viernes, 18 de octubre de 2013

Los primeros de Tanith (Fantasmas de Gaunt - vol. 1)



No soy muy “bélico”…bueno, miento, soy muy combativo pero la parte “física” la repelo. Habría sido objetor de haber tenido que cumplir pero para cuando llegué ya no era obligatorio hacer el servicio militar, así que me libré.
Soy combativo y tengo mala leche pero las armas, la violencia y la confrontación es algo que no me gusta y ante lo que respondo mal… y sin embargo me gusta la plasticidad de una buena confrontación, el notar la camaradería en el aire y el sentir la necesidad de “cumplir con el deber”. Quizás por eso me gusta tanto la serie de “Los fantasmas de Gaunt”.. por eso y porque nunca sabes lo que va a pasar.
Cuando has leído un poco de cualquier otra serie te das cuenta de que las situaciones son más o menos estancas. Un grupo (hombres, hombres y mujeres, hombres y otras razas, etc…) se enfrentan a una misión. Normalmente arriesgada e impuesta por las circunstancias y durante todo el camino se tienen que ir sobreponiendo a lo que se les pone delante. Luchan por un bien mayor, con la idea y la certeza de que mas pronto que tarde alcanzarán su meta y que entonces todo se acabará y podrán descansar. Si durante la obra tienen nombre y apellido sabes que, en situación normal, vivirán para contarlo en la siguiente novela salvo aquel desgraciado con el que el escritor de turno quiere dar el sobresalto y decir: ¡¡ehhhh, que aquí no hay nada fijo!!!
Con “los fantasmas” no es así. Son un grupo de desahuciados, gente sin planeta que lucha por inercia sabiendo que si consiguen sobrevivir a esta batalla poco después vendrá otra y otra. Son una cifra infinitesimal en una lista enorme de carne de cañón. No importan a nadie, nadie les añorará, nadie piensa en ellos. Menos ellos mismos.
Y tener nombre y apellido tampoco les garantiza nada porque a lo largo de la serie son muchos los que caen y pocos lo hacen de un modo heroico. Casi ninguno será recordado y un par de novelas después ni siquiera el lector mas avezado (ese que lleva un listado detallado porque quién sabe si mañana llamará a su personaje en un juego de rol con ese mismo nombre) se acordará de ellos.
Gaunt, Milo, Mkoll, Mkenner, Domor, Colber, Rawne… algunos (posiblemente casi ninguno) seguirán ahí cuando acabe la serie. Otros habrán llegado para sustituirles y probablemente casi ninguno llegará al final.
 Así es la historia o, al menos, así es como elige contarla Dan Abnett.
Y a mí me gusta…
Porque no sé lo que me voy a encontrar y quizá por eso la disfruto más.
Porque no puedo dar nada por sentado. Hoy Domor está aquí pero ¿¿y mañana??? 
Porque tiene personajes increíbles apenas esbozados pero cuya marcha (muerte) se siente.
Porque sus historias están llenas de traición, conspiraciones y subterfugios pero también de camaradería, compañerismo y sacrificio.
Porque el tiempo pasa y pocos quedan pero los que llegan para cubrir los huecos se apoderan también de una pequeña parte de nuestro corazón.
Porque si buscas acción, adrenalina y tensión aquí la tienes a patadas.
Porque si lo empiezas no paras hasta que lo terminas. Sin importar cuantos Guerreros del Caos se pongan por delante para imperdírtelo.
“Los primeros de Tanith” es sólo el comienzo de una laaaarga serie. ¿cómo puedes pensar en perdértela?

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