Que no soy devoto de James Patterson lo sabe cualquiera que haya seguido un poco este blog. No tengo nada contra su forma de escribir (su estilo directo, poco dado a los rodeos sin sentido y a las descripciones desmedidas, me gusta) pero me desagrada su tendencia a añadir sorpresas y giros inesperados que, como norma, no terminan de encajar.
Hasta ahora pensaba que había dos Pattersons, el de Alex Cross y el de "Women's murder club" (en España "Mujeres contra el crimen") pero mirando la wikipedia con detenimiento a lo mejor no es tanto una cuestión de qué escribe sino de cuánto escribe, de ser así tendríamos el Patterson que escribía una novela al año frente al que comenzó a publicar 2,3 o 4 (¡¡como poco!!) en 365 días.
No voy a cuestionar aquí ni la autoría de sus obras ni la imposibilidad de llevar a cabo tan magna gesta porque estoy dispuesto a aceptar que ahí fuera hay gente que con eso de que parece que ni duermen, ni comen (¡¡y debe ser que ni respiran!!) son capaces de hacer cosas inverosímiles (aunque para el resto de la gente parezcan mas extraterrestres que el Mr. Smith que protagoniza parte de esta novela), pero si diré que tal vez esa carrera tan prolífica pueda ser la causante del marcado descenso en la calidad de sus obras.
Sin ser algo espectacular, sin remover conciencias sociales, con una vertiente psicológica quiza un poco "demasiado" pero cargada con una dosis de adrenalina en sus hojas que es necesaria de vez en cuando, hasta la fecha la serie de Alex Cross me gusta. Pero en este libro se empieza a notar ese "pasito más" hacia lo comercial y el consumo rápido que imagino que marcó el cambio entre esa primera etapa "Crossiana" y lo que ha sido el grueso de su carrera, con mucho dinamismo (que no acción), con la narración convertida más en una cacería que en una investigación criminal y con una parte personal metida como relleno dentro de historias que tienen un metraje demasiado abultado para lo que realmente cuentan.
Vaya por delante que el "Alex Cross" de
esta entrega es un personaje más vacio, mucho más plano, carente del
magnetismo que irradiaba en novelas anteriores, un hombre distraido por
su vida sentimental y condicionado por sus miedos (que en parte son
mérito de su "presa", Gary Soneji, y en parte demérito de su creador). Tiene mucho que ver en ese decaimiento que realmente Cross co-protagoniza la novela, ya que sólo encabeza el elenco durante poco mas de un tercio de la novela, repartido el resto entre el citado y reincidente Gary Soneji, Mr. Smith (un asesino en serie que está sembrando
el terror en Europa) y Thomas Pierce, el experto del FBI que intenta dar
caza a este último. Aunque, por encima de todo, el problema de esta entrega es que Cross deja de deducir y anticipar, perdiendo ese "algo" que le hacía distinto para quedarse reducido a una mera pareja de baile de los distintos psicópatas que pasan por allí. Los encuentros y desencuentros los fija el/los "malos" y él se limita a asistir, incapaz de anticipar nada ante unos adversarios taaaaan superiores intelectualmente. Sólo en la resolución final, en el momento en que se unen las dos historias que conforman la trama se atisba un poco de ese genio particular de Cross, siempre con la sensación de que ese "destello de brillantez" está fuera de lugar y de tiempo en un intento de Patteson por dar unidad a la novela atando los cabos sueltos que había hasta entonces.
La novela es muy visual, la ambientación
exigua, con la precisión justa, el ritmo constante, la
ausencia de descripciones aburridas y personajes con mucho temperamento,
lo que da una lectura que distrae y atrapa, una de esas en las
que siempre encuentras un motivo para leer otro capítulo y así no dejar a
medias la historia. El problema (o la virtud) es que "la historia"
nunca termina del todo hasta el final (y ni siquiera entonces, porque
Patterson es maestro en elevar a máxima universal eso de "cuando una
puerta se cierra, se abre una ventana").
Como se
puede deducir es muy entretenida, a priori, malo, lo que se dice
malo, sólo tiene un poco de gore en algún momento, un excesivo interés
por lo grotesco y por regodearse en los elementos más tétricos. Pero la
sensación cuando la terminas es de vacio, de que falta algo, de que has
leído 200-300 páginas y te has quedado como al principio, que sí, que
han sucedido infinidad de cosas pero es como si después de tomarte el
apertivo hubiesen recogido la mesa y tú has quedado ahí, sin una explicación
coherente al por qué y con la sensación de que Patterson había
escrito dos novelas independientes
pero que en algún momento se dio cuenta de que ninguna de las dos tenía
entidad suficiente por sí sola y decidió refundiarlas aunque fuese
forzando un poco la situación.
"Gato y ratón" tiene interés para el seguidor de novela negra que prefiere el sistema "prueba-error" a la jerga de laboratorio (y que no le importe comerse análisis psicológicos a tutiplén), si eres seguidor de las novelas y series televisivas "speedicas" (esas donde no hay momentos de pausa y un acontecimiento deriva en otro y así sucesivamente hasta que llega el final sin más, una cacería donde el leñador se limita a seguir las miguitas que va dejando el lobo para que éste les encuentre a Caperucita y a él) o si, como es mi caso, has leído antes "La hora de la araña" y "El coleccionista de amantes" y le habias cogido cierto cariño a Alex Cross.
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