domingo, 21 de abril de 2013

El hombre de los círculos azules

No encuentro una comparación que me facilite explicar qué o cómo escribe Fred Vargas.

"Novela negra" es. Al menos eso parece indiscutible pues en el  fondo suele narrar la investigación de un suceso criminal (como norma una muerte violenta) pero a nivel formal es algo totalmente distinto.

La lectura de Fred Vargas es extraña. O mejor, atípica. Descoloca porque describe sin etiquetar. Yo sería incapaz de buscar una serie de términos que describiesen a Adamsberg (su protagonista) y sin embargo creo que sería capaz de recordar todos o la mayor parte de los comportamientos que le distancian de lo que el común de los mortales daríamos en llamar "normal".  

Si fuera sólo él... el problema es que el resto de sus personajes, al menos los que tienden a aparecer de forma constante, son tan estrambóticos, peculiares o extravagantes como su protagonista (si no mas) y ninguno es encorsetable bajo términos cotidianos, desde Mathilde (la bióloga marina que cuando está "barada en tierra" se dedica a seguir a gente que se cruza en la calle mientras toma nota sobre ellos) hasta Charles Reyer (un ciego que se dedica a violentar a la gente con comentarios sobre la visión, los ojos, etc...), pasando  por (y sin olvidar) a Danglard, el oficial que acompaña al Comisario durante toda la investigación, un hombre que todos los días a partir de las 16h se da a la bebida pero que nunca lo hace en horario de servicio ni delante de sus hijos (cuatro propios (dos pares de gemelos) y el que le encasquetó su "ex" fruto de un lío sentimental posterior a su divorcio.

Incluso los secundarios (el forense, subalternos del cuerpo de policía, etc...) sufren el "efecto Vargas" o mejor, el efecto Adamsberg y se vuelven erráticos, influenciados por el atípico comportamientos de su jefe. Y si alguien ha leído ya la novela y quiere discutir este punto  le remito al descubrimiento del cadáver en el bosque, momento que uno de los policías aprovecha para admirar las corredurías amorosas de unos pájaros mientras diserta sobre la diferencia de coloración entre los machos y las hembras y todo para que no parezca que está escuchando la conversación de sus jefes.

No querría que nadie confundiese "extraño" con "ridículo". No sería justo. Las novelas de Fred Vargas no son esperpénticas, ni siquiera caricaturescas (como pueden serlo por momentos las de Christopher Moore). Son cotidianas, describe a sus personajes con tal naturalidad (y con tal profundidad) que todos ellos muestran sin pudor sus peculiaridades aunque precisamente por eso nos parezcan tan extraños. En una época en donde todo el mundo calla sus rarezas y donde se reduce todo a un mero término con la intención de humanizarlo ¿cómo hacer frente a unos personajes tan expuestos? ¿No pasaría lo mismo si la gente pudiese conocer nuestros pensamientos y viesen lo disparatados que pueden llegar a ser?. 

Supongo que esa es la mejor característica de la obra de esta autora francesa, todos sus personajes aparecen ante el lector sin tapujos, para lo bueno y para lo malo. Quien no salga corriendo ante tanta "neurosis colectiva" se encontrará con algo distinto, una lectura divertida (que no graciosa), ágil, que se lee bien y le deparará unas cuantas sorpresas en una historia que comienza con un comisario preocupado porque alguien se dedica a dibujar círculos en el suelo de las calles de París alrededor de objetos inanimados. 

Abstenerse...

Los amantes enfervorecidos del procedimental analítico y sistemático. Adamsberg es muuuchas cosas pero ser sistemático, no es una de ellas. Y la tecnología, al menos en esta novela en concreto, no interviene para nada.

Los que busquen subidones de adrenalina. Mejor que pasen por la planta 2ª y pregunten por alguna novela protagonizada por ejemplo, por Jack Reacher, gracias.

Los que busquen risas sin fin o personajes caricaturescos...Para ellos lo dicho mejor subir una planta más,  eso es, la 3ª y preguntar por novelas de Christopher Moore porque Fred Vargas, si te gusta, puede resultar divertida, pero no graciosa.

Avisos...
 
Creo que contándome a mí son cuatro las personas que conozco que han leído esta novela. Una la dejó sin terminar (y no sé si ni siquiera llegó a la mitad), otra la terminó pero no le gustó nada, otro es devoto incondicional y sigue la serie con ansia y luego estoy yo...

La primera vez que leí "El hombre de los círculos azules" no me gustó. Nada en absoluto. Me resultó rara, arrítimica y carente de interés. Algún tiempo después y como última prueba antes de descartar a Fred Vargas como autora a seguir comencé a leer "Que se levanten los muertos", la primera novela de su serie "Los tres evangelistas" y me gustó. De hecho me hizo sonreir bastante. Me parecieron personajes curiosos pero "queribles", de esos con los que decides pasar un rato agradable sin complicaciones. La idea era original, el plantemiento distinto y el humor (si mi madre no me mata por decir esto) inteligente. "Mas allá, a la derecha" y "Sin hogar ni lugar" confirmaron esa primera impresión.

Así que dos años después y aprovechando que "El hombre del revés" por fin ha vuelto a salir publicado decidí darle una oportunidad. No sé si es que la luna estaba en alguna fase proclive a... o si sabía desde el principio donde me metía e iba preparado, pero esta segunda vez me ha gustado y hasta le he cogido aprecio a Adamsberg (algo que hace unos años habría creído imposible). Incluso he apreciado el pequeño toque agridulce que le da su no-relación con la querida pequeña, algo que le humaniza a pasos agigantados ante mis ojos.

Habrá segundo round con Fred Vargas, será con "El hombre del revés"... a ver si para entonces encuentro una forma de definirla mejor.

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