domingo, 17 de julio de 2011

Manos rojas

Estaba abajo, en la piscina de la urbanización, cuando Menganito, el hijo de mi vecina  Rossana se me acercó. En sus manos, que casi estaban blancas por la fuerza con que las apretaba, llevaba dos paquetes completos de cromos de la Liga de fútbol.

Menganito, que es un chico flacucho al que casi nadie hace caso, se ha convertido en mi compañero para matar el tiempo en la piscina. Se tumba cerca de mí, mientras mira de reojo qué estoy leyendo. Normalmente la cosa se queda así, el no para de mirar con detenimiento como paso las páginas y yo me pregunto qué le llama tanto la atención.

Hoy, que no tenía muchas ganas de leer, he cerrado el libro de sopetón y me he girado en dirección a Menganito, quien, superado por los acontecimientos, se ha caído de culo.

-Hola – le he dicho. Yo, como siempre, dando muestra de mi temple y mi saber estar.

-Ho..la – ha respondido el pobre, que todavía no se había recuperado del sobresalto.

-¿Qué haces?

-Mirarle…

-¡Ah!- respondo más sorprendido por que me haya tratado de “usted” que por su respuesta.

-Me preguntaba…-dice dubitativo- cuántos libros tendría usted en su casa, porque en lo que va de vacaciones, le he visto ya al menos tres distintos.

-Si te digo la verdad, no lo sé- digo, mientras sonrío al ver como con su mano aparecen cuatro dedos bien estirados.

- ¿No los cuenta?

-¿Cuentas tú tus cromos?

-Siiiiiiiiiiiiii, cada vez que tengo un rato.

- ¿Y eso? Pues por la mañana porque mi abuelo me compra un sobre y luego porque en el colegio los apostamos, así que sé nunca cuántos tengo hasta que los cuento. Aquí, en el taco, tengo 75, pero en casa tengo el álbum casi completo.

-Pues yo, no sé cuántos libros tengo. Los anoto pero como unas veces se los dejo a alguien, otros se los doy una vez que los he leído porque a mí no me han gustado mucho, etc… no suelo saber cuántos tengo. Eso sí,  si me preguntas si tengo alguno en concreto sí te sé decir si lo tengo.

-Eso está chupado… yo me sé de memoria los que me faltan para acabar la colección: Meneditto, Casatelo, López, Rodríguez, Sa Costa, Mareadinho y Krotic (aunque si no lo encuentro pondré a Salcao).

-¿Y eso? 

-Pues porque  en el álbum dejan que pongamos a uno de los dos y, aunque los dos están valorados con un 6,5, a mí me gusta Krotic, que no mete tantos goles como Salcao, pero corre más y hace unos regateeeeeeeeeees…

-¡Ah, ya veo!, a mí eso me pasa con Stephen Woodworth.

-¿Estefen Butword? ¿y ese en qué equipo juega?

- En ninguno, es un escritor que leo de a veces.

-Me he perdido – Dice Menganito mientras se rasca la cabeza por vergüenza.

-¡A ver cómo te lo explico!... ¿todos los cromos son iguales?

- ¡Claaaaaaaro que nooooo, hombreeeee!!! Tessi, Bristiano Romualdo y Chabi son los mejores y todo el mundo quiere tenerlos. El otro día, Pepito, de 5ª B, me ofreció todo su taco y había por lo menos mil – me dice mientras me enseña los 10 dedos de la mano.

-¿Y se los cambiaste? 

-Nooo, porque casi todos eran del Atlético Murciano y del Pasoting de Oviedo y esos no los podríacambiar porque nadie los conoce. 

-Pues a mí, con los libros, me pasa algo parecido. Hay escritores que me gustan mucho y otros que me gustan menos pero incluso dentro de estos los hay que me llaman más la atención y los hay que los leo para matar el rato hasta que consigo otros que me gustan más.

-Ahhh, ya lo entiendo,  usted prefiere a Butword sobre otros como yo a Krotic sobre Salcao, aunque sea más difícil de conseguir.

- Pues sí, Menganito, así es. 

-¿Y qué hace Butword que no hacen los demás? 

-Woodworth es capaz de ofrecer el mismo entretenimiento que muchos otros, incluso de crear suspense y tensión en sus narraciones, pero, sobretodo,  ha sido capaz de modelar el mundo para introducir a “los violetas”

-¿Los violetas?¿y eso ques, D. Genaro?

- Los violetas son personas como tú y como yo pero que pueden establecer contacto con las almas de los que han muerto.

-Pero, Don Genaro, si eso lo ve mi madre en la tele por las tardes.

-¿A Natalie Lindstrom, la protagonista de las novelas?

- ¿Creo que sí, esa no es la chica morena que habla con los fantasmas?

- No, Menganito, esa es Jessica Bewitt

-¿Seguro?¿ Entonces la Natalia esa que usted dice es la madre de dos niñas rubias que ve cosas que van a suceder?

- Tampoco, Menganito, esa es Patricia Arcos, la gran actriz.

-Pero ellas hablan con los muertos también…

-Es que, verás, los violetas, no hablan con los muertos… dejan que los muertos entren en ellos.

-¡¡Qué miedo!!

-Pues depende de quién sea. En el mundo que ha creado Woodworth los hay que han conseguido entrar en contacto con grandes artistas muertos y, gracias a ellos, pueden disfrutar de su arte…

-Como Mikel Trackson… sí, Menganito, como Mikel Trackson.

-Guayyyyy

-Pues sí, jejeje. Lo cierto es que en el primer libro queda claro que Woodworth es capaz de construir todo un universo entorno a los violetas sin perder la coherencia. 

- ¿la qué?

- Coherencia, Menganito. Sentido, sin perder el sentido. Como cuando Chabi organiza el juego de su equipo y es capaz de adelantarse a lo que piensan los demás.

-Sí, como en el gol del otro día cuando…

-Sí, sí… pues eso es lo que hace el escritor. Ha cubierto todos los peros posibles y ha dado respuesta, no sólo a las preguntas más habituales, sino a las que posiblemente ni se nos habían ocurrido.

-Vaaayaaa, como cuando el otro día Meneditto hizo una rabona.

-Sí, algo así.  Lo importante es que el escritor no repita sus fórmulas constantemente.  Porque, ¿qué pasaría si Meneditto siempre hiciese la misma jugada?

-Pues que todos lo sabrían y la estarían esperando.

- Pues eso pasa también en los libros. Hay autores (muchos, por desgracia) que se duermen en los laureles y acaban escribiendo siempre lo mismo. Butword, digo Woodworth, ha cambiado el planteamiento entre la primera y la segunda novela. Si la primera era más precipitada, con un asesino que sólo mataba violetas, en la segunda cambia el ritmo y la temática. “Manos rojas” es mucho más intimista y habla sobre todo de “vulnerabilidades”.

-¿Cómo las del Bilbado Futbol Glu cuando le sacan un corner?

-Es algo más complicado y profundo, Menganito. La novela habla de las dudas que nos asaltan a todos en el día a día: La soledad, la dependencia, la pérdida, el amor a la familia  pero también afronta la situación desde el punto de vista de una violeta, donde tanto las almas de los muertos como Organismos Nacionales intentan tomar el control sobre  su persona.

-Me parece mucho lío, Don Genero.

-Que va, Menganito, cuando crezcas y cumplas un par de años más, me lo dices y te dejo los libros para que lo leas.

- Pero es que a mí me gusta la acción, el miedo, los monstruos..

-Tranquilo, aquí acción tienes y monstruos hay a montones, y casi todos humanos, aunque tú ahora no seas capaz de entenderlo  ¿Te gustan las sorpresas?

-Claaaaro

-Pues el libro ofrece dos increíbles.

-Cuáles, cuáles…

-No te lo puedo decir, Menganito, que al final te lo reviento y no lo lees.

-Una pistaaaa, por faaaa.

-Está bien como me has amenizado la tarde te voy a dar dos: una, nadie ha narrado mejor lo que es un “trabajo desde dentro” ni ha explotado tanto las posibilidades de la posesión como Woodworth.  Y dos, como se  ha repetido en muuuchas ocasiones, los asesinos más despiadados también tuvieron madre.

Y dicho esto, Menganito, ala, a casa, que se hace tarde y tu madre te va a regañar…

-¡¡Uiba!!, si son las 19h, me voy, que me van a castigar sin consola.

-Hasta la próxima, Menganito

-Hasta mañana, D. Genaro.

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