sábado, 13 de abril de 2013

Tekla - The Vlad Taltos' serie (vol. 3)

A veces uno olvida cosas. En esa combinación imperfecta entre lo que a uno le gusta mucho y la búsqueda de nuevos estímulos, las cosas normales, esas que están bien pero que no despuntan lo suficiente, tienden a caer en el olvido.

Eso es lo que me ha pasado con la serie protagonizada por Vlad Taltos. Pendiente de no dejar a los autores que tanto me gustan y siempre a la caza de una "nueva joya" que incorporar a mis lecturas, al final le he ido perdiendo el rastro a una serie de autores que sin ser apasionantes si suponen una buen distracción. Sería fácil buscar una justificación barata a mi olvido, algo del estilo de "me falta tiempo" o "no estoy para medianias" pero creo que es más un problema de visión de tunel. Estoy tan centrado en todo lo increible que está por llegar que me olvido de lo bueno que ya tengo localizado.

Steven Brust, o mas concretamente la serie que creó hace tanto tiempo, es una de esas minijoyas perdidas en el limbo de mi biblioteca, en ese hueco que queda para las famosas "cuando tenga tiempo y un rato libre les echo un vistazo".

"Tekla" es la demostración de que esos descuidos (si es que se pueden llamar así) a veces pueden salir muy caros. Sin grandes aspavientos, sin muchas novedades e incluso con grandes ausencias es ésta una de "esas novelas" que uno debe leer, máxime en un momento como actual.

Y es que a lo mejor hace dos años (que fue la última vez que leí uno de los libros de la serie) esta novela habría pasado sin pena ni gloria por mis manos, pero en los tiempos que corren, con el "escrache" (¿se escribe así?) tan de actualidad en España, el movimiento social que acontece en Adrilankha con los parias sociales (Occidentales y "Teklas") levantándose en armas contra un imperio feudal y clasista posiblemente sea una lectura necesaria.

Brust no toma parte por ningún bando (tampoco su protagonista), pero si construye una historia en la que la lucha de Vlad por salvar su matrimonio y su vida se entrelaza de diversas formas con todo cuanto está aconteciendo en la zona sur de la ciudad.

Durante la narración podemos conocer diversas opiniones y valoraciones de forma que quien lee pueda conocer los pros y contras que maneja cada una de las partes, conocer de primera mano que en esa lucha no hay buenos y malos sólo grupos de personas (da igual si humanas o dragaerianas) luchando por proteger y preservar aquello que consideran suyos, aún a costa de muchas vidas (incluidas las suyas).

No es "Tekla" un tratado filosófico sobre las luchas de clases pero sí un buen acercamiento a las distintas facciones e intereses que uno puede llegar a encontrar a lo largo de su vida. Una reflexión sobre nuestro lugar en el mundo, el papel que cada uno jugamos en el desarrollo y desenlace de nuestra sociedad y sobre la posible (¿realmente necesaria?) subyugación del bien personal al colectivo.

No me ha gustado...
Con respecto a las dos primeras novelas de la serie faltan Aliera, Morrolan. Y no habría estado de mas que Loiosh y Kragar, que sí que salen, hubiesen tenido un mayor peso en la novela. Si ha eso se une el tono (y la situación) desesperanzada por la que atraviesa su protagonista a lo largo de la novela  no es de extrañar que a éste le falta el tono alegre y distendido de las predecesoras.

Pero...
Me queda la duda de si la ausencia de carga humorística realmente es tal o si es la similitud de circunstancias con lo que está sucediendo actualmente en mi sociedad los que condicionan mi perspectiva. Creo que no es así pero sería injusto no incluirlo como un elemento a tener en cuenta.
Como novela es mucho más madura, más compleja y muchísimo más social que las anteriores. En general es mas seria, con una carga social que no hay que desdeñar. 

También plantea problemas y situaciones relacionadas con la convivencia (dentro de la sociedad en conjunto, del hogar conyugal e incluso de uno mismo) que merecen ser miradas con mayor profundidad y detalle por quién las lee.

Pero sobre todo, desde el punto de vista del "lector en general" (que al final es lo que importa), permite un mayor acercamiento a la figura de Vlad Taltos, a conocer sus miedos y ver la forma en que condicionan su proceder, a entender la importancia de su relación con su esposa (Cawti) y dota al conjunto de la obra de una profundidad que hasta el momento no había tenido.

Mas adulta que las otras dos, sigue siendo muy fácil de leer, casi no exige al lector esfuerzos a la hora de seguir la trama (no porque sea necesariamente sencilla) y sigue siendo lo más parecido a una representación teatral en clave novelística que haya leído en bastante tiempo.

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