viernes, 9 de marzo de 2018

Rosy and John - Serie Camille Verhoeven, Vol. 3


Pierre Lemaitre es, sin discusión, la gran incorporación a mis preferencias literarias en el último par de años.

Directo, conciso, con una capacidad increíble para construir historias que te tocan a pesar de que intentas mantener la distancia recordándote que se trata "simplemente" de un libro.

En menos de cien páginas (una longitud que para muchos sólo sirve para introducir a los personajes) el autor francés construye una historia triste, cargada de emoción y con tintes trágicos que le sirve para mostrar  la catadura moral de la clase dirigente de cualquier país (sea o no desarrollado) y el conjunto de palmeros que les acompaña, la incapacidad de los seres humanos para escuchar por encima de sus prejuicios e intereses y la frustración de quién vive su trabajo con respeto y a riesgo de perder un poco de su humanidad cada vez cque se ve obligado a intervenir para evitar una desgracia.

Verhoeven es, posiblemente junto a Harry Hole, uno de los personajes más tristes y complejos que existen en el panorama literario actual, coincidiendo, además, sus creadores en la idea de procurar una descripción minimalista de sus protagonistas, dejando que sean los hechos y sucesos los que los perfilen ante nuestros ojos. p.

El caso del personaje francés es el más marcado de todos. Parco, introspectivo, inquieto y emotivo, tener a Camille como Cicerón en el mundo de Lemaitre (que por desgracia es el nuestro también) es someterse a un pequeño castigo, consciente (tras haber leído varias novelas suyas) y culpable, donde ejercemos de voyeristas impasibles ante las desgracias e infelicidades de un personaje que  trata de ayudar y  que, como los protagonistas de las tragedias griegas, siempre ve como no alcanza su objetivo acumulando mayor frustración y una sensación de insatisfacción y tristeza que siempre acaba repercutiendo de forma solidaria en el lector.

"Rosy and John" se construyó como una historia breve por entregas para poder leer en dispositivos no diseñados precisamente para la lectura o, al menos, poco propiciatorios para conseguir una lectura 100% satisfactoria.

Quizá por eso el conjunto es conciso, directo, carente casi de descripción (o al menos realizándola con silencios y situaciones, escamoteando las palabras) pero no priva en ningún momento al lector de disfrutar de un texto literario único, leíble en apenas 2 horas que como lector tratas de alargar y dilatar lo máximo posible sólo para no tener que salir de la historia.

Y, como sucede en "Irene" y "Alex" un final difícil, que no creo que deje indiferente a nadie, por mucho que quizás en esta entrega es en la que resulta más sencillo entrever hacia donde se dirigen todos los personajes.

Valoración: Me ha gustado

P.D: Pocas novedades, quizás la única reseñable sea Alice Mertón y su "No roots", el resto... más de lo mismo.



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