jueves, 20 de octubre de 2011

La conexión del teléfono

Tres cartas le bastan a Andrea Camilleri para montar su novela. Tres cartas en tres meses, las enviadas por Filippo Genuardi de Vigata al Comendador para solicitar una línea telefónica a finales del siglo XIX en Vigata (ese pueblo de ficción en que Andrea Camilleri ambienta todas sus novelas). Aquí, como en todo cuanto escribe el genial autor italiano, los cómos y los por qués tienen una importancia fundamental.

Las relaciones entre los carabinieri y la policía italiana, las existentes entre los altos cargos políticos y sociales, la mafia, la iglesia y la corrupción. Todo tiene cabida en una novela de casi 300 paginas que, en realidad, no habrían sido mucho más de 150 páginas de cualquier otro libro al que se le haya aplicado un formato mas usual. Lastima que lo ajustado de su metraje y lo concienzudo de las tramas no den más cuartelillo a la hora de analizar su contenido pues, al hacerlo, posiblemente el lector perdería el gran aliciente de la novela, el desarrollo de la trama.

Una sátira muy ácida sobre la sociedad italiana en conjunto, desde el ciudadano más insignificante al mas alto jerifalte, donde todos y todo parece tener cabida y donde al final nadie se queda sin recibir. ¿Lo merecido? ¿Es acaso el final injusto? Para mí no, ahora bien, el concepto de "lo merecido" es tan subjetivo que...

Una obra que se compone de cartas y diálogos, que el autor utiliza para explayarse, sin cortapisas, sobre la realidad italiana (¿no es posible decir directamente mediterránea dada la situación actual de casi todos los países de la zona?) actual. Un sistema viciado y vicioso donde todos, absolutamente todos, tienen algo que callar.

Amante como soy de la obra de Camilleri debo confesar que prefiero "La conexión del teléfono" y las otras dos novelas independientes que he leído hasta ahora ("La ópera de Vigata" y "La muerte de Amalia Sacerdote") sobre las que conforman la serie protagonizada por Salvo Montalbano, pues aunque todas hablan y critican la realidad italiana, las que cuentan con la presencia del Comisario de Vigata tienden a edulcorar (al final) un poco el mensaje e intención que rige toda la obra del autor.  De todas formas todas ellas son críticas tan elaboradas, ingeniosas y divertidas que bien merece la pena leerlas.

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