merece la pena o al menos una novela completa.

A lo mejor si esta fuese la última novela de la serie hubiese funcionado. En obras anteriores habríamos ido conociendo a Guills, su red de contactos, su forma de proceder, el momento en que se hace cargo de Guillem, la aceptación de esta última misión... algo que nos permitiese llegar a esta novela con parte de la lección aprendida, con los conocimientos necesarios para llenar los agujeros que inundan la narración, quizás entonces esta novela, tal y como está, habría tenido sentido.

Sin espíritu, sin ritmo, casi sin templarios (si hubiesen sido miembros de cualquier otro grupo haría dado lo mismo) por mucho que la lectura sea ágil y rápida, el resultado es demasiado pobre. Descafeinado... y ahora mismo el cuerpo pide algo más .

Nota: 5

P.D: ¡Que no cunda el panico! sé que tras el fiasco del "Ajedrez del detective novato" y las sensaciones que dejan esta novela, no parece que haya motivos para ser optimistas. ¡¡pues no te vayas!! en unos días subiré el post de "No soy un serial killer" y las cosas van a cambiar bastante. ¡¡Por fin algo que vale la pena, porque vaya mes!!

 

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