martes, 8 de diciembre de 2015

Fría Venganza, Joe Kurtz 1



Joe Kurtz, exdetective privado, nada más salir de prisión se ofrece a un Don caído en desgracia para encontrar a su contable desaparecido. 

Supongo que ese sería el resumen más aséptico que se podría hacer de la novela, sin desvelar nada pero indicando que estamos ante una novela de corte más clásico que actual, por mucho que Simmons le haya dado un aire mas moderno al no situarlo en principios de los años 20 sino en el momento actual. 

A mí me ha gustado en la medida en que la lectura es ágil, el lenguaje moderno y la acción constante. No hay tantos impases reflexivos del protagonista, sin que haga acto de presencia el ritmo pausado, lento, casi agónico de las obras más clásicas. Es puro entretenimiento y como tal funciona bien si es eso lo que se busca.

Joe Kurtz tiene cierto carisma (aunque también posee algunas lagunas difíciles de justificar porque son demasiadas las veces en las que a este supuesto profesional de lo suyo le pillan por sorpresa), es un tipo curioso aunque apenas muestra ninguna faceta personal ni nada de interés a parte de un gusto por la lectura desarrollado durante su estancia en prisión.

Los personajes que le rodean son bastante arquetípicos, desde el Don caído en desgracia hasta la femme fatale (aunque aquí sin relación personal entre ella y el protagonista); una secretaria que es más madre y banco que compañera laboral pero que quizás de todos es la que mejor sabe donde se encuentra y a qué juega; Dos soplones/asesores que seguramente sean de lo mejorcito que hay en la novela a pesar de que uno de ellos sea un yonqui sin opción a redención y una andanada de malos que se van sucediendo en su intento de acabar con el protagonista.

La acción está bien, no es especialmente pesada y desde luego es bastante realista. No se suceden las luchas con veintisiete mil golpes, donde el resto de la humanidad habríamos quedado reducidos a fosfatina pero ellos no han perdido ni un diente. Son duelos rápidos, bastante honestos en la propuesta y con buen ritmo.

A la novela le falta peso. Es un ejercicio rápido de construcción, utilizando elementos conocidos y su única ventaja es que  agiliza el desarrollo, una velocidad que intenta tapar dos PEROS bastante grandes para aspirar a algo más que a ser un pasatiempo entre novelas "serias", una ausencia total de investigación y ser ligeramente tramposa.

La investigación como tal no existe. Kurtz parece un agricultor que se limita a hacer ruido y zarandear algunos árboles para ver quién aparece. Es, con perdón por la comparación, como si diese a todo el mundo boletos de la feria mientras el se disfraza de patito al que ir a disparar.  Un pim, pam, pum que entretiene pero que no deja de ser extremadamente básico.

Y las trampas... las trampas están ahí. En un par de conversaciones extrañas, que no terminan de entenderse hasta que se llega al final de la novela, en el supuesto punto álgido cuando en teoría todo toma sentido (o así lo cree el autor). Con salvedades me ha recordado a "Operación U.N.C.L.E", la película que estrenaron hace un mes o así, que en un par de momentos pone una música que tapa dos conversaciones, escondiendolas al espectador para tratar de sorprenderle cinco minutos más tarde cuando explican lo que ha pasado. La diferencia es que en sí, la película tenía sentido y sólo faltaban un par de matices que se llegan a explicar con humor, mientras que la novela se guarda el supuesto as en la manga hasta el final, y sólo si te paras a pensarlo a posteriori te das cuenta de que quedan demasiadas preguntas sin responder, porque todo se apoya en un hecho (Joe Kurtz es un tipo brillante) que no se sustenta en su proceder en distintos momentos de la trama.

Para ser lo que es la novela no está mal, discretita pero llega en un buen momento, tras dos lecturas interesantes y en unas semanas de confusión prenavideña, obras en casa, demasiado ajetreo en el trabajo y poco tiempo para disfrutar sentado con un buen libro. 

En ese contexto "Fría venganza" es una buena elección, una obra sin pretensiones que distrae sin exigir mucho al lector y que te permite dejarla a un lado durante un par de días y retormarla sin haber perdido el hilo conductor (lo que en el fondo dice muy poquito de la trama). 

Si Kurtz hubiese sido calvo y lo visten un poquito más, habría sido una de esas pelis de Bruce Willis de los 80-90 entretenidas y sin pretensiones donde lo único que pasaba es que le daban hasta en el carnet de identidad mientras él iba cargándose a los malos para sobrevivir.

Nota: 5,5


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