jueves, 8 de diciembre de 2011

Nemesis - Harry Hole, vol. 4

En mi último post cometí la imprudencia de afirmar que Jo Nesbo era uno de mis escritores nórdicos favoritos. Una afirmación que por entonces sólo sustentaba en el buen regusto que me habia dejado la lectura de "Petirrojo", la tercera novela (primera publicada en España) con Harry Hole como protagonista. Afortunadamente, una vez concluída la lectura de "Némesis", el siguiente libro de la serie, he podido dormir tranquilo sabiendo que no había cometido ninguna temeridad.

He leído en algunos blogs que el volumen de sus libros puede ser un poco excesivo y  que, en ocasiones, la obra se hace larga.  Ese no ha sido mi caso hasta la fecha aunque debo reconocer que el haber tenido que leerlo de forma  discontinua  ha podido alterado mi percepción. Lo cierto es que en todo momento he podido disfrutar de Harry Hole en cada uno de los excasos ratos que he podido sacar, fundamentalmente porque su creador se centra más en dotar de profundidad a sus  personajes que en ir describiendo con todo detalle los entornos, permitiendo un acercamiento a cuantos pueblas sus novelas, algo que Camilla Lackberg a pesar de los fríos parajes de "La princesa de hielo" no ha conseguido.

Una de las cosas que me gusta de la serie es la decisión de elaborar tramas que no sólo se entretejen (normalmente en la novela hay más de una historia que discurren de forma paralela) sino que mantienen un hilo conductor común. En "Petirrojo" es el nacionalismo, que envolvía toda la novela y que servía para  mostrar la evolución política e ideológica de una sociedad (la noruega)  durante el último siglo, desde la forma en que vivió el surgimiento de la Alemania Nazi hasta nuestros días, con todas las heridas que aún permanecen sin cicatrizar. En "Némesis" se mezclan las dos concepciones de la palabra: por un lado "la venganza", un sentimiento que contamina a casi todos los personajes y les lleva a intentar , de una forma u otra, resarcirse de un agravio mientras en las radios y televisores se narra  la evolución de la invasión de Afganistan como represalia por los atentados llevados a cabo en suelo americano. Por otro el concepto de "Némesis" con la idea de "antagonismo" en referencia al duelo constante que se establece a lo largo de toda la novela entre Harry Hole y Tom Waaler, una rencilla que arranca de la novela anterior y que alcanza su climax cuando la evolución de las tramas pone a nuestro protagonista en la papel de forajido y a Waaler en el del detective devoto que de forma altruista emprende la caza de quien hasta entonces le acechaba.

La capacidad de Nesbo para conseguir llevar dos y en ocasiones tres investigaciones en paralelo sin incurrir en errores o caer en el absurdo o en el aturullamiento resulta sorprendente, pero no menos  que su facilidad para ser capaz de tocar la tecla del lector, llevándole a dejar de lado la tensión de la investigación para sumergirse de golpe y porrazo pero sin brusquedad alguna en la borágine emocional que supone la vida privada/amorosa de Hole, un personaje que, en esas ocasiones, se muestra mucho más vulnerable y frágil de lo que se ve durante el desarrollo de su labor de investigación.

Un libro notable del que no me gustaría despedirme sin reseñar cautro elementos que hacen de él algo más que una novela para pasar el rato: un primer capítulo que nos introduce en la trama de golpe, sin aviso, llevándonos de 0 a 100 en apenas 10 páginas; los dos interrogatorios protagonizados por ese enigmático y cautivador personaje que acaba resultando Raskol Baxhet, uno hilarante, con el Jefe del Grupo de Atracos, Ivaarson como protagonista (víctima) y el otro, su primer encuentro con Harry Hole, un tour de force del que no queda claro quien sale ganador; un revolver Jericho del ejercito israelí que  con su segunda aprición en la novela abre la puerta a la que promete ser una quinta novela apasionante y, por último, pero no menos importante, la aparición de la entrañable Beate Lonn y su "girus fusiforme", un personaje singular, buen contrapunto de Hole, que espero que acabe por convertirse en un elemento fijo a lo largo de la serie.

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